La diputada por el PRO e interventora del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Gladys González, denunció que fue amenazada por allegados de Omar “Caballo” Suárez, un histórico dirigente kirchnerista que supo ser el “favorito” de la ex Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
La diputada aseguró que Nicolás Fuentes, mano derecha de Suárez, la amenazó diciendo que “él no está para cuidar a terceros y que en cualquier momento se le escapa un tiro”.
El problema consiste es que Gladys González es quien lidera la Comisión Interventora Judicial que desde febrero de este año mantiene su lupa posada sobre la gestión de Omar “caballo” Suárez, titular histórico de SOMU, quien se encuentra siendo investigado por administración fraudulenta.
Ya en el 2014 Suárez tenía conflictos con la justicia. Ese año, el juez Canicoba Corral lo procesó sin prisión preventiva en una causa por entorpecimiento del transporte.
La intervención del gremio desde febrero mantiene en vilo el poder de Suárez, por eso, según la diputada del Pro, un hombre cercano a él la habría amenazado de muerte.
No obstante, más allá de la amenaza, el gobierno de Cambiemos salió rápidamente a respaldar a su diputada. La protagonista fue Elisa Carrió, quien aseguró que González está padeciendo acusaciones de todo tipo que no se compadecen con la realidad, sino que “son obra de aquellos que no quieren ver amenazado ni su poder ni sus negociados”.
En ese sentido, consideró que no tiene incompatibilidad entre su representación popular como diputada y su designación como interventora en el SOMU porque “no hay colisión de dos poderes del estado”.
Por su parte, González continúa defendiendo su postura tanto como interventora del SOMU como su trabajo de diputada, y se refirió a una supuesta incompatibilidad de funciones. Al respecto, señaló que “no hay incompatibilidad entre una tarea y otra porque no se colisionan dos poderes del estado” y agregó que “no me van sacar del camino los que estafaron a los marineros durante más de 20 años. Ni lo sueñen. No tengo ninguna duda que en caso de que se me ordenase tener que optar por seguir con la intervención o ser diputada; elegiré seguir al frente de la intervención y renunciaré a la banca del Congreso. Vamos a hacer un sindicato modelo y a terminar con la mafia que estafó por muchos años a sus propios afiliados”.
