Tragedia en Olavarría: Dos muertos en el recital del Indio Solari

Tragedia en Olavarría: Dos muertos en el recital del Indio Solari

Según las últimas informaciones, las muertes se produjeron por avalanchas en la salida del recital, aunque durante éste hubo avalanchas e incidentes constantes. ¿Olor a provocación?


En el recital que ofreció el Indio Solari en Olavarría, una serie de infrecuentes avalanchas dejó el saldo de dos muertos y una veintena de heridos, que fueron internados en el Hospital Municipal “Héctor Cura” de esa ciudad. Pasado el mediodía, sólo doce de ellos seguían hospitalizados.

El secretario de Salud del municipio, Germán Maroni, confirmó en la mañana de este domingo el fallecimiento de dos personas de sexo masculino, uno a causa de politrumatismos y el otro por un paro cardiorrespiratorio. Uno de ellos, Javier León, de 42 años, habría llegado para vivir una fista con su mujer y su hijo. El otro hombre que falleció no pudo ser identificado porque no tenía sus documentos con él.

Hacia el mediodía, las autoridades actualizaron la lista de heridos que aún seguían internados. Según el parte oficial, seis estaban en la guardia, fuera de peligro; tres seguían en terapia intensiva y otros tres se encontraban en la “guardia especial” del centro médico. A pesar de que muchas parejas fueron con sus hijos, no se registraron ingresos en la sección Pediatría.

Los incidentes comenzaron a producirse ni bien comenzó el recital, cuando el Indio Solari, acompañado por su banda, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, terminaba de tocar el tema “Ropa Sucia”. A los 20 minutos, Solari volvió a dejar de tocar y advirtió a sus seguidores que pararan. “Son siete tipos que están rompiendo las pelotas. Alguien tiene que ir a sacar a estos boludos”, reclamó el cantante cuando un grupo de sus seguidores, visiblemento borrachos, habían quedado apretados contra las vallas de seguridad y, desde atrás, algunos seguían empujando.

Algunos informes dan cuenta de que, cuando Solari había reanudado el recital luego de aquel primer parate, una multitud ingresó en forma tumultuosa, sin pagar entrada ni respetar a los integrantes del equipo de seguridad. En ese momento, como la situación empeoraba visiblemente, el Indio pidió que encendieran las luces y que los mienbros de Defensa Civil, que habían instalado carpas al costado del predio La Colmena -donde se realizó el recital- intervinieran para descomprimir la situación y retiraran a gente que estaba caída.

El municipio había autorizado la presencia de 200 mil personas en el predio, que tiene unos 600 metros de largo y 300 metros de ancho, pero se dijo que al menos 60 o 70 mil personas más ingresaron a La Colmena.

La cantidad de público había desbordado las expectativas de todos, de la producción, del municipio y de los ministerios de Seguridad de la provincia y de la nación, que habían intervenido en diversas etapas de la organización del evento.

Para reflexionar, quedó una apelación que efectuó el Indio Solari a sus seguidores, tres días antes del concierto. El ocho de marzo, a través de Marcelo Figueras, que es uno de sus biógrafos, Solari envió un mensaje: “el sábado, a cuidarse y a cuidar de quienes nos rodean, aunque no los conozcamos. Cierta gente de mierda (debería puntualizar: PODEROSA gente de mierda) se regodearía si alguien sale lastimado. No le demos el gusto”. ¿Quién sería el destinatario de las acusaciones del exlíder de los Redonditos de Ricota?

La enigmática frase abre un mar de conjeturas entre quienes gustan de leer debajo del agua. ¿Existía alguna posibilidad de que hubiera una “mano negra”, dispuesta a generar los incidentes que se generaron?

Los seguidores del músico siempre se enorgullecieron de protagonizar “el pogo más grande del mundo”, en los que nunca ocurrieron incidentes graves. Tampoco el alcohol y algunos estupefacientes fueron esta vez causa de la catástrofe, porque en los recitales anteriores siempre estuvieron presentes, sin mayores consecuencias. Lo que sí es extraño es lo que ocurrió en la noche de este sábado, porque se produjo en un recital que organiza el último mohicano -el propio Solari- que no colabora con las grandes empresas que producen eventos masivos.

Después de la tragedia, la Ciudad de Olavarría quedó colapsada, puesto que sus 90 mil habitantes habituales vieron casi triplicada la población de su ciudad a causa de la presencia de los 250 mil o algo más asistentes al recital, que no podían salir de allí. Entretanto, los que fueron con movilidad propia salieron a las rutas y su presencia produjo grandes congestiones y embotellamientos en la Ruta 3 y en otras vías de salida de la zona.

Finalmente, después de producirse incidentes en la propia ciudad, donde hubo incendios en la terminal de ómnibus y en los alrededores, la Municipalidad dispuso que los asistentes al recital que habían quedado varados fueran trasladados hacia el Área Metropolitana en camiones de basura y volcadores, de los que se utilizan en las obras para transportar arena.

En medio de las acusaciones cruzadas, la purificación de manos de algunos, la irresponsabilidad de otros y los miles de pibes que llegarán a sus casas seguros de que salvaron su vida por milagro, alguien manchó a la música. Y no fue el Indio Solari.

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