Los trapitos parecen ser un problema aún sin solución. Mantienen al día de hoy la misma operatoria: concurren a diferentes eventos y se posicionan como cuidacoches, cobran dinero, a veces “aprietan” si el dueño del vehículo no quiere abonar, y de esa manera trabajan, aún sin estar regulados por el Estado.
Ante esta situación, la semana pasada la legisladora Natalia Fidel (SUMA+) presentó un proyecto que busca regular “de manera innovadora e inclusiva” la actividad de los cuidacoches. El texto propone prohibir la actividad de los trapitos en forma general, estableciendo un régimen de excepción “inclusivo e innovador” para promover la reinserción de personas en situación de vulnerabilidad.
Así, la polémica entre si hay que prohibirlos o incluirlos dentro de un marco regulado de trabajo, pareciera tener cierta solución.
No obstante, el pasado domingo durante un operativo de prevención realizado por la Fiscalía de la Ciudad en el partido de River contra Banfield, un trapito atacó a un policía con un cúter.
De esta manera, el hecho vuelve a poner por encima del temario la discusión sobre la prohibición o regulación de la tarea de los trapitos.