La tarifa del acarreo por mal estacionamiento es, desde este lunes, un 30 por ciento más cara. Por lo que, quienes dejen su auto en infracción deberán abonar 580 pesos.
“Es díficil saber si (la tarifa) está bien o está mal. Lo que es cierto es que estamos hablando de un servicio concesionado por el Gobierno de la Ciudad que tiene el contrato vencido desde el año 2001. Por lo que la relación contractual con el Gobierno diría que roza la ilegalidad”, opinó el Auditor General de la Ciudad, Eduardo Epzsteyn.
Asimismo, Epzsteyn consideró que “no hay relación entre lo que son los ingresos por parte de las empresas (que prestan el servicio de acarreo) con lo que abonan al fisco”. Ya que “cuando aportan, porque la mayoría de las veces no pagan, el canon es de 55 mil pesos por mes”.
“Uno no entiende cómo funciona este servicio que tiene tanto nivel de subsidio, y que -desde nuestro punto de vista- no se justifica”, sostuvo Epszteyn, quien explicó: “Los 580 pesos que ingresan por cada auto que se llevan es ingreso que ya les quedan (a las concesionarias), y además -durante 2014- recibieron subsidios por 55 millones de pesos a través de una partida del presupuesto que se llama ‘alquiler de maquinarias'”.
Para el Auditor, el sistema de acarreo porteño es “perverso”, ya que “las empresas cobran más dinero cuanto más autos se llevan, por lo cual tienen incentivo a llevarse autos cerca de las playas de estacionamiento de las grúas, porque de esa manera hacen más viajes. Si tienen que ir a buscar más lejos los autos, hacen menos viajes. Lo que demuestra que el objetivo es recaudador y no ordenador del tránsito“.