Los planetas se le alinean al peronismo, pero aún falta un ordenador

Los planetas se le alinean al peronismo, pero aún falta un ordenador

El triunfo de Bordet en Entre Ríos marca una tendencia, ya que el peronismo gobierna en la mayoría de las provincias.


Los votos comenzaron a contarse en La Pampa el 17 de febrero último y esto seguirá hasta el 24 de noviembre, si hiciera falta ir al ballotage. Entre esas dos fechas se habrán realizado 40 elecciones nacionales y provinciales. Es ardua la democracia.

Entre aquella fecha de febrero y la que corre, se realizaron hasta ahora seis elecciones, de las cuales dos fueron generales (Neuquén y Río Negro) y las restantes cuatro (La Pampa, San Juan, Chubut y Entre Ríos) fueron primarias.

Si bien la naturaleza de los comicios fue diferente, excepto en Chubut, ganó siempre el oficialismo, aunque el caso de La Pampa fue diferente, ya que allí el oficialismo peronista no fue a las primarias para gobernador porque éstas solo las realizan los frentes que no hayan logrado acuerdos previos, que sí están obligados a dirimir sus internas de esta manera, en esos casos.

Cada provincia es un mundo que debe ser explicado a los foráneos. Al igual que en La Pampa, en San Luis, donde las Primarias Abiertas y Simultáneas tampoco son obligatorias, fueron suspendidas hace unos días porque todos los frentes que podían a participar en ellas presentaron listas únicas para gobernador y la legislación, al igual que en La Pampa, les permite no concurrir a ellas en esta circunstancia. Finalmente, entonces, el gobernador de San Luis será elegido directamente el 16 de junio.

“Hoy la tesis es el kirchnerismo, la antítesis es Alternativa Federal y la culminación de esta tríada dialéctica la producirán los pesos pesados después del 12 de mayo, tal cual adelantáramos”.

Entretanto, el domingo último se realizaron las PASO en Entre Ríos, que arrojaron un previsible triunfo para el peronismo, que logró la unidad de todas sus vertientes para la ocasión. La victoria de la lista que encabezó el gobernador Gustavo Bordet, fue aplastante. Los números finales determinaron su triunfo por 58,15 contra 33,65 puntos que obtuvo su rival, Atilio Benedetti. La diferencia fue de 24,50 puntos, lo que exime de mayores comentarios.

De todos modos, el resultado dejó tela para cortar. Primero, que salvo en Chubut, donde el peronismo le ganó al gobernador Mariano Arcioni por una corta diferencia, ganaron los oficialismos. Así ocurrió en San Juan, en Río Negro y en Neuquén. En estas provincias, sólo el rionegrino Alberto Wereltinek debió desistir de su postulación (hubiera sido la tercera y existe un límite de dos), pero lo mismo su reemplazante, Arabela Carreras, triunfó ampliamente.

En segundo término, existen aún temas pendientes. Por ejemplo: ¿qué pasará cuando se realicen las tratativas para elegir el candidato a presidente del peronismo? Hoy, en todos los distritos en los que hubo elecciones –excepto en Chubut- se logró la unidad de todos los sectores y hasta hubo quienes bajaron sus candidaturas para favorecerla. ¿Habrá reciprocidad en junio, cuando se produzca el cierre de las alianzas para presentar listas para las primarias, las mismas que competirán en octubre?

Hasta ahora, a los seguidores de Cristina Fernández de Kirchner no les alcanzó para poner a sus candidatos al frente de las boletas. Los peronistas no k aseguran que no existe generosidad en los k que bajaron sus postulaciones, sino que no les alcanzaba para ganar y por eso lo hicieron. Así, ponen en duda hoy que apoyen a la candidata que en este momento mejor mide, aunque habría que ver si el nivel de rechazo de los no peronistas –y de algunos peronistas- le impide o no una eventual victoria en segunda vuelta. Al menos, eso argumentan los enemigos de su candidatura.

Ya dijimos anteriormente que después del 12 de mayo, el cordobés Juan Schiaretti se sentará a negociar con los k –con Alberto Fernández, Máximo Kirchner o Uado de Pedro- y de allí saldrá la síntesis. Hoy la tesis es el kirchnerismo, la antítesis es Alternativa Federal y la culminación de esta tríada dialéctica la producirán los pesos pesados.

No hay lugar en el territorio para los jugadores de menor cuantía, por lo que el final está abierto. Lo único seguro es que al oficialismo no lo atosigarán las buenas noticias hasta entonces, habida cuenta de los pésimos resultados que lo acompañaron desde aquel 17 de febrero cuando a Carlos Mac Allister le mostraron tarjeta roja.

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