Felipe Solá ya no la quiere más, pero Franco Macri quiere volver a su viejo amor

Felipe Solá ya no la quiere más, pero Franco Macri quiere volver a su viejo amor

La dura posición del gobernador bonaerense Felipe Solá en cuanto a la continuidad de la CEAMSE puso en crisis todo el esquema de gestión de residuos en la Ciudad de Buenos Aires. En el Gobierno analizan tres alternativas: General Lavalle, Olavarría y Villa Paranacito. Mientras tanto, IECSA, una empresa del Grupo Macri, abonó 36 mil pesos y adquirió el pliego de la licitación por la recolección de la basura porteña. Finalmente, un afiche que amaneció ayer en el microcentro porteño -en el que se ataca a las empresas españolas- preanuncia duros combates en el complicado proceso de la gestión de los residuos porteños


Aunque hasta ahora el proceso para la licitación de la basura se desarrolla sin mayores problemas, éstos no están ausentes en el tratamiento de los residuos que generan diariamente los porteños. El principal elemento discordante es la furia con la que el gobernador bonaerense Felipe Solá, planteó su desacuerdo con que la empresa Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), que se ocupa del enterramiento de la basura, siga funcionando. Si bien en los últimos días Solá moderó su rigidez, sus conversaciones con el jefe de Gobierno porteño no transitan por un camino pavimentado de facilidad.

Tanto es así, que el Gobierno porteño se encuentra evaluando por estos días tres territorios alternativos para enterrar sus residuos: General Lavalle y Olavarría, en la Provincia de Buenos Aires y Villa Paranacito, en la Provincia de Entre Ríos. De todos modos, podrían existir otros ofrecimientos, pues existen otros intendentes de la Provincia de Buenos Aires, que ven en la industria del "cirujeo" de la basura porteña un emprendimiento potencialmente rentable.

El intendente de General Lavalle se encuentra analizando la posibilidad de contruir un entubamiento del Río Salado en su desembocadura en el Océano Atlántico, al que llega en forma de bañados. Las montañas de los residuos porteños podrían dar origen a un cañadón que encierre el tramo final del río. Los desechos llegarían hasta ese lugar -situado a unos 300 kilómetros de Buenos Aires- en barcazas, ya que se encuentra en la costa del mar.

En Olavarría -una posibilidad que se pergeñó en la propia CEAMSE- existen grandes oquedades, producto de la actividad de las caleras, que generaron en sus alrededores zonas áridas. Si en esos lugares se enterraran desechos orgánicos, en un plazo prudencial podrían volverse fértiles. Los residuos serían transportados hasta Olavarría, que está a 350 kilómetros de Buenos Aires, en tren y en camión.

Cualquiera de estas alternativas, por válidas que sean, implicarían el desplazamiento de las algo menos de 5.000 toneladas diarias que generan los porteños hasta 180 kilómetros -Villa Paranacito- o hasta los 350 kilómetros que separan a Olavarría de Buenos Aires. Esto encarecería el servicio de una manera brutal.

Actualmente, la CEAMSE le cobra al Estado porteño 18,29 pesos por tonelada enterrada en algunos de sus centros de disposición final. Pero este precio rige sólo si el gobierno se hace cargo del transporte, de lo contrario, el precio trepa hasta los 41,70 pesos. Esta tarifa incluye el trabajo a las Estaciones de Transferencia correspondientes -en la Ciudad de Buenos Aires hay tres- y el traslado posterior hasta centros de disposición final que están a menos de 40 kilómetros de distancia. Es decir, los redisuos porteños viajan actualmente hasta basurales que se encuentran a una distancia de cuatro a nueve veces inferior a la que viajaría en el futuro. Sería conveniente, por lo expuesto, negociar una solución definitiva -aunque fuera mala- con Solá.

EL CONTRATO DE LA RECOLECCIÓN DE RESIDUOS

El contrato más importante que tiene la Ciudad de Buenos Aires -el de la recolección de residuos- se encuentra en proceso de ser adjudicado desde el 14 de octubre último, cuando el Gobierno porteño puso en venta el pliego de condiciones de la licitación respectiva.

El pliego, que tiene un costo de 36 mil pesos, fue adquirido por cinco empresas en la primera semana, entre las que se cuentan la actual concesionaria CLIBA -perteneciente al Grupo Roggio- y la española Transportes Olivos.

Al día de la fecha, cuando ya son ocho los pliegos que vendió el Gobierno porteño, trascendió de fuentes gubernamentales una novedad impactante: la empresa IECSA, que pertenece a Sociedad Macri (SOCMA) adquirió el pliego y anotó en su planta de gerentes a algunos de los antiguos directivos de MANLIBA.

Aún no hay novedades acerca de dos grupos brasileños que, según fuentes gubernamentales, se mostraron interesados en adquirir los pliegos para intervenir en la licitación.

UN AFICHE CONTRA LA INVASIÓN ESPAÑOLA

El miércoles último apareció pegado en algunas paredes del microcentro un afiche titulado: "El Negocio de la Basura" – Parte I. Luego reza: "Algo huele mal en Tucumán 1321 – 3°. AESA + AEBA+ SOLURBAN + URBASER= PROACTIVA. Estas empresas se burlan de la gente y del Gobierno de la Ciudad. No permitamos que nos sigan robando".

Las empresas mencionadas forman parte -al igual que Transportes Olivos- del "lobby" español, por lo que el afiche posiblemente preanuncie el comienzo de una lucha feroz. O de un "lobby" feroz.

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