La paralización del Congreso de la Nación se enmarca alrededor de los temas judiciales, que fracturaron, aún más, los pocos canales de comunicación entre las fuerzas políticas.
El Consejo de la Magistratura: el inicio de la guerra
El quiebre con la oposición comenzó cuando la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau dejó sin efecto la resolución 1608 , que nombró a los cuatro representantes del Poder Legislativo – Vanesa Siley , Rodolfo Tahilade , Álvaro González y Roxana Reyes – en el Consejo de la Magistratura. Esa decisión se transformó en un camino de ida.
A partir de ese momento, comenzó la batalla en el recinto y se rompió todo tipo de acuerdo político. El radicalismo no se quedó en su lugar y, luego, presentó un recurso de amparo para rechazar la medida de Moreau.
Pero lo cierto es que el 24 de noviembre del 2022 fue la última sesión especial, que se realizó con el mayor consenso político. Allí se debatió el reconocimiento de la Lengua de Señas (LSA) como una lengua natural y originaria en todo el territorio nacional, la modificación sobre Alcoholemia Cero para la conducción de vehículos, el proyecto de procedimientos médicos para la atención de las mujeres y personas gestantes frente a la muerte perinatal y el programa de protección integral de personas con cardiopatía congénita, entre otros temas más.
Una reelección que no pudo concretarse
Por otra parte -como cada año- las autoridades de la Cámara baja deben reelegirse -mediante la Sesión Preparatoria- pero, a esta altura, no se ha podido realizar tal votación , ya que los acuerdos se han fracturado al interior del Poder Legislativo.
Además, la sesión especial pedida para el 1 de diciembre, si bien rompió el quórum, se tuvo que suspender por los incidentes entre el FdT y JxC, y, de esta forma, se perdió el número que se necesitaba para continuarla (129). El nivel de violencia que escaló durante la sesión y tuvo que suspenderse.
Entre los temas que iban a debatir estaba la creación de universidades nacionales, que quedo en el tintero.
La sesión convocada para el 21 de diciembre no consiguió el acuerdo político y no pudo llevarse adelante. La prórroga de Sesiones Ordinarias, solicitada por el presidente de la Nación, Alberto Fernández, se transformó en un deseo frustrado.
Asimismo, el mandatario – en un intento de que el Congreso se reactive – convocó a Sesiones Extraordinarias que comenzaron desde el 23 de enero hasta el 28 de febrero, con un temario de 27 proyectos.
A días de terminarse ese período, el Congreso no pudo tratar ningún proyecto en el recinto , ya que el pedido de juicio político a los miembros de la Corte Suprema de Justicia terminó de romper los pocos entendimientos que existían y opacó todo tipo de debate.
JxC se posicionó en una actitud de no brindarle el quórum al FdT y trabar cualquier maniobra por priorizar en la agenda un nuevo tema judicial que separa las aguas.
Desde el oficialismo apuntarán a sesionar – al menos una vez – antes de que termine el período de Sesiones Extraordinarias – con el proyecto de Moratoria Previsional – que espera a ser aprobado desde el año pasado.
Si bien el FdT no posee los números propios para abrir la discusión en el recinto, ya que cuentan con 118 legisladores, convocará a los bloques minoritarios para llegar a los 129 que se necesitan para sesionar. Intentará ir a la pesca de los diputados del Interbloque Provincias Unidas, del Frente de Izquierda y del Interbloque Federal y ver si – finalmente – JxC acepta las condiciones y suma a sus diputados.
El final está abierto, aunque desde el oficialismo se muestran optimistas de poder lograrlo y demostrar su propia fuerza política rompiendo con el bloqueo que JxC se encaminó a transitar. Aunque se manejaran varias fechas, el FdT tendrá tiempo hasta el 28 de febrero para no repetir la historia del 2022, año en el que el Congreso no pudo sesionar en el período de Sesiones Extraordinarias.
