El mundo perdido de Rodolfo Estivill, sumido en la sinrazón

El mundo perdido de Rodolfo Estivill, sumido en la sinrazón

Un hombre de 91 años se quitó la vida este jueves en la UDAI Mar del Plata. Se disparó con un revólver en las escaleras de la oficina, frente a los concurrentes. La guerra que siguió y la estupidez.


Un jubilado de 91 años se suicidó disparándose un tiro en la cabeza en la propia sede de la ANSeS de Mar del Plata.

Una testigo del hecho relató que el hombre se subió a la escalera que lleva al piso alto de la oficina, pidió silencio y relató que para vivir debía recibir la ayuda de un sobrino y que ya no podía depender más de él. Finalmente, consternado, el hombre tiró su bastón, que rodó hasta el pie de la escalera, sacó un arma de entre sus ropas y se disparó, tras decirle a una sobrina, que lo había acompañado, “dejame solo, éste es mi destino”.

El anciano, que no falleció inmediatamente, llegó a la Unidad de Atención Integral alrededor de las 10:30, acompañado por una sobrina. Se disponía a efectuar un trámite de cambio de domicilio, porque estaba a punto de mudarse a Buenos Aires. Repentinamente, decidió acabar con su vida de la manera descripta.

Tras los sucesos, una ambulancia llegó inmediatamente al lugar para trasladarlo al Hospital Interzonal de Agudos, adonde fue internado en estado de extrema gravedad. A las 13:00, dos horas y media después de haberse baleado, el hombre falleció.

Luego de que Rodolfo Oscar Estivill falleciera, una onda de furor -que, como tal, porta un escaso sentido común- recorrió las redes sociales. Un conocido troll que anida en la red del pájaro azul, autobautizado como Diego Álzaga Unzué -un nombre ficticio- lanzó un chiste de mal gusto. “El Jubilado que se pegó un tiro en el (?) Anses no tenía para comprar pan pero si para balas, quién le maneja la economía, Kicillof?”, preguntó retóricamente, haciendo alarde de una absoluta ausencia de empatía.

Paralelamente, cientos de opositores al Gobierno no cesaban de culpar por el deceso a las políticas económicas que desarrolla Nicolás Dujovne, rebajando el pensamiento crítico al nivel hormiga.

Inmediatamente aparecieron declaraciones de variado tipo y de variado impacto. El propio titular de la ANSeS, Emilio Basavilvaso, manifestó por la red del pájaro azul su “dolor y consternación” por el hecho, manifestó luego su solidaridad con la familia y, finalmente, lamentó “el uso político de una situación tan personal y dolorosa” por parte de quienes le adjudicaron a la economía (“es la economía, estúpido”, aportó años antes un antiguo presidente de un país del norte) el suicidio del anciano.

De todos modos, los desatinos no terminaron allí. Inmediatamente, el dirigente Yamil Santoro, del partido Unión por la Libertad, que preside Patricia Bullrich, publicó en otra red social, la que se asemeja al cara-libro, su opinión, en la que no dejó de destacar que la culpa del suicidio fue de las políticas públicas “que le han ca..ado la vida a un montón de argentinos”; a “la complejidad del sistema de protección social”; a que los jubilados “desconocen los datos positivos que aparecen en la economía” y pidió a los medios de comunicación que “cuiden la esperanza” para que los jubilados no caigan en la desesperación.

Finalmente, el gremio que nuclea a los trabajadores de ANSeS, la Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social, decrataba un paro de 24 horas por el suicidio de Mendivill. “Esto no da para más, es un genocidio”, fue la consigna con que APOPS convocó a asambleas en todo el país para este jueves. Propusieron, según Andrés Álvarez, el delegado marplatense del sindicato, un paro de 24 horas, a realizarse el viernes.

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