El ocaso de la eternidad

El ocaso de la eternidad


Se aproxima un cambio de reglas de juego notable en la provincia de Buenos Aires. Después de varias idas y venidas, finalmente se alinearon los planetas entre la gobernadora Vidal, la oposición massista y la oposición kirchnerista y es posible que el próximo 9 de junio se vote en la Legislatura bonaerense el fin de las reelecciones permanentes para los intendentes.

El tema es espinoso para los dirigentes territoriales del PJ. Muchas veces su liderazgo local está basado en su alto nivel de conocimiento a la vez que en su manejo personalista del aparato municipal. Pocos afectos a la renovación, la ley implicaría dejar forzosamente el camino allanado a un delfín propio con dudosa lealtad futura.

El massismo conoce bien esta situación (el 99 por ciento de los integrantes que le quedan provienen del PJ) y por eso insiste con el tema desde la campaña presidencial. Tras el terreno perdido –llegó a tener 25 intendentes y hoy son 10– necesita forzar una renovación a nivel municipal y poder ocupar el lugar del Frente para la Victoria en todos los distritos en los que un discurso y una estética como la de Cambiemos nunca ganaría.

Aunque las elecciones pasadas demostraron que a veces el voto es imparable (hasta se fueron el Vasco Othacehé de Merlo y Mariano West de Moreno, por ejemplo), sin un empujón legal se torna difícil. Especialmente con la ley de primarias, que permite dividir sin techo las oposiciones internas a los dirigentes locales (muchas veces con listas creadas por los propios barones para atomizar a los disidentes y rascar votos de oposición). Otro obstáculo para los massistas: participar de una coalición con el kirchnerismo es una línea que su jefe no piensa cruzar.

En diciembre, el Frente Renovador puso sobre la mesa el proyecto de fin a la posibilidad de reelegirse indefinidamente, cuando negociaba con María Eugenia Vidal espacios de poder a cambio de gobernabilidad. Con el visto bueno de la gobernadora, la iniciativa quedó cajoneada para no crispar a la bancada kirchnerista (especialmente la de Diputados).

Por lo tanto, y a cambio de apoyar la ley de emergencia administrativa que pedía la gobernadora, el bloque del Frente Renovador consiguió acelerar el trámite del proyecto y que la iniciativa se incluyera en la siguiente sesión de la Cámara baja, prevista para el 9 de junio. Se unificarán así cinco proyectos presentados por el massismo y un sexto iniciado por un legislador radical.

No solamente limitan a dos los mandatos consecutivos: establecen que el período que cumplen actualmente los jefes comunales y los propios diputados y senadores debe tomarse como el primero de la cuenta, forzando la alternancia para no mas allá de 2023. También se prohíbe que los funcionarios puedan cobrar dos sueldos al mismo tiempo.

Todos los electos por voto popular, si desean volver a presentarse, deben dejar pasar al menos un período. El proyecto implica una modificación a la Ley Electoral 5.109, creando el artículo 13 bis que impide la reelección indefinida y modificando los artículos 3, 7 y 92 de la Ley Orgánica de los Municipios, limitando mandato de concejales y consejeros escolares. El cepo a la eternización les tocó a todos.

Otro detalle de la futura ley –votación mediante– es la incompatibilidad de ejercer un cargo elegido por el voto popular y a la vez ser funcionario de Anses, de IOMA (la obra social de los empleados públicos bonaerenses), del Renar o de cualquier otra repartición provincial, como sí es posible actualmente.

Ante una medida que cuenta con el visto bueno de la opinión pública, era impensado que no hubiera tironeos por su padrinazgo. Dicho y hecho: el Frente Renovador y Cambiemos comenzaron un sutil forcejeo mediático por ver quién puede obtener más rédito político.

Desde hace unos días, el massismo no para de enviar comunicados con declaraciones de dirigentes –desde Felipe Solá hasta el más ignoto de sus intendentes– respaldando la iniciativa y explicando su necesidad. Al difundir los dichos del exgobernador, el equipo de prensa se cuidó de titular: “Creo que vamos a tener el apoyo de Vidal para limitar los cargos”.

En Cambiemos no se quedaron atrás. Desde la intendencia de Tres de Febrero, a cargo de Diego Valenzuela, comunicaron que “la gobernadora impulsa una reforma política en la Provincia” y expresaron su apoyo al tratamiento. Otro gesto simbólico fue el del vicepresidente de la Cámara baja bonaerense y vidalista de paladar negro, Manuel Mosca: hizo girar una foto suya junto a los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Bali Bucca (Bolívar) para cristalizar el apoyo de algunos kirchneristas al proyecto.

Si el proyecto logra ser tratado sobre tablas (necesita el aval de dos tercios de los presentes) podría tener media sanción y pasar al Senado inmediatamente, convirtiéndose en ley en julio (allí el massismo tiene más peso) y abriendo una nueva etapa en la Provincia que, en rigor de verdad, tampoco asegura una mejor calidad de vida para los bonaerenses.

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