La más importante movilización boliviana en Capital Federal

La más importante movilización boliviana en Capital Federal

Miles de inmigrantes bolivianos marcharon por la avenida Avellaneda, en la zona de comercios de indumentaria. Se oponen a las inspecciones porque les genera la perdida de sus trabajos. Ninguna bandera, curiosamente, señala el esclarecimiento de responsabilidades frente a las muertes en un incendio de la semana pasada en una fábrica textil


En el marco de los controles lanzados por el Gobierno de la Ciudad sobre los talleres textiles, tras perder la vida en un incendio seis bolivianos (cuatro menores y dos adultos) la semana pasada en Caballito, ayer se clausuraron 12 talleres textiles porteños clausurados y hoy, en el barrio de Flores, continuaban las inspecciones y los cierres de fábricas.

Frente a esta situación miles de inmigrantes bolivianos trabajadores y sus empleadores se movilizaron por la avenida Avellaneda contra las inspecciones en las fábricas y para exigirles a los comerciantes de la zona que paguen más por las prendas que les compran. Los comercios de indumentaria de la zona bajaron las persianas de sus locales y el clima que se vivió es de extremo nervisiosismo. Cantos como "el pueblo unido jamás será vencido", recipientes que sirven de bombos, más los aplausos son los medios que tienen para hacerse escuchar.

La guardia de infantería de la Policía Federal desde la vereda siguió la movilización y detrás de los manifestantes, muchos de ellos portan banderas de Bolivia, varias camionetas policiales tipo trafic.

Hasta el momento los talleres inspeccionados ascienden a 50, de los cuales poco más de 30 fueron cerrados. La falta de seguridad e higiene, de iluminación de emergencia y de baños, y la deficiencia en el tendido de cables eléctricos, es entre otros los motivos de clausura.

Ayer no se detectó "hacinamiento, ni trabajo esclavo pero sí familias que vivían allí. Estas clausuras fueron preventivas, hasta que estos lugares cumplan con las normas", intentó tranquilizar el ministro de Producción, Enrique Rodríguez, y agregó que "se requirió documentación sobre condiciones de trabajo, para determinar la situación de los trabajadores".

Las personas desalojadas tras las clausuras (suman más de 50 familias), fueron atendidas por personal del Ministerio de Derechos Humanos y Sociales. Pero ahora se suma otro problema, el hospedaje de las familias. Hasta el momento existe un solo polideportivo, ubicado en Parque Avellaneda, para los bolivianos que quedaron sin techo, y en los próximos días el Gobierno prometió abrir otro centro en Parque Chacabuco.

Desde el gobierno porteño se informó que se encuentra habilitada la línea 0-800-999-2727 (opción 1) para que se denuncien la presencia de trabajo esclavo en la Ciudad.

Para los damnificados las denuncias se pueden asentar a través de la línea 108 o al 0800-777-6242, líneas gratuitas del Ministerio de Derechos Humanos y Sociales, o dirigirse a Entre Ríos 1492.

Por su parte, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) porteña, en un comunicado de prensa difundió que "los trabajadores bolivianos que participan activamente en el ámbito territorial de la Central son más de 200". Un dirigente de CTA Capital, Máximo Quispe, oriundo de Bolivia e integrante del Movimiento Desde Abajo, considera que este tipo de trabajos clandestinos y esclavistas existen porque "el Gobierno de la Ciudad y el Estado son los responsables número uno".

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