Ajmechet: “Argentina es, después de Israel, el país con más secuestrados en Gaza”

Ajmechet: “Argentina es, después de Israel, el país con más secuestrados en Gaza”

La diputada nacional de Juntos por el Cambio (JxC) conversó con NU.


¿Cómo surgió el Foro Argentino contra el Antisemtismo (FACA)?

El Foro fue creado un mes después de los ataques de Hamas del 07 de octubre. Lo creamos, en su momento, junto a Elisa Trotta y Laura Alonso. Las tres estábamos muy preocupadas con todo lo que estaba pasando con el antisemitismo acá en la Argentina. Yo no sé si se acuerdan que en esa época, había un montón de recomendaciones de las escuelas judías como por ejemplo, que los chicos no vayan con uniforme, o kipá, es decir, nada que los pueda identificar como judíos. Lo mismo pasó en los clubes. También coincidió con que se estaba armando el recital de Roger Waters en Buenos Aires, cantante que tiene el discurso de “Desde el río hasta el mar”. Discurso que ya se venía repitiendo mucho y discurso que seguro muchos repiten sin saber que eso significa eliminar a Israel del mapa. En ese contexto, sentimos la necesidad de hacer algo. Una cosa son declaraciones antisemitas antes del 07 de octubre. Y otra muy distinta son las mismas expresiones una vez que Israel sufrió un ataque donde se mataron a más de mil judíos por el simple hecho de ser judíos, secuestraron a 232 personas, entre las cuales hay niños y bebes. Y todo esto en manos de una organización terrorista. Muchas de las víctimas sufrieron además violaciones, mutilaciones y torturas.

¿Por qué no acudieron directamente a las entidades judías del país?

Sentíamos que las entidades comunitarias de acá, obviamente preocupadas por el antisemitismo, les estaban hablando más que nada a los judíos. En ese sentido, nos propusimos crear un lugar nuevo para mostrar el antisemitismo que estábamos sufriendo, con la particularidad de que entendíamos que no podía ser solo para la colectividad. Básicamente, y creo que esto define más claramente qué es el FACA, lo que nosotros creemos es que el antisemitismo no es solo contra los judíos. Es contra los valores occidentales de la democracia, de poder ejercer tu vida sexual libremente, de que las mujeres puedan elegir casarse o no, trabajar o no, es decir, las mujeres como sujetos de derechos. Y sentimos que todo esto se puso en riesgo a partir del 07 de octubre.

¿En qué perciben el aumento del antisemitismo?

Pareciera que el antisemitismo se tomó vacaciones desde el Holocausto para volver con más fuerza a partir del 07 de octubre. Nos encontramos en una situación preocupante. En Europa, los niveles de antisemitismo son fuertísimos. En gran parte, vinculados con la inmigración musulmana de ideología radical. En Estados Unidos, lo vemos en las universidades. Esto obedece al dinero proveniente de Qatar y Arabia Saudita. Ambos invirtieron tiempo y dinero en crear centros islámicos en las universidades, con el objetivo de fortalecer a profesores con un pensamiento radicalizado, equivalente al de los terroristas, que proponen la eliminación absoluta de Israel.

Arabia Saudita se ha posicionado más como mediador que como rival en este conflicto. ¿Por qué financiarían el antisemitismo?

Qatar puso mucho más dinero. Y Qatar está mucho más vinculado con el financiamiento a Hamás. Arabia Saudita puso plata, pero no sabría decir exactamente cuánto porcentaje. Hay que entenderlo desde este sentido: el dinero invertido en Estados Unidos para la creación de centros islámicos no fue para que los musulmanes se integren en la sociedad occidental, fue puesto con el objetivo de que la única religión válida sea la musulmana. Es cierto que hay una gran diferencia geopolítica entre Qatar y Arabia Saudita. Pero la realidad es que son todas teocracias. Y la única democracia que hay en el Medio Oriente no es musulmana: es Israel.

¿Y en Argentina?

En ese marco del mundo, la realidad de Argentina es bastante buena, por decirlo de alguna manera. Esto es porque, primero que nada, no está presente el dinero de Qatar en la creación de ideologías antisemitas. Tenemos, por otro lado, una comunidad judía importante en términos numéricos, que además está muy integrada en la vida social, cultural y política de Argentina. Esta situación privilegiada, en comparación con otros países de América Latina y del resto del mundo, es una oportunidad para hablar y mostrar lo que está sucediendo.

¿A pesar de eso, en Argentina también se percibió un cambio desde el 07 de octubre?

Sin dudas, hay más antisemitismo que en otro momento. De hecho, a mí me pasa. Tengo 42 años y nunca sentí tanto antisemitismo como ahora. Y miro mis redes sociales y hay un montón de comentarios del estilo “judía, volvete a tu país”. Y esto no es algo que me pasó solamente a mí. Por ejemplo, cuando el rabino y actual embajador de Argentina en Israel, Axel Wahnish, fue al Senado, hubo una legisladora que le preguntó si él iba a defender los intereses argentinos o los israelíes. Esto es parte de la típica acusación que hay de que los judíos no somos de los países en que nacemos y vivimos. Esto no tiene nada de novedoso. El antisemitismo de la Edad Media era el mismo. Pero justamente, pensamos que eso había quedado atrás. Además, se están recibiendo amenazas de bomba e incluso amenazas a personas individuales.

¿El Foro ha llevado a cabo encuestas que den cuenta del tipo de antisemitismo que hay hoy en nuestro país?

La realidad es que el Foro no surge con la idea de investigar. El Foro surge con la necesidad de llevar adelante campañas de visibilización. Por eso, el FACA está compuesto por periodistas que tienen llegada, por políticos, intelectuales y algunos artistas que se animan. Porque esto hay que decirlo. Una de las campañas que quisimos hacer involucraba a varios referentes artísticos. Queríamos que pidieran por la liberación de los secuestrados. Y la mayoría no quiso participar. Y no porque sean antisemitas. No quieren hacerlo porque las respuestas que reciben de sus seguidores son terribles. Eso nos muestra, sin necesidad de encuestas, que estamos viviendo un clima de creciente antisemitismo.

¿Cuál fue la campaña que, hasta ahora, tuvo mayor impacto?

La campaña que hicimos en la calle, en la intersección del Estado de Israel y Palestina. Pintamos las cebras peatonales con los nombres de todas las mujeres secuestradas en Gaza. Fue muy importante porque se hizo, justamente, en la fecha en la que todos conmemoramos el Día de la Mujer. Las mujeres israelíes eran y son, lamentablemente, las grandes ausentes en todos los reclamos que hacen las diferentes organizaciones feministas. En este contexto, nos pareció necesario mostrar esto. ¿Cómo puede ser que mujeres que fueron violadas, mutiladas, secuestradas y asesinadas no tengan ni la empatía, ni el acompañamiento del resto de la sociedad? ¿Cómo puede ser que sus violadores y asesinos no tengan la condena social que se merecen? ¿Cómo se explica? ¿Es porque son judías? Esa parece ser la respuesta.

¿Alcanzó visibilidad internacional?

Tuvo mucho impacto en el exterior. Nos llegaron, incluso, pedidos de otros países para ver si podían replicar la idea. Y la campaña fue además cubierta por varios medios.

Pero no es la primera vez que el FACA trasciende la agenda local y se enfoca en la global. ¿Por qué?

Yo creo que, lamentablemente, muchos argentinos todavía no entienden o no saben que hay nueve ciudadanos argentinos secuestrados en Gaza. Argentina es, después de Israel, el país con más secuestrados en Gaza. Y esto es casi un secreto entre nosotros. No es algo que se difunde realmente. Estar hablando de las atrocidades que ocurren en Gaza y en otras partes del mundo, es hablar de los nueve argentinos que todavía siguen secuestrados. Hace unos días, nos enteramos de que uno de ellos fue asesinado. Y seguimos hablando de nueve y no ocho, porque necesitamos que devuelvan incluso a aquellos que fueron asesinados para que su familia y sus seres queridos puedan enterrarlos dignamente. Y hablar de todo esto es, tal como decía antes, defender no solo a los judíos, sino a todos los que vivimos bajo los valores de democracia y libertad. Los judíos somos, en todo caso, los que estamos primero en la línea de la trinchera. Pero después sigue el resto. Y en ese sentido, la población argentina está claramente interpelada.

Usted asumió como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos (DDHH) de la Cámara de Diputados. ¿Qué metas busca cumplir?

Cuando asumí, lo hice entendiendo que cuando se habla de DDHH en la Argentina viene siendo hablar de los años setenta. Y eso tiene todo el sentido. Los horrores, en cuanto a violaciones de DDHH, que se dieron en los setenta no se dieron en ninguna otra época de nuestro país. Y por supuesto que siempre va a existir un lugar fundamental para los años setenta, la violencia política y la dictadura militar. Pero es necesario hablar de la violación de otros derechos también. En estos cuarenta años de democracia, hubo violaciones de DDHH y sin embargo, no forman parte del diálogo.

Desde el retorno de la democracia, ¿cuál cree que fue el gobierno que cometió mayor cantidad de violaciones de DDHH?

El capítulo más grande y más reciente es el gobierno de Alberto Fernández. Fue el kirchnerismo. Y esto es irónico, si uno tiene en cuenta que hace veinte años que el kirchnerismo viene llenándose la boca con la bandera de los DDHH. Pero debo decir que tampoco me sorprende. Yo nunca les creí su discurso. Incluso, si hacemos un poco de historia, el peronismo fue el único partido que no quiso participar de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). ¿Entonces por qué me va a sorprender ahora que tampoco quieran participar del Registro de Violaciones en Pandemia?

¿Por qué no surgió este registro antes?

Durante el 2020 y 2021, pero también durante los últimos dos años, diferentes diputados y partidos políticos pidieron lo que estamos armando ahora. Obviamente, ningún legislador del kirchnerismo. Pero desde Juntos por el Cambio (JxC), nosotros veníamos pidiendo que se invitara a los familiares de las víctimas. Lo que yo estoy haciendo desde la presidencia de la Comisión es, básicamente, saldar una deuda que estaba pendiente. Una deuda que teníamos con los ciudadanos. No se hizo antes porque el kirchnerismo decidió ignorar este reclamo.

¿Quiénes componen este registro?

Tenemos casos muy diferentes. Se violaron los DDHH de todos los argentinos. Por ejemplo, la libre circulación es un derecho humano. También se violó el acceso a la educación. En la Provincia de Buenos Aires, las escuelas estuvieron cerradas durante un año y medio. Pero, más allá de esto, que es terrible y lo sufrimos todos, en la Comisión estamos recibiendo denuncias de casos que, lamentablemente, terminaron en muerte. Recibimos a la familia de Solange Musse. Pablo Musse, el padre, trató de llegar desde Córdoba a Neuquén, donde ella estaba internada con un cáncer para poder despedirse. Y no lo dejaron pasar. Durante la pandemia, las fronteras provinciales se volvieron como fronteras nacionales. Y el otro caso fue el de Abigail Jiménez. Todos vimos la foto del padre cruzándola en brazos para que pueda recibir su tratamiento oncológico. Después, registramos entre 23 y 33 casos de personas que salieron de su casa a hacer las compras como fue el caso de Magalí Morales, o a visitar a su pareja como fue el caso de Facundo Astudillo Castro, y no pudieron volver porque fueron asesinadas. Asesinadas porque quizás no tenían ese papelito que Alberto Fernández nos obligó a llevar para poder circular.

¿Están relevando otros casos de violaciones de DDHH durante la pandemia?

Bueno, está el Vacunatorio VIP, contra todos nosotros. También, están todas las personas que tenían una enfermedad crónica que dejó de ser atendida porque se decidió que sólo se iban a atender casos de COVID. Desafortunadamente, son muchos los casos.

¿Cómo ve al presidente, en materia de DDHH?

Está la cuestión de su personalidad. Personalidad que lo ha llevado a criticar periodistas y valoramos que ahora, lo esté haciendo menos. Pero, qué sé yo. Al lado de lo que hacía Cristina Fernández de Kirchner, que los acusaba en plena cadena nacional y les mandaba a la AFIP, la verdad es que un tweet me parece menor. Me parece que hay mucha construcción porque hay muchas ganas de mostrar al gobierno de Milei como un gobierno que viola los DDHH. Y los mismos que buscan hacer esto, son los que formaron parte del gobierno democrático que más violó los DDHH. Y que en la reunión en donde convocamos a los familiares de las víctimas en la pandemia, todo Unión por la Patria (UxP) estuvo ausente. No dieron la cara.

¿Siente que el vínculo del presidente con Israel es favorable a la causa del FACA?

Él tiene una conexión particular con la religión judía. Pero yo también leo el apoyo de Milei a Israel como el apoyo a la única democracia de la región y al único país en el que se vive en libertad. Yo entiendo que la política internacional de Milei se alinea con la condena a otras dictaduras, como la de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Y hay que decir que, al defender a Israel, defiende a un país que ha sido atacado. Eso es otra cosa que hay que decir. Milei se está poniendo del lado de la víctima. Lo digo porque se está tratando de crear esta idea de que Israel es el victimario. Y la realidad es que, en medio de un festival de electrónica por la paz, aterrizaron terroristas que los violaron, asesinaron y secuestraron. ¿Qué tiene eso de victimario? Son claramente víctimas.

Por último, ¿cómo ve su horizonte político? ¿Más cercano al PRO o a Milei?

Yo creo que la Argentina, hoy en día, se está configurando en dos grupos. Un grupo que quiere quedar en el pasado. Y otro, que quiere y apuesta por el cambio. Que cree que es necesario dejar atrás años de populismo, de una democracia corporativa, de un capitalismo de amigos, de un país encerrado sobre sí mismo, de un país amigo de dictaduras. Y dentro de este grupo, estamos aquellos que trabajamos para que ese cambio suceda. En ese sentido, el PRO viene acompañando de forma absoluta a este gobierno. Y se pudo ver claramente en lo que fue el debate de la Ley de Bases. A ver, el programa económico que está llevando adelante Milei, es el mismo que hubiera llevado adelante Patricia si le hubiera tocado a ella ser presidenta. Yo trabajé en la campaña de Patricia. A mí me hubiera encantado que Patricia fuera presidenta, pero la mayoría de los argentinos eligieron otra opción. ¿Yo qué hago frente a eso? ¿Me voy a convertir en oposición de un gobierno que propone lo que yo quiero hacer? No, definitivamente no. Lo que hay que hacer es acompañar de forma responsable y comprometida el cambio que la Argentina necesita y que, con muchísima resistencia, el gobierno de Milei está tratando de encarar.

Qué se dice del tema...