Cien mil personas en el cierre de Estudio Abierto

Cien mil personas en el cierre de Estudio Abierto

Una multitud concurrió al cierre de Estudio Abierto, que finalizó este domingo 5 de diciembre, en las tres sedes donde se pudieron observar diversas muestras de arte. Al término del mismo se anunció por parte de del Gobierno de la Ciudad, la entrega de un subsidio de ochenta mil pesos del Fondo Cultural Ba para la tradicional confitería El Molino sita en Rivadavia y Callao


Con más de 100 mil visitantes cerró la séptima edición de Estudio Abierto, el festival cultural organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad, que tuvo lugar entre el 27 de noviembre y el domingo 5 de diciembre. Durante este último fin de semana, como en el anterior, estuvieron colmadas las tres sedes del Palacio Barolo, La Confitería del Molino y la Casa de la Cultura, donde se exhibieron tres muestras de artes visuales, con pinturas, instalaciones, objetos y videos que reflejaban distintas reflexiones sobre la Ciudad desde la óptica de artistas locales, de las provincias y extranjeros.

Tal como ocurrió el año último con el edificio de Harrod’s, Estudio Abierto Avenida de Mayo reabrió temporalmente algunos espacios especialmente significativos para los porteños, que albergaron muestras y diversas manifestaciones artísticas, desde el teatro y la performance hasta la música, el cine y el videoarte: Las actividaddes desarrolladas en El Molino, por ejemplo, convocaron a más de cinco mil personas por día, de este modo, vio cubierta totalmente su capacidad y fue sede de importantes actuaciones musicales como las de Rosal, Mariana Baraj, Francisco Bochatón y el grupo Pornois, entre otros.

Apenas terminado el evento, la secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad anunció que se le otorgó a El Molino, un subsidio de 80 mil pesos, del Fondo Cultura BA, para dar comienzo a los trabajos de restauración.

Entre los fundamentos del subsidio, se hace hincapié en el enorme valor patrimonial del edificio en donde funcionó la histórica confitería, que es un claro exponente de la arquitectura antiacademicista del estilo art nouveau; y además, se argumenta que es un edificio emblemático de la Ciudad, localizado estratégicamente, que evoca épocas de esplendor y ha sido testigo de innumerables acontecimientos de nuestra historia.

El subsidio se dedicará al arreglo de la fachada, la restauración del cuerpo central y las mansardas. Y provocará un estímulo para contribuir a la recuperación integral del edificio, con el compromiso de los propietarios de implementar obras y trabajos en el mismo.

Durante dos semanas, El Molino recuperó su esplendor mediante la oferta de muestras de arte contemporáneo, intervenciones urbanas, videoarte y proyecciones de cine experimental, work in progress de danza y teatro, recitales de poesía y mesas debate; ferias de diseño, de revistas y de sellos discográficos independientes, con recitales de música en vivo y las tendencias más contemporáneas y vanguardistas del arte local.

Entre los hechos más destacados, que llevó a cabo Estudio Abierto, figura la muestra La Ciudad, arte y utopias, que estuvo integrada por obras históricas de Julio Le Parc, Gyula Kosice, Jorge Macchi, Sebastián Gordín y Dino Bruzzone, entre otros artistas consagrados. La misma continuará en exhibición hasta el 30 de diciembre en el Espacio Casa de la Cultura. Otra de las novedades de esta edición, fue la ocupación del espacio público con diversas intervenciones urbanas que irrumpieron aquí y allá por la zona en donde se realizó la muestra. Una de ellas fue Idea 21, del francés Antoine Boutet que se instaló en la Plaza del Congreso. Otra fue la intervención con música e imágenes que se llevó a cabo el domingo por la tarde en el Pasaje de la Piedad y tuvo como protagonistas a la cantante y actriz Rosario Bléfari y a la plástica Cecilia Szalkowicz

Otro hit convocante fue la acción de distintos grupos de stencileros, que treparon una inmensa pared en un Garage de la Calle Hipólito Irigoyen al 979 y la coparon con imágenes que aún se pueden ver. En tanto pasaron por el espacio de música, ubicado en el primer piso de la Confitería del Molino, numerosos conjuntos y entre los más convocantes estuvieron Juana Molina, Bochatón, Irupé Tarragós Ros y el grupo Pornois.

Para Gustavo López, secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad, "una vez más Estudio Abierto se convirtió en uno de los grandes acontecimientos culturales de la Ciudad, uniendo a vecinos y artistas, relacionándolos con espacios vitales de nuestra Buenos Aires. Esta vez la cita fue en la Avenida de Mayo, que en sus 110 años de vida, fue testigo de las marchas y contramarchas de la historia de nuestro país. Fue un éxito de convocatoria que se celebró en tres lugares emblemáticos: la Casa de la Cultura, el Pasaje Barolo y la Confitería del Molino, tres sitios representativos de la Ciudad".

"La séptima edición de Estudio Abierto dio visibilidad a la identidad de un sector urbano, fortaleció su producción cultural e integró a vecinos, artistas e instituciones locales en un círculo virtuoso que fomenta la colaboración entre el sector público y privado, permite difundir a talentos jóvenes y recupera edificios de alto valor patrimonial", agregó Silvia Fajre, subsecretaria de Patrimonio Cultural.

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