Vladimir Putin será el invitado de honor en la próxima cumbre del G-20, organizada por China afirmó desde Beijing un funcionario de Relaciones Exteriores a la agencia estatal de noticias rusa Itar-Tass.
El presidente argentino Mauricio Macri debutará en este tipo de encuentros de los 20 países más importantes del mundo y tiene previsto reunirse precisamente con los dos líderes, tanto Putin como Xi Jinping. Macri piensa cerrar importantes inversiones en esta visita al gigante asiático -que se estiman en alrededor de 15.000 millones de dólares- y podría incluir temas bilaterales con Rusia en el marco de las energías limpias y la relación de nuestro país con la cadena rusa Russia Today (RT) en la agenda. También podría reunirse con Theresa May, la flamante Primer Ministra Británica si logran coordinar, si no lo harán en la ONU en Nueva York
Putin -quién esta vez también se verá con May y con la dupla europea pero sin formato de Normandía, la alemana Angela Merkel y el francés Francois Hollande-, fue duramente cuestionado durante la cumbre del 2014 del G20 en Australia y se fue temprano de ese cónclave en desacuerdo por el maltrato de algunos de los dirigentes occidentales (y sobre todo del anfitrión autraliano) que le cuestionaban su participación en la lucha desatada -tras el golpe de Estado en Ucrania- en el este de ese país. En 2015, el presidente ruso asistió a una cumbre del G-20 en Turquía durante la cual sostuvo conversaciones muy tensas con el presidente estadounidense, Barack Obama, donde mostraron claramente su desacuerdo sobre los conflictos en Ucrania y Siria. Luego, en el último año Rusia se involucraría de lleno en Siria apoyando su gobierno y cambiando la ecuación en Oriente Medio, desacomodando la estrategia estadounidense en la zona. También -en paralelo- la dirigencia europea cayó en una crisis absoluta por el tema de los refugiados y el Brexit, sumada a la crisis financiera del Viejo Continente. El seguidismo de Europa a Estados Unidos está siendo debatido por estos días en profundidad en la UE ya que cada vez menos parecen coincidir sus prioridades.
Putin goza de una excelente relación con el presidente de China, Xi Jinping -con quien ha cerrado en 2014 en Shangai un mega contrato gasífero de 400 billones de dólares entre Gazprom y CNPC- y quien le ha reservado a Rusia un asiento especial en la próxima cumbre en la provincia de Hangzhou el 4 y 5 de septiembre como desagravio mundial de los anteriores desplantes con los que estuvo en desacuerdo. Ellos también forman un dúo estratégico en la Organización de Coooperación de Shangai (ahora con India y Pakistán como miembros) y en la construcción en marcha de la Nueva ruta de la Seda, la clave euroasiática de logística comercial, versión siglo XXI.
La campaña electoral en Los Estados Unidos va a a meter la cola en esta cumbre. El eje Putin -Trump que imaginan los medios dominantes para hundir a Trump desde Occidente es por lo menos risueño. Obama en su última participación tratará de tenderle el puente de plata a su ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, hoy amenazada desde miles de correos secretos de operaciones internacionales que Julián Assange pretende desenmascarar el próximo mes.
“El presidente Putin será el invitado principal en Hangzhou, atendiendo la invitación de Xi Jinping”, aseguró Gui, director del Ministerio de Asuntos Exteriores chino de Europa y Asia Central, según el departamento. “Además de la cumbre, en el marco llevaremos a cabo una reunión entre los líderes de los dos países durante la cual se tratarán temas de la visita de Putin a China el 25 de junio, así como preguntas sobre el futuro desarrollo de las relaciones ruso-chinas,” dijo Gui.
“Rusia es la principal economía en desarrollo en el mundo y su presencia en la cumbre del G-20 es de gran importancia“, finalizó el funcionario chino.
