Una idea: lectura en salas de espera en el Hospital

Una idea: lectura en salas de espera en el Hospital

Los psicólogos, psicopedagogos, psiquíatras y asistentes sociales del Hospital Gutiérrez organizaron en el Servicio de Psicopatología una sala de lectura para que los chicos, y padres, que esperan en la sala de espera lean y disfruten de algunos clásicos de la literatura infantil. La idea surgió hace un año y desde aquel entonces compite cabeza a cabeza con el televisor


"El Principito" o clásicos como "Los tres chanchitos" y "Cenicienta" son algunos de los muchos libros que los chicos que se atienden en el Hospital Gutiérrez pueden disfrutar en la sala de lectura que funciona en el primer piso, del Servicio de Psicopatología.

La idea nació hace poco más de un año, cuando psicólogos, psicopedagogos, psiquíatras y asistentes sociales vieron la necesidad de promover la lectura entre los tantos chicos que concurren al hospital, de manera ambulatoria o internados y en tratamiento.

La biblioteca se armó de a poco, con donaciones que llegaron de diferentes editoriales y con lo que los profesionales y visitantes del hospital fueron entregando. Su inauguración formal fue el 15 de diciembre de 2003, y a partir de la fecha, la sala es visitada diariamente por los pequeños lectores.

Los chicos pueden concurrir personalmente a buscar un libro, o mientras aguardan en las salas de espera de reumatología y nutrición, adolescencia, psicopatología y consultorio del niño sano, reciben a los profesionales que se pasean con la biblioteca ambulante proponiéndoles acercarse a hojear, mirar, explorar y leer libros.

Según una de las coordinadoras de la sala, Marta Caballero, "muchos chicos que se atienden en el hospital nunca han tenido contacto con un libro, por eso queremos romper con el mito de que los libros muerden y fortalecer la idea de que la lectura es salud".

Por su parte, Maria Susana Tocalino, psicopedagoga del área, cuenta que tienen pensado "acceder a todos los rincones del hospital, especialmente a las salas de internación donde los chicos no pueden ir en busca del libro, pero nosotros podemos acercárselos".

Los organizadores de la iniciativa indicaron que la importancia del proyecto es recrear situaciones naturales de lectura y realizar lecturas compartidas, convocando a los padres para leerles no sólo a sus hijos sino también a otros niños.

El espacio también está abierto a los padres, que pueden consultar permanentemente revisteros con diarios y revistas, y son quienes muchas veces, cuando vuelven al hospital con sus hijos, donan periódicos que juntan en sus casas. Otra situación que se han producido, fue que pidieron llevárse algún número que está en el hospital para sacar un molde de un vestido, una receta de cocina o una nota periodística de las Malvinas para la clase de la escuela de sus chicos.

Los niños también tienen carteleras interactivas con el fin de conocer más acerca de los hábitos de los lectores, como por ejemplo saber qué libro les gustó más, o qué tipo de libro les gustaría leer. "Si bien todas las salas de espera cuentan con televisor, la sala de lectura nunca compitió con él. Ahora aunque el televisor permance encendido, la biblioteca nunca perdió adeptos y sigue ganando en la competencia", afirmó Caballero.

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