“Sabbatella sería un excelente candidato a jefe de Gobierno”

“Sabbatella sería un excelente candidato a jefe de Gobierno”

Por Enrique Colombano

El legislador, que integra el espacio que lidera el titular de la Afsca, habla del último fallo de la Corte en relación a la Ley de Medios. Destaca a Carlos Heller y analiza el futuro del progresismo.


Edgardo Form (62) cree que la Corte Suprema debería haber tomado una posición “clara y contundente” en cuanto a la cuestión de fondo que con respecto a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se discute en la Justicia, que es la constitucionalidad de los artículos que cuestiona el Grupo Clarín, y que son los que le imponen desinvertir al multimedios.

Este diputado porteño, que en la Legislatura integra el bloque de Nuevo Encuentro (el espacio que a nivel nacional lidera Martín Sabbatella), es miembro de la Coalición por una Comunicación Democrática, el conglomerado que, a partir de 2004, trabajó para elaborar los 21 puntos sobre los que finalmente se basó la ley de medios. “Recordemos, además, que una vez que el Poder Ejecutivo Nacional presentó el proyecto, hubo foros en toda la República Argentina, con participación de sectores académicos. A mí me tocó estar en Mendoza, en la Universidad Nacional de Cuyo; en Tandil, en la Universidad Nacional del Centro, y por supuesto en foros del ámbito estrictamente cooperativo, porque allí había una antigua demanda de poder acceder al derecho de manejar radios y canales de televisión”, relata. La mención al cooperativismo no es casual: el dirigente tiene más de 40 años de experiencia en el mundo cooperativo y es miembro del Partido Solidario, cuyo máximo referente es el diputado nacional Carlos Heller, presidente del banco Credicoop.

–¿Cuál es su opinión sobre la decisión de la Corte de rechazar el per saltum presentado por el Gobierno nacional para tratar de revertir la extensión de la medida cautelar que favorece a Clarín?

–Si bien era esperable, me preocupa que se esté vulnerando el principio de igualdad ante la ley. Porque la mayoría de medios que estaban excedidos en las licencias se ajustaron a la normativa. El único que se opuso es Clarín y es el único al que este dictamen beneficia. Por eso, se pone a Clarín en una situación de privilegio.

–Pero si no está resuelta la cuestión de fondo, ¿no hubiera sido peligroso avanzar con la desinversión? Si después la Justicia fallara a favor de Clarín, el Estado tendría que indemnizarlo.

–A mí me parece que la Corte debería haber establecido una opinión clara y contundente en torno al fondo de la cuestión, que es si la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es constitucional o no. También debería haber sido más rigurosa con los plazos de su cumplimiento. Hubiera estado bien que aceptara este recurso del per saltum para decir “vamos a darle un corte, se terminó, la ley es constitucional y hay que cumplirla”. Igualmente, cabe aclarar que esta es una Corte Suprema de alto nivel académico y que, como queda más que claro, no es una Corte adicta al Gobierno nacional. Quiero subrayar que esta ley es una de las medidas más importantes de este gobierno iniciado en 2003 porque apunta, justamente, a democratizar el uso de la palabra y evitar la concentración monopólica. En la mayoría de los países desarrollados hay normas que establecen límites a este tipo de concentración.

–Más allá de la postura de Clarín, que defiende sus intereses corporativos, circula el temor de que la repartija de licencias termine favoreciendo a los amigos del Gobierno nacional, generando un monopolio oficialista. ¿Usted se hace eco de esta posibilidad?

–Comparto la inquietud, pero hay mecanismos que garantizan la transparencia. Yo formé parte, en los dos primeros años de su existencia, del Consejo Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, que también es producto de la Ley y es el organismo de contralor de la actividad de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca). Este consejo está integrado por representantes de las 24 provincias, aunque hay algunas morosas. La Ciudad de Buenos Aires, que yo sepa, aún no ha designado a su representante, y lo mismo ocurre con alguna otra provincia que, evidentemente, no comulga con la orientación del Gobierno nacional. Pero por lo pronto, allí tenemos una representación genuinamente federalista de la que también forman parte los pueblos originarios, las entidades sin fines de lucro, las universidades y centros académicos especializados en la materia y las entidades gestoras de derechos, como la Asociación Argentina de Actores o Sadaic. Ahora se ha incorporado Marcelo Stubrin, que representa a un sector de la oposición. Es un dirigente de larga trayectoria y no es, precisamente, de los que se callan o claudican. Digamos que hay garantías para que las licencias pasen por todos los filtros necesarios. Y aun así, en el caso de que haya algún desvío, existen los mecanismos previstos por la propia norma para corregirlos. De manera que yo en esto me siento confiado. Quiero hacer una reflexión adicional: en todos los órdenes de la vida hay patologías. Estas pueden llegar a darse también en el ámbito mediático. Hay que asumir que existen, pero están los recursos legales para combatirlas.

–El hecho de que Sabbatella esté al frente de la Afsca en estos momentos, ¿podría perjudicar a Nuevo Encuentro ante un electorado porteño que suele mostrarse crítico con el Gobierno nacional?

–Nosotros valoramos mucho la presencia de Sabbatella en la Afsca. Es una forma de que se reconozca el aporte que puede hacer Nuevo Encuentro a través de uno de sus principales referentes. No descarto que Sabbatella juegue un papel importante en la Ciudad. Tiene todos los atributos: la imagen, la experiencia de gestión y un discurso que llega bien a un sector muy amplio de la población porteña, los sectores medios.

–¿Lo ve integrando la lista porteña del kirchnerismo en 2013?

–En 2013 no creo, pero es una opinión muy personal. El año que viene, en las elecciones, no vamos a tener el mismo escenario de 2011, cuando fuimos con boletas colectoras. Porque no es una elección presidencial ni para Jefe de Gobierno. Es puramente legislativa. Lo más probable es que, entonces, el conglomerado de Unidos, Organizados y Solidarios, que integra Nuevo Encuentro, vaya dentro de una única lista. No podemos ir fragmentados, porque el Pro va ir unido y con potenciales aliados. Y en la Ciudad, además, ha calado hondo el antikirchnerismo en un segmento social importante. El desafío es enorme. Pero nosotros insistimos con la necesidad de poner a la Ciudad en sintonía con el proyecto actual de país. Hay que encontrar la forma inteligente de atravesar ese blindaje de odio y prejuicio contra la figura de la Presidenta que tienen ciertos sectores porteños. Ganar el sentimiento de la gente.

–¿Su fórmula para la Ciudad, en 2015, es Sabbatella-Heller?

–La fórmula Sabbatella-Heller sería algo fantástico. Un sueño. Habrá que ver cuando se acerquen esas elecciones qué marcan las encuestas y cómo se negocian los lugares. Pero Sabbatella podría ser un excelente candidato, ya que combina juventud y capacidad de gestión, demostrada en su gestión al frente del municipio de Morón. Y en el caso de Heller, él ha sido dos veces candidato a vicejefe de Gobierno de la Ciudad. Es un hombre de una excelente trayectoria y una imagen muy buena. Tiene la gran capacidad de explicar cosas muy difíciles de la economía en términos muy accesibles. Además, acredita una experiencia exitosa al frente de un banco cooperativo que es un ejemplo de buena gestión. Heller podría jugar un importante papel en la Ciudad como compañero de fórmula. Y me atrevo a decir que también en cargos ejecutivos a nivel nacional. Heller, sin quitarle méritos a Mercedes Marcó del Pont, podría ser perfectamente el presidente del Banco Central de la República Argentina.

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