Luis Barrionuevo, fiel a su estilo, se apartó de la movilización de las centrales obreras, armó un acto en soledad y hasta invitó al presidente Mauricio Macri a que coma un logro con él el 1° de mayo, para festejar el Día del Trabajador a lo grande. No contento con ello, el titular de la minúscula CGT Azul y Blanca, criticó acerbamente a los demás dirigentes que hasta hacía unas horas eran sus compañeros.
Algo pasó, aunque no está claro qué fue. Lo cierto es que el gastronómico hizo su acto en la intersección de Avenida de Mayo y Nueve de Julio y desde el estrado se permitió declarar que “nosotros hemos hecho paros, pero ahora vemos que hay un gobierno que recién empieza, un gobierno al que eligió la gente y nosotros somos democráticos, queremos que al país le vaya bien”, abriendo un compás de espera para sus reivindicaciones hasta que éstas sean resueltas.
Barrionuevo volvió a arremeter contra sus compañeros desde el improvisado escenario, expresando su aval a la unidad de la CGT y su respeto por las demás centrales, aunque acusando a sus examigos de “que algunos de los que están hablando en el otro palco hasta ayer aplaudían la desocupación, el saqueo y el robo que nos hicieron todos estos años”, en el que se supone que fue un disparo por elevación de Cristina Fernández de Kirchner.
En la mañana de este viernes, fuentes ligadas al gremio del jefe de la CGT Azul y Blanca dejaron saber que Barrionuevo invitó a Macri a almorzar un locro -el plato tradicional del 1° de mayo- y éste, no sólo aceptó la invitación, sino que avisó que concurrirá a la sede del ágape con su esposa, Juliana Awada. También serán de la partida la esposa de Barrionuevo, la diputada Graciela Camaño y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, cuyo progenitor homónimo y también exministro del ramo, lideró, junto a Barrionuevo la CGT Azopardo en 1982, constituyendo la rama sindical más proclive a negociar con la dictadura militar, en ese entonces en retirada.
