El líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, explicó las razones por las que los diputados de la fuerza que conduce abandonaron el bloque del Frente para la Victoria, para darle forma al bloque del Peronismo para la Victoria, como una señal de que no se irán lejos, pero sí de que si no hay conducción unificada, hay sectores del peronismo que se conducirán a sí mismos.
Pérsico manifestó que las diferencias con el resto del bloque eran “políticas” y que “Cristina hoy no está conduciendo el bloque ni está en un proceso de conducción, está a 3 mil y pico de kilómetros y su planteo no es estar en la conducción táctica todos los días de lo que está sucediendo”.
Los diputados Leonardo Grosso, Lucila de Ponti, Remo Carlotto, Silvia Horne y Andrés Guzmán -a los que se sumaría en estos días la correntina Araceli Ferreyra- forman parte, según Pérsico de “un ejército en desbandada en una planicie, que se van quitando los uniformes, van tirando los fusiles, van tirando los cascos, tiran las banderas. Todas estas políticas de falta de conducción, de no autocrítica, de no construir una perspectiva de triunfo a futuro hacen que las tropas sigan desbandadas. Tenemos que pararla, tenemos que construir”. Un clara definición del kirchnerismo a partir del 11 de diciembre de 2015.
Antes de cuestionar a la conducción del peronismo -que está acéfala, por más que se hayan designado los miembros del Consejo Nacional del PJ-, Pérsico informó que con los cambios y las deserciones que se produjeron en el bloque del FpV, “se venía achicando la responsabilidad de la conducción política del bloque”, a la vez que dejó en el aire “porqué el bloque del FpV viene disminuyéndose paso a paso”.
El líder del movimiento social más desarrollado que parió el kirchnerismo en estos doce años, que posee poder territorial propio, sostuvo varias negociaciones con algunos altos funcionarios de Cambiemos para sostener los planes sociales. Para ello, hace alrededor de un mes, Pérsico y el diputado provincial Fernando “Chino” Navarro se reunieron en Buenos Aires con la mano derecha de la gobernadora María Eugenia Vidal, el ministro de Gobierno Federico Salvai; la ministro de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley y su par bonaerense, Santiago López Medrano para avanzar en las negociaciones por este rubro, que le sirvieron para sostener el trabajo de base en el lugar más temido por cualquier Gobierno: el Conurbano.
De todos modos, hasta el nombre que adoptó la nueva escisión del kirchnerismo, si bien haría pensar que se quedarán en los márgenes del kirchnerismo, lo cierto es que, por ahora su denominación -Peronismo para la Victoria- es un punto de salida desde donde construir políticamente sin renunciar a su identidad, antes que una cercanía con nadie, porque, como planteó el propio Pérsico, ni el kirchnerismo ni el resto del peronismo tienen conducción.
