La Matanza, fue el lugar elegido por Daniel Scioli y el Frente para la Victoria para cerrar su campaña presidencial. Con una amplia presencia militante y de distintos dirigentes políticos, cerró su campaña junto a Carlos Zannini .
El primero en tomar la palabra fue el presidente del Justicialismo bonaerense, Fernando Espinoza quién pidió a todos los vecinos que no crean en las encuestas y “salgan a las calles. Se viene la etapa del desarrollo en Argentina, acá el pueblo vino caminando bajo la lluvia para decir presente”, enfatizó.
Luego fue el turno del candidato a vicepresidente Carlos Zannini quien realizó un discurso muy kirchnerista convocando a votar en favor de lo conquistado y en contra de “las recetas del neoliberalismo y el ajuste”. “O la economía la maneja la política o le devolvemos el poder a los grupos concentrados”, resaltó con firmeza y pidió que los peronistas “no se confundan en elegir a aquellos que se disfrazan de peronistas para sacar su beneficio propio”.
El momento principal de efusividad se dio en el momento en que el candidato presidencial Daniel Scioli tomó la palabra. “Los peronistas tenemos que defender los logros de estos años interpretando hacia el futuro las nuevas demandas. Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”, aseguró.
“El otro candidato representa al capitalismo salvaje. Yo represento la defensa del salario y del trabajo, la escuela pública y las nuevas universidades, las paritarias sin techo salarial, ese es mi compromiso como aplicar el 82% movil a partir del 1º de enero, quitar el impuesto a las ganancias para aquellos que cobran $30000”, señaló Scioli.
No obstante, defendió la posición del papa Francisco y repudió las declaraciones de Durán Barba a quién “no le importa la palabra del Papa, repudio sus declaraciones. Quieren devaluar hasta la palabra del Papa, yo garantizo Tierra, Techo y Trabajo para los argentinos”. Scioli dijo que el domingo no se dirimirá “entre naranja o amarillo, entre el Frente para la Victoria y el Pro, sino su futuro y dos modelos de país”.
“No permitamos que le roben el futuro a los jóvenes, no me aflojen ni un minuto”, concluyó un Scioli más enfervorizado que de costumbre.
