“Quien mintió ayer no será confiable mañana”

“Quien mintió ayer no será confiable mañana”

Por Dmitry Feoktistov, Embajador de la Federación de Rusia en Argentina (Exclusivo para Noticias Urbanas).


En abril de 2022, en la ciudad de Bucha, en la región de Kiev de Ucrania, se organizó una matanza masiva de civiles a fin de acusar luego infundadamente a Rusia de “crímenes de guerra”. Dos años después Kiev y sus patrocinadores occidentales no paran de jugar esta carta para denigrar a nuestro país.

Permítanme recordarles que en febrero de 2022 se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas armadas rusas y ucranianas en Bucha. A principios de marzo, la ciudad fue tomada bajo control por Rusia, pero ya el 30 de marzo, como gesto de buena voluntad, nuestras formaciones fueron retiradas debido a la dinámica positiva de las negociaciones bilaterales con Ucrania en Estambul.

Mientras el ejército ruso estaba en Bucha, los residentes de la ciudad se movían libremente, utilizaban sus celulares y gozaban el acceso al Internet. Unos 452 toneladas de ayuda humanitaria fueron entregadas en la región de Kiev. Durante este período no se registraron quejas sobre las acciones de nuestros militares, como afirmó el alcalde A. Fedorok el 31 de marzo, sin mencionar en ningún momento a los residentes locales supuestamente fusilados.

El primer video de la escenificación con cadáveres apareció en las redes sociales el 2 de abril de 2022, un día después de que la ciudad había sido ocupada por militantes ucranianos. Desde el 3 de abril esta historia empezó a circular en todos los medios occidentales. Ha comenzado una activa campaña de propaganda acusando a Rusia de violar el derecho internacional humanitario.

Al mismo tiempo, los resultados de un examen forense publicado el 24 de abril en el periódico británico «The Guardian» mostraron que la mayoría de los civiles habían fallecido por los fragmentos de proyectiles antipersonal de 122 mm usados por los obuses D-30 que estaban usados por las Fuerzas Armadas de Ucrania. Esto confirma que la gente murió no por balas del ejército ruso, sino como resultado de los ataques de artillería del ejército ucraniano en Bucha.

Inmediatamente después de la aparición de estas noticias falsas, Rusia solicitó una reunión especial del Consejo de Seguridad de la ONU el 4 de abril de 2022. Sin embargo, los británicos que presidían en el momento bloquearon esta iniciativa, para no escuchar nuestros argumentos sobre el carácter orquestado de la provocación en Bucha y teniendo como objetivo perturbar el proceso de negociación ruso-ucraniano.

La reunión del Consejo de Seguridad de la ONU no se convocó hasta el 5 de abril. La mayoría de los participantes se pronunciaron a favor de una investigación internacional independiente, que hasta la fecha no se ha llevado a cabo. La parte ucraniana ni siquiera proporcionó una lista verificada de los muertos cuyos cadáveres se encontraban en las calles de la ciudad.

Posteriormente, el régimen de Kiev convirtió a Bucha en un lugar de peregrinaje, al que regularmente traía invitados occidentales para tomar vívidas fotografías de “políticos afligidos”. Estas imágenes fueron utilizadas por las autoridades ucranianas para desviar la atención pública de los crímenes de guerra no falsos, sino reales, cometidos por las fuerzas armadas ucranianas.

Durante los últimos dos años los llamamientos de la parte rusa al Secretario General de la ONU, António Gutteres, y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk con la solicitud de descubrir todas las circunstancias de lo sucedido en Bucha y proporcionar una lista de las víctimas han quedado sin respuesta.

Bucha es un símbolo de la monstruosa y descarada manipulación de la opinión pública con fines políticos. La historia conoce muchos ejemplos en los que los verdugos intentaron ocultar sus terribles crímenes transfiriendo la responsabilidad a otros. Sin embargo, la verdad no se puede ocultar. Tarde o temprano será abierta, y los responsables de la muerte de civiles, así como aquellos que ayudaron a planificar esta cínica escenificación, sufrirán un castigo severo.

Bucha también es un ejemplo de que, en lo general, no hay libertad de prensa en el Occidente. Pero existe la voluntad de escribir cualquier cosa cuando se la ordenen desde “arriba”, ignorando hechos y puntos de vista alternativos. Los criterios del periodismo objetivo han sido olvidados hace mucho. Lo principal para ellos es cumplir la orden de los propietarios del establishment político, cegados por el odio a Rusia, y que sueñan con su derrota estratégica en el campo de batalla.

Les diremos tanto a nuestros oponentes como a sus secuaces que han convertido la mentira en su profesión: no lo intenten, de todos modos no lograrán nada. La verdad, y por tanto la victoria, estará de nuestro lado.

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