Nuevos jueces para la Corte: Villarruel no tiene el número en el Senado

Nuevos jueces para la Corte: Villarruel no tiene el número en el Senado

El Ejecutivo deberá conseguir una mayoría calificada para aprobar los pliegos.


Luego de una semana negra en el Senado, el Gobierno redobló la apuesta y anunció a través de la Oficina del Presidente las nominaciones del juez federal Ariel Lijo y el jurista Manuel García-Mansilla para ocupar dos lugares en la Corte Suprema de la Nación. Para materializar sus candidaturas, no solo deberán obtener el acuerdo de la Cámara alta, sino que para ese aval la Constitución exige una mayoría calificada de dos tercios de los presentes, y hoy el oficialismo no tiene garantizado ese número.

Este será el próximo desafío de la vicepresidenta Victoria Villarruel, que llega a este nuevo reto luego de un traspié legislativo que le costó varios chispazos con el Poder Ejecutivo. La semana pasada, no pudo evitar el rechazo del DNU 70/2023 de Javier Milei y recibió fuego amigo por no seguir dilatando la discusión de la norma que firmó en diciembre pasado el Presidente. Fue con 42 votos que la Cámara alta le bajó el pulgar a la medida con la que el Ejecutivo desregula múltiples áreas de la economía y la política, un número muy cercano al que se requiere para nombrar a los magistrados supremos.

Además del kirchnerismo, que sentó a la totalidad de sus 33 senadores, votaron en contra los radicales Martín Lousteau (Capital), Pablo Blanco (Tierra del Fuego) y Edith Terenzi, que responde al gobernador de Chubut, Ignacio Torres (Pro). También lo hicieron los provinciales Mónica Silva (Río Negro), José María Carambia y Natalia Gadano (Por Santa Cruz), y Lucila Crexell (Neuquén); y los peronistas del bloque Unidad Federal Carlos Espínola (Corrientes) y Edgardo Kueider (Entre Ríos). ¿Se podría repetir este escenario?

Lo cierto es que el anuncio sorprendió a propios y ajenos. Con el hermetismo que caracteriza a la administración libertaria, cuidó celosamente la información para hacerla pública a través de las redes sociales, la herramienta a través de la que mantiene un contacto directo con su electorado.

La intención del Ejecutivo es que el juez Ariel Lijo cubra la vacante que existe desde que se jubiló la jueza Elena Highton de Nolasco. En el caso de García-Mansilla, actual decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, el Presidente lo propone por anticipado porque pretende que ocupe el lugar que dejará a fin de año el juez de la Corte Juan Carlos Maqueda, que cumplirá 75 años en diciembre.

“En general, todos los gobiernos consultan al Senado antes de mandar pliegos para no ‘emparrillar’ a nadie. No es el caso de este Gobierno”, indicó una senadora kirchnerista que hizo hincapié en la falta al cupo femenino y destacó: “Habrá que preguntarle al Gobierno por qué no cumple con la ley”.

En la bancada radical, con 13 voluntades, la sorpresa era absoluta. “Habrá que empezar a hablar”, señaló uno de sus referentes, que no se pronunció ni a favor ni en contra de los candidatos. No obstante, le reconoció al oficialismo que inició “una jugada riesgosa”.

Una de las primeras referentes de la UCR en manifestarse sobre la decisión del Ejecutivo fue la diputada Carla Carrizo, cercana Lousteau, quien criticó el hecho de que los nominados para completar el máximo tribunal de Justicia sean todos hombres. “Tiene la oportunidad de enmendar lo que no hizo el gobierno anterior: postule, como corresponde, una mujer a la Corte”, subrayó a través de X. ¿Será uno de los argumentis que recoja el senador radical para oponerse a estos nombramientos?

Desafío para Villarruel

Como presidenta del cuerpo, Victoria Villarruel tendrá, entonces, otro desafío mayúsculo. Atrás quedó aquella mayoría circunstancial de 39 senadores con los que venció al kirchnerismo en la sesión preparatoria. Fue a través de la cual ganó la pulseada para nombrar a las autoridades del cuerpo así como para ganar peso específico en las comisiones.

No obstante, muchos de quienes la acompañaron en esa discusión hoy se muestran reacios a las formas del oficialismo, especialmente aquellas que detenta el propio Presidente y su mesa chica, y utilizan su voto para manifestarlo. Por eso, el poroteo deberá ser uno por uno. Sin contar que, tampoco en esta oportunidad, la vicepresidenta parece haber sido consultada por la nominación de los candidatos Lijo y García-Mansilla.

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