Exigen justicia por un joven atropellado por efectivos de la PM

Exigen justicia por un joven atropellado por efectivos de la PM

Los testigos de la muerte del joven denuncian que el móvil cruzó con luz roja, sin sirena y a alta velocidad. Y que la fuerza borró pruebas, aunque hay grabaciones que comprometen a los implicados.


El 15 de diciembre del año pasado, Nehuén Rodríguez, quemero total, circulaba en su moto por Brandsen, en La Boca, su barrio, camino a Parque Patricios: su amado Globo había vuelto a Primera División y él no podía perderse el festejo. Pero no pudo llegar: en la intersección de aquella calle con Ramón Carrillo, ya en Barracas, con el casco puesto y la luz verde del semáforo a su favor, fue atropellado por una patrulla Ford Ranger 4×4 de la Policía Metropolitana conducida por el oficial Daniel Germán Castagnasso –lo acompañaba el subinspector José Daniel Soria Barba– que, sin sirena de aviso, no respetó el semáforo en rojo. El vehículo lo arrastró unos 23 metros. Nehuén, quien una semana atrás había recibido su diploma de egresado del Normal 3 en la Legislatura porteña y proyectaba estudiar Seguridad e Higiene, falleció un par de horas después en el hospital Argerich. Y ahí fue cuando empezó el segundo calvario –la doble victimización– de la familia del joven que supo jugar en las inferiores de Huracán.

Es que Roxana Cainzos, la mamá del chico de 18 años fallecido, tuvo que recorrer, para poder conseguir testigos, cuadra por cuadra y casa por casa. Una vez obtenidos los testimonios, confirmó lo que sospechaba: que el accidente era en realidad un asesinato.

“Cuatro testigos nos dijeron que Nehuén cruzó con luz verde y que tenía el casco puesto aunque los policías dijeron lo contrario. Ahora necesito que la causa por la muerte de mi hijo se active, que no se duerma. En unas semanas arranca la feria judicial y no sabemos todavía si nos cambian de juez. Y también precisamos que, a seis meses del hecho, citen a los dos testigos que faltan. Otra cuestión imprescindible en nuestra búsqueda de justicia es el resultado de la segunda pericia que nosotros, como familia de la víctima, apelamos. El perito de parte del imputado manifestó que la camioneta de la Metropolitana iba a 43 kilómetros por hora, acudiendo a un alerta de emergencia. Sabemos que eso no es cierto y las cámaras de seguridad de la zona lo demuestran. Esas imágenes ya fueron incorporadas a la causa –tramita su curso en el Juzgado de Instrucción número 4 y en la Fiscalía de Instrucción en lo Criminal número 23– después de un montón de reclamos y marchas. Tampoco puede ser que el GPS de la camioneta haya desaparecido. Queremos que la causa se mueva, no puede ser que la Justicia haya tardado meses en habilitar la intervención de la Policía Federal”, relataba hace una semanas Noticias Urbanas, luego de encabezar una concentración en las puertas del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, en Patricios al 1100, en la que se reclamó, asimismo, que al comenzar los peritajes en la madrugada del 15 de diciembre, a las 4 exactamente, las marcas de los neumáticos en el asfalto ya estaban borradas, los vehículos movidos, los cambios corridos.

En tal sentido, desde la organización social La Boca Resiste y Propone se denuncia que “el patrullero de la Policía Metropolitana venía a 100 kilómetros por hora y que no traía sirenas ni luces”. Justamente, a comienzos de mes, en la esquina de California y Vespucio, en La Boca, se pintó un mural con la consigna “Ni un pibe menos”, que contiene, en una suerte de Guernica de la violencia institucional, la carita de Nehuén. Es que son muchos los casos de abuso de autoridad, maltrato policial y hasta de gatillo fácil en el sur de la Ciudad de Buenos Aires.

En el mismo palacio donde le habían entregado el diploma de bachiller, el 15 de este mes, al cumplirse seis meses de la muerte del joven, se llevó adelante una conferencia de prensa por la causa de Nehuén. En dicha jornada, el legislador José Campagnoli afirmó: “El pedido de informes presentado ante el Gobierno de la Ciudad es para que diga qué sucedió con los agentes que participaron de la muerte de Nehuén porque por las versiones que tenemos siguen ejerciendo funciones y, como mínimo, deberían ser apartados, estar en una instancia de sumario para que se pueda ejercer la investigación sin interferir (no obstante, según pudo saber el diario Sur Capitalino, el oficial Castagnasso se encuentra fuera de servicio, pero libre). A su vez, el diputado de Nuevo Encuentro-FpV agregó que los abogados de la Policía Metropolitana llamaron a los padres de Nehuén para que desistieran de la investigación.

En tanto, Pablo Ferreyra (Seamos Libres) indicó que lo que se observa ante este tipo de casos es “una fuerza policial que tuvo, con una Constitución como la que tiene la Ciudad, las posibilidades de desarrollarse de forma democrática, respetando los derechos humanos. Pero tenemos nuevamente un caso que se suma a otros, mostrando un patrón, que es que Macri piensa las políticas de seguridad desde una óptica que tiene que ver con tomar agentes de otras fuerzas –en la causa por la muerte de Nehuén, se trata de exagentes de la Federal y la Bonaerense– que tienen problemas y vicios, que muestran un ejercicio de violencia institucional por parte de la Metropolitana en la Ciudad”.

Mientras espera que la causa –su justicia, en definitiva– se motorice, la familia de Nehuén Rodríguez participó el viernes pasado de la feria que organizó la comunidad educativa del Normal 3, en Bolívar y San Juan, en reclamo de mejoras edilicias y mayor presupuesto. Es lo que hubiera hecho Nehuén, dicen: no hubiera aflojado. Por algo su nombre, en mapuche, quiere decir fuerte.

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