El Gobierno cede artículos para que la oposición vote la Ley Ómnibus

El Gobierno cede artículos para que la oposición vote la Ley Ómnibus

El oficialismo se vio obligado a negociar para conseguir su aprobación.


El gobierno de Javier Milei se mostró dispuesto a resignar distintos artículos de la Ley Ómnibus, mientras busca los votos para aprobarla. En el segundo día del tratamiento del proyecto en la Cámara de Diputados, el gobierno nacional tuvo que dejar en el camino la reforma electoral que quería llevar adelante. Toda la oposición marcó su disidencia con el proyecto que contiene la eliminación de las PASO, la implementación de la Boleta Única y el cambio de sistema de votación.

Germán Martínez (UP), Silvia Lospennato (Pro), Soledad Carrizo (UCR) y Margarita Stolbizer (Hacemos Coalición Federal) expresaron, ante la atenta mirada del ministro del Interior, Guillermo Francos, que no compartían la reforma ni el momento en que se quiere discutir, teniendo en cuenta que son sesiones extraordinarias. Fue un rechazo masivo que no tuvo coordinación previa.

El funcionario nacional, que es parte de la mesa política de Javier Milei, quedó expuesto durante su participación en la comisión de Legislación General. Llegó al Anexo C para explicar los fundamentos de la reforma política, recibió el cuestionamiento de la mayor parte de los legisladores y se fue discutiendo a los gritos con el diputado de Unión por la Patria (UP) Leandro Santoro.

En el bloque Hacemos Coalición Federal, que contiene a 23 diputados y jugará un rol clave para la aprobación de la ley, piden discutir la cantidad de empresas que el Gobierno quiere privatizar, los términos del blanqueo que propone el proyecto y los plazos de la delegación de poderes. Una postura similar a la que tiene el bloque de la UCR, el otro espacio importante para obtener los votos necesarios. En ambas terminales se quejan de la ausencia de nombres propios que tengan la línea fina de lo que el Gobierno está dispuesto a negociar.

En lo que respecta a las reformas electorales, al oficialismo tampoco le fue bien en el Senado, donde se trató la implementación de la Boleta Única de Papel. El despacho que avala el proyecto aprobado en Diputados no cuenta, por ahora, con los 37 votos necesarios para una mayoría especial y la sesión aún no tiene fecha. No fue una buena jornada para el oficialismo, que sufrió la falta de peso en las dos cámaras del Congreso.

El martes el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, confirmó que el Gobierno, después de varias sugerencias, está dispuesto a modificar los plazos de la emergencia pública que figura en el artículo 3 de la ley y que extiende la declaración en materia económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energéticas, sanitaria, administrativa y social hasta el 31 de diciembre de 2025.

La delegación de facultades, tal como está, no pasa el filtro de los bloques opositores, motivo por el que el oficialismo se ve en la necesidad de reformar o eliminar ese punto. Lo mismo sucedió con el artículo 331 que prohibía la reunión de más de tres personas y que había recibido críticas de todo el arco político. El miércoles por la tarde, en el comienzo de su presentación, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lo dio de baja para evitar que se agrande la polémica.

El Gobierno ya dejó en el camino la primera redacción de los artículos vinculados a los límites de la actividad pesquera en el Mar Argentino, la descarga en puertos argentinos, la generación de empleo local, el mantenimiento de la Zona Exclusiva y la competencia por los cupos de pesca con empresas extranjeras. Cambios que se hicieron por la presión de los gobernadores patagónicos, liderados por el mandatario de Chubut, Ignacio Torres. Cada día quedan artículos en el camino o se acuerdan cambios en la redacción. La oposición empuja al Gobierno por la espalda ante la falta de claridad sobre los límites de la decisión política oficial.

En algunos bloques creen que la semana que viene el Gobierno abrirá el juego como consecuencia de los cambios que fue aceptando. La presión y la disidencia opositora marcaron el camino que el oficialismo resistió desde que se envió la ley al Congreso. La idea de no modificar la ley que plantearon, en reiteradas oportunidades, el Presidente y su vocero, son parte del pasado. Negociación o nada. El Gobierno parece estar entendiéndolo a la fuerza.

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