Según la oposición al sciolismo, la subejecución presupuestaria, la desinversión interanual, el déficit en la planificación de obras hidráulicas, la negligencia y la indiferencia son las causas por las que, ante cada temporal de estilo tropical que azota la provincia de Buenos Aires, se desmadran los ríos y se inundan gigantes áreas urbanas.
El Gobierno bonaerense explicó poco y nada lo sucedido y acusó al cambio climático (enemigo fácil si los hay) y a la proliferación desregulada de barrios privados. Ambas justificaciones no hicieron más que exhibir desesperación por evitar costos políticos.
Las tormentas torrenciales volvieron a dejar miles de evacuados y familias devastadas en 23 distritos del territorio bonaerense. Inusitadas en su duración, las lluvias pueden agravarse por el calentamiento global, pero caen en una provincia con inocultables déficits de gestión tras los once años de mayor empuje económico del último siglo.
El massismo entendió que el agua cayó justo en esa llaga y buscó explotarlo sin titubeos. Una manada de dirigentes del Frente Renovador bonaerense salió a pegarle a Scioli por lo que consideraron inacción en obras hidráulicas y falta de prevención. Los reclamos tuvieron de aliado al poder simbólico de fotos, como las de la Basílica de Luján inundada por el río homónimo.
Pero fue la vicepresidenta del Senado bonaerense, Malena Baro, la que argumentó con números los agujeros negros de la gestión sciolista: “En 2011 se creó el programa para Control de Inundaciones, con el que al año siguiente solo se cumplió con el 67 por ciento de lo pautado por el Presupuesto. Lo más grave es que este porcentaje cae estrepitosamente año tras año, generando que no se ataque las causas de las inundaciones”.
La senadora radical, cercana al intendente Mario Meoni, aseguró que cuenta con un informe que constata que en 2013 la ejecución de estas políticas fue tan solo del 41,6 por ciento y que “el dato más preocupante es que en el actual ejercicio, al 31 de julio de 2014 se ha ejecutado el 9,5 por ciento del total. Hay que tener en cuenta que se destina este porcentaje aun después de la inundación de La Plata, la cual causó 89 muertes”.
“Como contrapartida de estos datos, y para que se vea cuál es la prioridad que el gobernador tiene en su gestión, por cada peso que destinó a estas obras derivó tres pesos para publicidad. Pero no sorprende, ya que la inversión total en paliar inundaciones empezó siendo 3,16 por ciento del Presupuesto y para 2015 está previsto destinar solo 1,52 por ciento”, expresó.
En el ojo del huracán, Scioli acusó al massismo de salir a hacer política “con el dolor de la gente” y se mostró sacado de quicio por TV cuando le preguntaron por el video que lo mostró vestido para jugar al fútbol en Pilar en medio de la crisis. El jefe del Gabinete provincial, Alberto Pérez, lo ratificó en un reportaje en TN: “Esas fotos fueron enviadas desde una oficina del Frente Renovador”.
Para peor, Scioli bajó al lodo de la política con una peligrosa costumbre que está tomando la dirigencia argentina: usar el tema drogas como condimento en la pelea.
El gobernador, en una conversación donde ya había aludido a Massa, dijo que usaba el deporte como descarga, “cuando otros apelan a las drogas o toman alcohol”. Su vocero, Juan Courel, redobló la apuesta y tuiteó una ambigua frase en la que dio a entender que el tigrense apela a “soluciones químicas”.
Mientras el nivel del debate político cae hasta el subsuelo, miles de bonaerenses siguen perdiéndo-lo todo en cada temporal.
Posse patea el tablero.El intendente de San Isidro está en alerta. Tiene más definido que nunca dejar el año que viene su cargo y ser precandidato a gobernador bonaerense “como sea”, y hasta analiza hacerlo con su espacio propio,
Acción Vecinal, y con una boleta corta sin fórmula presidencial, si las condiciones para una competencia leal no lo satisfacen, según informaron a Noticias Urbanas desde su entorno.
Posse manifestó su incomodidad en voz alta varias veces por la posible llegada de Martín Insaurralde al FR pero, ante los suyos, ya anunció que “si los operadores e intendentes juegan desde el vamos a favor” del diputado kirchnerista, no descarta “ir a las PASO con boleta corta siendo candidato único”, pero eso sí, sin escoltar a otro presidenciable. “Mi candidato es Sergio”, suele ratificar ante los que le preguntan.
Además, profundizará su instalación ante el electorado con dirigentes propios “en todos los distritos donde pueda”, y por ello impulsa a su hermano menor, Mario (un abogado que trabaja en un exitoso estudio jurídico porteño), como armador y candidato en el municipio de San Fernando, actualmente gobernado por el ultramassista Luis Andreotti. Y en Vicente López, el único distrito bonaerense gestionado por el Pro de la mano de Jorge Macri y en donde el massismo tiene un incipiente armado propio, Posse postula localmente a Alberto Expósito, hombre de su confianza.
Con estas señales de ir construyendo patas possistas en distritos donde tiene alto nivel de conocimiento, y haciendo trascender que no se dejará usar como un mero sparring de Insaurralde, Posse envía un mensaje audaz a Massa, advirtiendo el daño que puede causar, especialmente por la sangría de votos en la Primera Sección. Y quienes caminan mucho Bolívar 1 saben que el Pro mira esta novela con mucha atención.