¿Nuevo conflicto en el subte?

¿Nuevo conflicto en el subte?

Mientras el Gobierno porteño empieza a preparar el terreno para un conflicto de difícil resolución con los trabajadores del subterráneo, los trabajadores se preparan para resistir.


Los dirigentes nucleados en el Consejo Directivo de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) explicarán este lunes, en conferencia de prensa, los altos niveles de inseguridad que padecen y advertirán sobre los alcances de una encuesta que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires está realizando entre los usuarios, a la que calificaron de “antisindical”.

Roberto Pianelli, secretario general de la entidad gremial, en diálogo con Noticias Urbanas expresó, a media mañana, que “estamos reunidos en
estos momentos con nuestros abogados para evaluar las acciones que vamos a tomar”.

El sindicalista denunció que “existen altos niveles de inseguridad, que provocaron, entre otros hechos, la muerte de Sergio Reyes, que se produjo el sábado 28 de septiembre en la Línea B, cuando fue atropellado por una formación”.

Reyes, de 38 años, era un empleado de limpieza que recién estaba en su cuarto día de trabajo. Falleció cuando estaba cruzando las vías en la terminal de la Línea B de Federico Lacroze.

Con respecto a la encuesta que está realizando el Gobierno porteño entre los usuarios, existen algunas preguntas que, según la denuncia de los gremialistas, tienen contenido antisindical porque digitan la respuesta desde su propia formulación.

Por caso, Noticias Urbanas evaluó algunos de los contenidos de las interrogaciones planteadas a los usuarios.

Las primeras preguntas -en total son 68- están referidas al lugar de residencia de los interrogados, a la relación entre el servicio y el precio del boleto y, en general, a los niveles de satisfacción que registran los usuarios con respecto a la prestación. Inclusive, en las preguntas 43 y 44, los encuestadores se atreven a plantearles a los usuarios si estarían dispuestos a pagar más y hasta qué cifra sería el límite.

El conflicto está planteado en las preguntas que arrancan a partir de la número 47, en la que el GCBA pide al público que evalúe “el trato de los trabajadores del subte hacia los pasajeros” y lo califique desde “muy bueno” a “muy malo”.

Luego, en las preguntas que van desde la número 48 a la 61, la encuesta intenta profundizar en el humor de los usuarios, para ver hasta adónde apoyarían al Gobierno porteño si éste decidiera sancionar a los trabajadores del subte si hay un conflicto que incluya interrupciones en el servicio.

De esta manera, la encuesta puede ser leída como el primer paso del Gobierno hacia una radicalización en una lucha por quebrar la voluntad de
los trabajadores en su defensa de las conquistas que lograron hasta el momento. En el mismo camino se inscriben las afirmaciones de algunos
funcionarios, que acusaron a los trabajadores de que “no quieren trabajar” o que ganan salarios demsiado altos por el trabajo que hacen.

Por de pronto, Pianelli anticipó que “vamos a aclarar algunas cuestiones, porque hay una campaña de desprestigio en nuestra contra. Antes
estuvieron cerradas las estaciones de la Línea A por 4 años, mientras que en la Línea B se necesitan 24 trenes y hay 18. En la línea A pasa lo mismo. En muchas oportunidades, los trenes se quedan, como los subtes de Madrid, que tienen 40 años y todos los días tienen un problema”.

Las declaraciones y las acciones del Gobierno preanuncian un conflicto inminente, de imprevisible final, porque las respuestas de los sindicalistas y su accionar pasado anticipan que no darán marcha atrás en la defensa de sus conquistas sociales, que hasta ahora fueron muchas.

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