El arranque de un año clave para el Gobierno

El arranque de un año clave para el Gobierno

El retiro espiritual que el Presidente realizará con su gabinete, en el que el ministro de Finanzas, Luis Caputo, deberá dar explicaciones por su controvertido rol en sociedades offshore.


Después de 29 días de descanso durante los últimos dos meses, el año comienza para el presidente Mauricio Macri con otro retiro espiritual, esta vez acompañado de su equipo de gobierno. En la residencia de Chapadmalal, el mandatario y su gabinete se reúnen para hacer una puesta a punto, repasando el estado de situación y planificando los pasos a seguir en un año clave para las aspiraciones de un segundo mandato de Cambiemos. La marcha de la economía, el vínculo con el sindicalismo, las reformas laboral y electoral que la Casa Rosada pretende poner en marcha, la incipiente reunificación opositora y el nuevo paradigma en materia de seguridad y defensa serán algunos de los puntos álgidos de la agenda durante este encuentro.

De todos los funcionarios invitados a la costa, probablemente Jorge Triaca (h) sea el que despierte más expectativas en lo que tenga para decir, siempre lejos de los grabadores y las cámaras. El ministro de Trabajo todavía está en el ojo de la tormenta por el escándalo que protagonizó durante el verano, que incluyó maltratos a una empleada, trabajo en negro, nepotismo y designaciones irregulares en intervenciones que estaban bajo su control. Además, ahora recae sobre él la tarea de resolver las paritarias más complicadas en muchos años, viga central del programa económico. Todo, en el marco de un conflicto potencialmente explosivo con sectores importantes del sindicalismo.

Con menos repercusión mediática, pero acaso más riesgo institucional, el titular de la cartera de Finanzas, Luis Caputo, llega al encuentro en medio de la ola expansiva por la revelación de documentos de la Comisión de Valores de los Estados Unidos que prueban que fue accionista de sociedades offshore en las islas Caimán creadas para administrar millones de dólares de forma poco transparente a través de paraísos fiscales, algo que omitió declarar en sus declaraciones juradas al asumir como funcionario. Para peor, existen fuertes sospechas de que una de esas firmas especuló con bonos de la deuda argentina en default, que el mismo Caputo, ya en el Gobierno, se encargó de renegociar y pagar (ver recuadro).

Hay, sí, un gran ausente con aviso durante el retiro espiritual. Se trata, acaso, del menos espiritual de los funcionarios de este Gobierno: el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, cuya supuesta “independencia” respecto de la Casa Rosada lo dejó al margen del convite. De todas formas, la evolución del valor del dólar y de las tasas de interés manejadas por esa institución son parte clave de la agenda. El brazo ejecutor del presidente Macri, conformado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y sus dos colaboradores Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, trabajan a diario en este tema, sin los resultados esperados aún: según las advertencias de los economistas del equipo, se corre el riesgo de perder actividad económica sin que ceda el aumento de precios. El peor de los escenarios.

En ese sentido, las negociaciones paritarias en ciernes son fundamentales: en el Gobierno están convencidos de que la inflación corre detrás de los aumentos salariales, y por eso quieren clavarlos cerca del quince por ciento. El problema es que nadie cree, a esta altura del partido, que los incrementos de este año bajen del 20 por ciento. Triaca es el encargado de deshacer este nudo gordiano. En ese sentido, durante el retiro se evaluaron alternativas, desde la cláusula gatillo hasta una negociación paritaria en dos etapas, pasando por incentivos a la productividad, bonos fijos durante el año y otros ejercicios de creatividad económica que (aún) no se filtraron al público.

Hay cierta urgencia sobre la materia: en vísperas de la primera movilización opositora del año, hay ministros que creen que un buen anuncio en este rubro puede quitarle apoyos al sector crítico del sindicalismo que encabeza Hugo Moyano. Más allá de la marcha anunciada para el 21, en el Gobierno quieren evitar que ese espacio siga consolidándose, en un contexto en el que la oposición política también está, lentamente, dejando de lado sus diferencias. En ese sentido, el operativo de seguridad en torno a la movilización es importante para evitar que se repitan escenas como las de diciembre, que ayudan a juntar voluntades opositoras. La responsable: Patricia Bullrich, aunque la ministra de Seguridad todavía responsabiliza al Gobierno porteño por la forma en que se lidió con las manifestaciones de fin de año.

Bullrich tuvo también su dosis de protagonismo al explicar dos temas que el Gobierno puso en agenda en las últimas semanas: el nuevo paradigma en materia policial, azuzado por el caso Chocobar y luego puesto en duda por la seguidilla de casos de gatillo fácil que lo sucedieron, y la modificación en los planes de lucha contra el narcotráfico en la frontera, con apoyo de las Fuerzas Armadas y la conformación de una task force conjunta con la DEA. La ministra de Seguridad reafirmó en la costa su rol como una de las funcionarias clave para el segundo bienio del Gobierno de Cambiemos: menos gradualismo y más disciplinamiento es la ecuación que propone Macri para esta etapa, y “la Piba” aparece como la mejor de las intérpretes.

El retiro espiritual que se concretará en estos días estaba previsto para mediados de diciembre. Desde entonces, casi todo cambió: el dólar estaba debajo de los 18 pesos, el Gobierno gozaba de popularidad después de un contundente triunfo electoral, la oposición estaba atomizada y resignada a competir por el segundo lugar en 2019 y los planes de reforma permanente avanzaban. Hoy, la divisa extranjera rompió la barrera de los 20 pesos, las encuestas muestran una abrupta caída de imagen en el oficialismo, la oposición se junta y las reformas quedaron en stand by. Una sola cosa no cambió desde entonces y fue el motivo por el cual se suspendió, en aquella ocasión, la cita. En ese momento continuaba la búsqueda del submarino ARA San Juan, desaparecido con 44 personas a bordo, y eso motivó la postergación del retiro. Hoy, el navío y sus tripulantes siguen sin aparecer.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...