Isauro Arancibia, la escuela que logró derrotar al Metrobús

Isauro Arancibia, la escuela que logró derrotar al Metrobús

La Isauro Arancibia, dedicada a resocializar pibes de la calle a través de la finalización de la primaria y la realización de talleres de oficios, superó, Justicia mediante, el embate del GCBA.


Isauro Arancibia fue un maestro y dirigente sindical argentino, nacido en el monte de Monteros, en Tucumán. Cofundador de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, hoy conocida más llanamente como Ctera, fue asesinado, vaya fecha, el 24 de marzo de 1976, en el marco de la más sangrienta dictadura que conoció nuestro país. Y fue asesinado de forma salvaje, con 120 tiros, precisamente, por su lucha: creía de modo ferviente en la educación como derecho, en el trayecto a la libertad y la dignidad que posibilita cuando se cumple.

Son muchos los centros educativos del país que toman, a modo de homenaje, el nombre y la impronta de este educador en su propuesta pedagógica. Tal es el caso de la escuela ubicada en Paseo Colón 1318, en esta ciudad. Nacida a fines de los 90 bajo la dirección de Susana Reyes, esta escuela tiene un espíritu particular: contribuir a que los pibes, en general ya adultos, en situación de calle terminen sus estudios primarios. Y encuentren, también, en esas paredes bastante derruidas, afecto y familia.

La escuela históricamente tuvo problemas edilicios, de recursos, presupuestarios en general, pero con la gestión de Mauricio Macri, lo que en el pasado pudo haber sido dificultad, se trastocó en problema casi insalvable, irresoluble. Por caso, en julio de este año la comunidad educativa de la Isauro y los vecinos de San Telmo empezaron a denunciar que la traza del metrobús planificado por el Jefe de Gobierno porteño para Paseo Colón, desde Carlos Calvo hasta el parque Lezama, daría por tierra con la escuela, y no en un sentido metafórico: quitaría de cuajo la construcción donde funciona. Así fue como el 9 de julio, con una clase pública que cortó por unas horas Cochabamba, entre Paseo Colón y Azopardo, los alumnos, padres y docentes de la escuela festejaron el Día de la Independencia para dar cuenta, en realidad, de la amenaza que arreciaba a la institución. “El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires todavía no notificó nada formal, pero la semana pasada vino un funcionario porteño a decirnos que no se habían realizado las obras que nos habían prometido porque el edificio sería demolido para hacer el metrobús”, contaba Susana Reyes. Es más, por esos días, el probable desalojo de la manzana, en la que también se encuentra el Centro de Atención Integral a la Niñez y Adolescencia (Caina) era, según la educadora, “un rumor de varios meses”. “Pero nosotros consideramos que es imposible debido a nuestra cercanía con el excentro clandestino de detención (CCD) Club Atlético, que es un monumento histórico y, por lo tanto, no lo pueden tocar”, agregaba, en referencia al espacio de la memoria que se encuentra bajo la autopista, entre Cochabamba y San Juan.

Hasta ahí, solo existía la amenaza a la escuela en la que, este año, cursaron unos 200 alumnos, entre adultos que pelean por terminar la primaria, chicos que asisten al jardín y los hijitos y hermanos de los primeros, que tienen entre 6 y 12 años y van a un grado de nivelación para poder alcanzar el nivel acorde a la edad que les permita acceder, posteriormente, a la educación en una escuela común, de acuerdo a lo que expone Lila Wolman, bibliotecaria del establecimiento.

Unos meses más tarde, a comienzos de octubre, la Isauro Arancibia daba clases abiertas en las puertas del Ministerio de Educación porteño, en Paseo Colón 255, para denunciar la falta de suministro eléctrico, de agua y de gas en el edificio del centro educativo. Durante esas jornadas, los miembros de la comunidad educativa no se cansaban de insistir que semejante situación se debía lisa y llanamente a la decisión del Gobierno porteño de demoler el inmueble para comenzar las obras del Metrobús Sur. Hubo, de esa forma, muchas concentraciones ante la sede de la cartera educativa porteña encabezada por Esteban Bullrich. Manifestaciones y clases públicas con la pretensión de visibilizar el reclamo y evidenciar “el plan sistemático de vaciamiento” de la escuela. Del otro lado, mientras tanto, hubo oídos sordos.

“En las casi dos horas que estuvimos allí bajo la lluvia nadie del Ministerio salió a atendernos, estaba todo cerrado. Estamos impresionados por la impunidad que tienen, porque tampoco tenemos gas ni calefacción a pesar de que una empresa ya ganó la licitación en 2012 para arreglar la escuela”, apuntaba Wolman, sobre unas de las jornadas que, a la par de los múltiples festivales que organizó la comunidad educativa de Paseo Colón 1318, instó a que la sociedad se enterara de la problemática y, en muchos casos, hiciera suya la lucha.

La buena nueva

Pero el 5 de diciembre fue como si toda la historia se hubiese invertido, hubiese cambiado radicalmente. Ese día, la Isauro Arancibia comunicaba: “Queridos amigos, queridas amigas: Hoy nos confirmaron desde el Ministerio de Educación la decisión de que el trazado del metrobús de Paseo Colón no afectará al edificio de la Isauro. Queremos compartir esta excelente noticia producto de la lucha y del apoyo que hemos recibido de todos y de todas ustedes, que nos sirve de ejemplo para próximas batallas. Desde hace 16 años venimos denunciando la situación de nuestros estudiantes, peleando por la restitución de sus derechos y sosteniendo la escuela que merecen a pesar de los obstáculos que pretendieron obturar nuestra lucha. Festejamos esta victoria y vamos por el marco legal que permita a nuestra escuela tener estabilidad y posibilite la réplica de la experiencia”.

La medida, festejada por toda la comunidad de la Isauro, incluyendo a cientos de vecinos que se solidarizaron con la continuidad del proyecto, fue tomada por la titular del juzgado número 6 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad, Patricia López Vergara, quien ordenó al GCBA delinear un nuevo trazado para la circulación del metrobús que conectará La Boca con Plaza de Mayo. Además, la jueza estableció que se instalen aires acondicionados en la escuela, de manera de mejorar las condiciones de trabajo y de estudio en el lugar.

“Este resultado fue producto de la lucha de todos, de los vecinos de Paseo Colón. Creo que fue una resistencia fuerte de la escuela y la comunidad educativa”, dijo Reyes, directora de la iniciativa educativa que, a su vez, desde 2007, mantiene un juicio contra el Gobierno porteño por el estado edilicio. Este año, como ya se dijo, se sumó el conflicto por el trazado del metrobús, que también afectó a una serie de lugares históricos, como el edificio del diario Ámbito Financiero, el mencionado excentro clandestino Club Atlético y el Centro de Difusión Cultural Severino Di Giovanni. A todos los lugares por donde pasaría el metrobús que pertenecen al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, desde 1977, cuando fueron expropiados por el intendente de facto Osvaldo Cacciatore para habilitar los espacios necesarios al emplazamiento de los accesos a la autopista 25 de Mayo, a principios de febrero les exigieron desocupar una franja del terreno, pero sus ocupantes presentaron amparos ante la Justicia.

En la planta baja de la Isauro funciona la oficina del Museo de las Escuelas. Allí se desempeñan tres personas y hay cinco aires acondicionados. Ante esta situación, la jueza López Vergara entendió que los aparatos eran prioridad para los estudiantes y ordenó instalarlos en las aulas, en donde además se dictan talleres de artes y oficios por parte de un plantel docente de 40 trabajadores.

El reconocimiento

A fines de diciembre, la escuela Isauro Arancibia fue reconocida en el marco de un homenaje con entrega de premio por la labor en educación popular, llevado adelante por el Ministerio de Educación de la Nación. “Ahora nuestra pelea pasa por otro lado: pasa por el reconocimiento al centro educativo como una nueva forma de educar a adolescentes y adultos, desde un marco pedagógico y social muy particular”, comenta a Noticias Urbanas Inés García Guerreiro, maestra de segundo ciclo de educación primaria, quien desde 2005 está comprometida con el planteo de la escuela Isauro Arancibia.

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