Santilli, el Mascherano de Lilita

Santilli, el Mascherano de Lilita

Santilli tuvo la difícil tarea de capitanear su campaña, celebrar los goles y despejar los centros complicados.


Corría mayo de 2017, y luego de sortear una posible candidatura que lo alejaría de la gestión, que según el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, “es lo que más le gusta hacer”, llegaría un pedido del director técnico de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, para que dejara el mediocampo, su habitual posición de número 5 de la política porteña, y pasara a ser un central aguerrido que contuviera a la candidata más explosiva de la política oficial, la diputada Elisa “Lilita” Carrió.

No es novedad que el ladero del jefe de Gobierno posee muy buen pie y una pulida técnica para la política a la que le fue sumando metodicidad y entrega por el equipo, pero ahora le tocaría formar dupla con un central que siempre arriesga y sale jugando desde el fondo. Tarea nada sencilla para Santilli, quien siempre prefirió más armar paredes que tirar bochazo largo para la cabeza del Batigol. Pero esta vez le tocaría jugar con un 9 de lujo, el huracán Carrió.

Desde inculcarle la liturgia amarilla que basa su credo en la gestión y la cercanía con el vecino (que hizo posible un 60 por ciento de imagen positiva) hasta contener los cimbronazos que desatara en su propia lista con sus declaraciones explosivas, Santilli tuvo la difícil tarea de capitanear su campaña, celebrar los goles y despejar los centros complicados.

Y no se quedó ahí, su buen vínculo con el jefe de Gabinete y jefe de campaña bonaerense, Federico Salvai, y apegarse a la estrategia de Larreta y Marcos Peña lo llevó a comunicar el mensaje del cambio a otras provincias, incluida Buenos Aires, y a ser parte del pequeño círculo que visitó Olivos el día de la elección mientras el presidente Mauricio Macri almorzaba con Lilita en Los Abrojos.

Semana tras semana, y luego del apabullante resultado de las elecciones primarias, abiertas, simultaneas y obligatorias (PASO), se convenció y convenció a la chaqueña de que está podría ser la mejor elección de la historia en la Ciudad, algo que motivó el ego de Carrió, a quien los desafíos la desvelan, como marca su historia. Gracias a eso, la cofundadora del espacio Cambiemos hasta llegó a olvidar sus problemas de salud y mantuvo hasta casi el final el ritmo de campaña de una todoterreno.

Hoy, con el diario del lunes y casi el 51 por ciento de los votos, está claro que se cumplió con creces el objetivo y queda bien posicionado como zaguero y constructor inamovible de cara al Mundial de Rusia de la política, que será la elección ejecutiva de 2019.

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