A todos les falta algo pero a Scioli un poco menos

A todos les falta algo pero a Scioli un poco menos

Daniel Scioli más allá de ganar la PASO realizó una buena elección, situándose cerca del objetivo. El notable desempeño de María Eugenia Vidal le dio la sobrevida a Cambiemos.


Habiendo quedado a solo un punto y medio de ese guarismo y viendo el resultado del frente Cambiemos, con el treinta y monedas, el escenario de “madura el nocaut (más de 40 a menos de 30)” que era uno de los posibles, no quedó plasmado pero tampoco tan lejos. Si quiere noquear ahora, tendrá que llegar al 45 en octubre, sin alternativa.

El ultrakirchnerismo brilló por su efervescente presencia a la que nos tenía acostumbrados aunque concurrió al Luna Park con sus dirigentes y militantes, y el sciolismo nació como fuerza política a partir de esta competencia electoral. Debe confirmar este resultado en las elecciones para constituirse en una realidad de la política nacional. El PJ nacional, los gobernadores, los kirchneristas (casi todos) y los gremios lo ven como propio. La clase media le fue un poco esquiva pero va por ella en octubre.

El frente Cambiemos tuvo puntos altos y otros no tanto. En general es buena la performance a nivel nacional y deben estar satisfechos por haber logrado la marca de lo que fueron a buscar. Y sobre todo la idea de un ballotage posible, algo que hasta que se realizara este comicio se ponía en duda incluso puertas adentro. El punto descollante de la coalición quedó en manos de la vicejefa porteña y dirigente de Morón, María Eugenia Vidal, que confirmó en la cancha ser el mejor cuadro político del naciente espacio PRO a nivel nacional. Le tocó bailar con la más brava y sacó más votos que Macri y no sólo eso, de todo Cambiemos. Tuvo actitud, perseverancia e inteligencia para ponerse al hombro una provincia que desde hace 28 años es el bastión inexpugnable del peronismo. A tener en cuenta, tiene vuelo propio y lo demostrará si hay debates en la TV.

Los que ganaron allí lo hicieron en testimoniales de medio término, como Francisco De Narváez (con la 125 a favor) y Sergio Massa (parando la re-re), aunque éste último sostenido desde una gruesa columna de intendentes del conurbano y del interior.

Mauricio Macri no brilló pero cumplió. Dependerá de su capacidad de leer lo que viene, tener o no alguna chance de llegar al sillón de Rivadavia. Es posible pero deberá hacer el récord de vuelta los 76 días que restan. Y a veces hay que doblar rápido. Retener a Sanz y a Carrió sin conflictos, ayudarlos a que nade de ese seis por ciento emigre, y ser más sólido que Massa en esta etapa, en la que seguramente no habrá acuerdo ya que es bastante difícil coordinar las estrategias y necesidades de cada uno. No pudieron antes que era cantado, ahora se le hará más difícil. Pero ya están conversando. El mapa de los triunfos a nivel nacional condenan a este cincuenta por ciento de los votos. Existen pero son de dura articulación, al menos con lo hecho hasta ahora. El otro 10 es casi imposible para ellos. Y ahí el problema.

Un párrafo aparte para Massa. El acuerdo con el gobernador De La Sota le salvó la ropa –al igual que los seis puntos de Sanz y Carrió a Macri- y permitió el discurso triunfante de que “existen tres fuerzas líderes”. Si la intención era romper la dicotomía se puede decir que lo logró ya que a pesar que quedó a lejanos nueve puntos de Macri, su presencia es indispensable en cualquier maniobra de ahora en más.

La interna del Frente para la Victoria en la Provincia dejó al desnudo las fallas que tuvieron ambos candidatos a la hora de juntar votantes. La crueldad y la deslealtad los terminaron perjudicando a ambos, y juntos a Scioli. Aníbal, el ganador, no parece ser una carta ganadora de primera línea. Es posible que si logran desarticular los odios, los guarismos a pesar del candidato mejoren. También aquí deberá haber una negociación clave de la que Scioli no puede ser ajeno. La Cámpora dejó su sello y se cargó a tres intendentes intocables del conurbano. Bien por los pibes, una ayuda a la democracia.

Final abierto, no súper abierto pero sin definición. Si fuera boxeo, round 10 y gana Scioli por tres puntos. Solo una serie de errores en fila lo pueden dañar. Pero es política y todo es posible.

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