Disparen contra el Capitán Veto

Disparen contra el Capitán Veto

Por Enrique Colombano

Organizaciones del sector se unieron para promover, otra vez, una norma que fije subsidios a músicos en edad de jubilarse. Se había aprobado a fines de 2011, pero Macri la anuló. Duras críticas.


Es un hecho inédito que las principales organizaciones que representan al mundo de la música en la Ciudad de Buenos Aires compartamos una mesa. Es todo un símbolo de lo que este proyecto significa para nosotros, los músicos”, remarca Diego Boris a Noticias Urbanas. Él representa a la Federación Argentina de Músicos Independientes (FA-MI), y el proyecto al que se refiere es la denominada “Ley de Reconocimiento a la Actividad Musical”, promovida para garantizarles una vejez digna a los músicos mayores que, por diferentes razones, pero sobre todo por la extrema precarización laboral a la que son constantemente sometidos los profesionales de esta rama del arte, no cuentan con una jubilación para subsistir.

Ciudadanos ilustres como el bandoneonista Leopoldo Federico y la cantante de folclore Teresa Parodi fueron parte de la mesa de presentación, el último lunes, del mencionado proyecto en la Legislatura porteña.

¿Y de qué estamos hablando? De una ley que garantice que, cada año, una camada de 20 músicos en edad de jubilarse pase a beneficiarse con un subsidio mensual que ronda los 4 mil pesos per cápita. Algo que a la Ciudad de Buenos Aires le costaría, el primer año, cerca de 960 mil pesos en un presupuesto que acaba de ser ampliado a 47 mil millones. ¿Y en los años siguientes, cuando se vayan acumulando más beneficiarios? El proyecto, para esos casos, establece un tope del 0,0147 por ciento del presupuesto anual porteño, lo que equivaldría, tomando como base el presupuesto actual, a un máximo total de casi siete millones de pesos, que permitiría beneficiar a un global de 143 músicos de la tercera edad. Protección para personas que dedicaron su vida al arte y hoy sufren todo tipo de privaciones económicas. ¿Alguien podría estar en desacuerdo?

Nadie, fue la respuesta que se escuchó cuando el proyecto se presentó por primera vez, hace varios años, de la mano del ya fallecido músico y legislador Chango Farías Gómez. La iniciativa, entonces, sorteó con dictamen favorable la Comisión de Cultura. Y siguió por la Comisión de Presupuesto. Y llegó al recinto de sesiones. Y todos los diputados presentes levantaron la mano a favor. Y el 24 de noviembre de 2011 se convirtió en ley. En ley votada por unanimidad. Ley Nº 4.021. ¿Es que alguien podía estar en desacuerdo? Nadie, dijeron. ¿Estamos sordos, acaso?

Pero el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, la vetó 35 días más tarde.

¿Cómo? Si hasta la había votado su propia gente… A ver, pongamos rewind.

“Una vez que nos enteramos de la noticia, yo lo acompañé al maestro Leopoldo Federico y a los representantes de las otras organizaciones a ver al ministro de Cultura de la Ciudad”, cuenta Teresa Parodi a NU. “Ahí le escuché decir a (Hernán) Lombardi, con la mayor naturalidad, ‘no vamos a permitir el subsidio, porque si les damos esto a los músicos, van a empezar a venir otros y no va a haber presupuesto que alcance. Ya cometimos el error de darles un subsidio similar a los escritores’. Eso nos dijo.”

Porque sí, créase o no, hay una ley muy parecida que beneficia a los hombres de las letras. Pero a los trabajadores de las notas, los pentagramas y las figuras rítmicas, no. ¿Por qué? Porque no.

La cantante Celsa Mel Gowland, que compartió escenarios con Soda Stereo, Luis Alberto Spinetta y Diego Torres, entre muchos otros consagrados, hoy preside la asociación Músicos en Sintonía Fina, y coincide con lo relatado por Parodi: “Con nosotros estaba también Vitillo Ábalos (el último sobreviviente de los hermanos Ábalos), que tiene más de 90 años. Cuando Lombardi nos atendió, nos explicó que con la ley se les desbalanceada el presupuesto. Y que, después, iban a venir a pedir plata los circenses, los fotógrafos, los que hacen malabares en la calle, etcétera, etcétera. La verdad, nosotros pedimos lo que corresponde para proteger a nuestros músicos mayores. Que no nos lo quieran dar raya con la deshumanización, porque, realmente, una ley que favorece hasta 20 músicos por año con el 0,0147 por ciento del presupuesto como máximo, es bochornoso que se haya vetado”.

Pero ocurrió. Y los músicos tuvieron que insistir este año con un nuevo proyecto, que cuenta con la autoría de 32 legisladores porteños, la totalidad de la oposición al Pro, cuyos diputados, esta vez, no se animaron a poner el gancho.

Fast forward. Lunes 1 de julio. Salón Juan Domingo Perón de la Legislatura porteña. (Re) presentación oficial del proyecto de Ley de Reconocimiento de la Actividad Musical. Comparten la mesa Leopoldo Federico (Asociación Argentina de Intérpretes), Diego Boris (FA-MI), Cristian Aldana (líder de la banda El Otro Yo y de Unión de Músicos Independientes), el guitarrista Ricardo Vernazza (Sindicato Argentino de Músicos), el compositor Víctor Yunes (Sociedad Argentina de Autores y Compositores), Celsa Mel Gowland (Asociación Civil Músicos en Sintonía Fina), la pianista Adriana de los Santos (Músicos Organizados), Alejandro Cabrera Britos, del grupo Jamaicaderos (representando a la organización Músicos en la Calle) y Teresa Parodi. Los acompañan los legisladores Susana Rinaldi (Frente Progresista y Popular), Alejandro Bodart (MST), Rafael Gentili (horas antes de romper con Proyecto Sur), María José Lubertino (Frente para la Victoria), Delia Bisutti y Edgardo Form (Nuevo Encuentro).

Entre la gran cantidad de músicos que asisten al encuentro, están el exbaterista de Almendra, Rodolfo García (recientemente nombrado Personalidad Destacada de la Cultura); los Man Ray, Hilda Lizarazu y Tito Losavio; Raúl Carnota; Nico Favio (hijo de Leonardo Favio), y la folclorista Norma Peralta, hermana de Miguel Abuelo. Se leen las adhesiones de Víctor Heredia, León Gieco, Fito Páez y Liliana Herrero, y de los legisladores Juan Cabandié (FpV) y Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica), ausentes con aviso.

De a uno, los integrantes de la mesa exponen las razones humanitarias del proyecto y rechazan duramente el veto de Macri. Destacan una cosa: los diputados autores de la iniciativa son 32, por lo que, de llegar esta al recinto de sesiones, sería un hecho su aprobación. El peligro de que esto no ocurra, entienden, está en las trabas que el macrismo pueda ejercer en las comisiones de Cultura y Presupuesto, hacia las que fue girado el proyecto, donde el Pro tiene las presidencias y, en el caso de la primera, también la mayoría.

Susana Rinaldi, en su doble rol de legisladora y cantante, toma la palabra y oficia de nexo entre los músicos y los diputados que integran la mesa. Los argumentos son similares. Se destaca la unión, el repudio al veto y la necesidad de compartir la lucha. El cierre es con Nico Favio y Norma Peralta interpretando “Himno de mi corazón”, al que se suman todos a coro, como en una plegaria conjunta. Llega el fin de la presentación. Ahí Boris nos dice: “Es un hecho inédito que las principales organizaciones que representan al mundo de la música en la Ciudad de Buenos Aires compartamos una mesa. Es todo un símbolo de lo que este proyecto significa para nosotros, los músicos”. Y es el último rewind. Que así sea.

Las 32 firmas:

El proyecto tiene la autoría de los siguientes legisladores: Gabriela Alegre, Alejandro Amor, Daniel Amoroso, Fabio Basteiro, Pablo Bergel, Delia Bisutti, Alejandro Bodart, Juan Cabandié, Rubén Campos, Adrián Camps, Gabriela Cerruti, Maximiliano Ferraro, Edgardo Form, Laura García Tuñon, Rafael Gentili, Virginia González Gass, María América González, Dante Gullo, Aníbal Ibarra, María José Lubertino, María Elena Naddeo, Claudia Neira, Francisco Nenna, Claudio Palmeyro, Claudio Presman, María Rachid, Julio Raffo, Susana Rinaldi, Mateo Romeo, Rocío Sánchez Andía, Fernando Sánchez y Jorge Selser.

El Proyecto:

Se trata de un subsidio vitalicio que se otorgará a no más de 20 músicos por año, y que corresponderá al equivalente al ingreso básico del personal del Gobierno porteño que revista en la categoría Agrupamiento Servicios Sociales e Institucionales de la Carrera Administrativa (Nivel SA01). Es un monto que ronda los 4.000 pesos mensuales.

Se establece un tope del 0.0147 por ciento del presupuesto anual de la Ciudad para destinarse a estas partidas.

El beneficio contempla a los músicos de 65 años o más edad que puedan acreditar 20 años de trayectoria, sean naturales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (o tengan residencia permanente en los últimos 15 años) y no tengan ingresos superiores al establecido en el subsidio. Si tienen algún tipo de ingreso, el subsidio contemplará solamente la diferencia hasta alcanzar el monto estipulado. También podrán ser beneficiarios los músicos que, poseyendo una reconocida actividad pública y cualquiera fuere su edad, se encontraren afectados por una incapacidad física o mental permanente e irreversible y cumplieren con el resto de los requisitos establecidos. Los beneficiarios serán escogidos por un comité de evaluación creado para tal fin, integrado por funcionarios y representantes de las principales organizaciones del ámbito de la música.

 

 

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