El martes, en medio de los persistentes cruces entre el oficialismo y la oposición por el pedido de juicio político contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el tablero electoral se sacudió con dos fotos de cierto peso.
Por un lado, más temprano, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, decidió pegar el salto y anunció que sería candidato a presidente en 2023. Lo acompañaba un exaliado suyo, el exmandatario de Salta Juan Manuel Urtubey, que también pelearía por el mismo lugar en una PASO por fuera de la grieta. Curioso lo de Urtubey: en 2019, hizo una foto parecida pero con Roberto Lavagna. La experiencia terminó con una dupla que apenas arañó los 6 puntos.
Pero ese mismo martes, un poco más tarde, hubo otra imagen con fuerte contenido político: Elisa Carrió y Gerardo Morales, que ya fueron aliados electorales en 2009 por caso, con el recordado Acuerdo Cívico y Social, anunciaron que habían llegado a un acuerdo electoral para este año.
La jefa de la Coalición Cívica y el titular del radicalismo proponen en privado y en público una construcción republicana, más de centro y menos corrida a la derecha que representaría el macrismo más duro.
La sola enunciación de estas características dejaría afuera del armado a Mauricio Macri. Pero no hay que hacer especulaciones periodísticas: tanto Carrió como Morales ya han dicho en público que el ex presidente no debe participar del próximo proceso electoral. ¿Qué pensará el fundador del Pro? Si hay algo que lo enoja es que lo saquen de la cancha por decisión ajena.
A la foto de Juntos por el Cambio le faltó, de todos modos, el tercer integrante, acaso el más importante si se tiene en cuenta los números de las encuestas: Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de Gobierno y precandidato presidencial del Pro venía de hacer una criticada instantánea beatle con el mismo Morales, más Diego Santilli y Martín Lousteau.
Algunos observadores vieron allí una fórmula presidencial (Larreta-Morales), más un candidato a gobernador (Santilli) y uno a jefe de Gobierno (Lousteau).
El jefe de Gobierno también venía de compartir un acto especial con Carrió: fue hasta Exaltación de la Cruz, para el cumpleaños de la ex diputada. Entonces, acaso enojada porque Larreta le soltó la mano a su ministro licenciado Marcelo D’Alessandro (hackeado y comprometido por la filtración de presuntos chats), Carrió dejó en claro que “todavía no tengo candidato”.
Larreta y Carrió ya tienen un acuerdo hace años en la Ciudad (ella encabezó la boleta y sacó más de 50 puntos en la legislativa de 2017, por caso) y todos descuentan que, más temprano que tarde, el jefe de Gobierno entrará por esa puerta que abrieron la chaqueña y el jujeño. La misma que ya está cerrada para Macri.
