Fracaso: qué cambió a un año de la inauguración del Ecoparque de Palermo

Fracaso: qué cambió a un año de la inauguración del Ecoparque de Palermo

Noticias Urbanas consultó a SinZoo para saber qué se ha modificado en el predio donde hoy rige el Ecoparque. La agrupación de activistas realizó una recorrida y describió el rol de las ONGs que acompañaron al Gobierno y el estado actual del zoológico.


El Zoo de Buenos Aires generó tantas denuncias por maltrato animal que el entonces recién asumido Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta decidió convertirlo en un Ecoparque en junio del 2016, que conllevaría el final del encierro de animales.

“El 1° de agosto vamos a llamar a un concurso internacional para que nos acerquen ideas. Con el aporte de ustedes y de muchas ONGs que nos acompañan, estoy convencido de que podemos lograr grandes resultados para que los animales vivan como se merecen”, dijo entonces el jefe de Gobierno porteño, hablando de un predio donde los chicos iban a “poder aprender de forma interactiva, sin que haya animales en cautiverio”. “Además, habrá un lugar para rehabilitación y liberación de animales en tránsito: heridos o recuperados del tráfico ilegal”, había prometido.

A un año de estas palabras, la agrupación de activistas independientes SinZoo recorrió el predio y contó a Noticias Urbanas con qué realidad se encontró.

“En el zoo porteño casi nada cambió. Sólo podemos nombrar que se retiraron muy pocos animales de la exhibición, se restringió el número de acceso de personas por día y se terminó con la venta de galletitas para los bichos”, comenzó Malala Fontan, referente activista de SinZoo y definida por su compañero Andrei Chtcherbine, guardaparque y docente de origen ruso, como “el alma de SinZoo”.

La “zoocosis” continúa: el Ecoparque sigue siendo un centro de cautiverio y exhibición de animales.

Lo único que vimos de Ecoparque fue el cartel afuera. Se sigue pagando entrada para ver animales cautivos, tristes, deprimidos, apáticos o locos. Muy pocos fueron retirados de la exhibición y eso por el estado lamentable en el que están. No hay tampoco educación ambiental de ningún tipo ni ninguna recreación interactiva”, explicitó Fontan. Y en el mismo lineamiento, Andrei agregó que la ley que aprobó el Gobierno de la Ciudad para generar el Ecoparque es “sólo un zoológico que responde a los lineamientos de la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios, nada que lo diferencie sustancialmente de un zoo”.

Mara quiere SU LIBERTAD

MARA ESTÁ ENOJADA. EXHAUSTA. FRUSTRADA.Mara está enojada…–Porque quiere más hechos y menos promesas.–Porque hay un santuario esperándola y siguen demorando su traslado.–Porque se cansó de la demagogia a favor de una población animal que sigue encerrada y explotada.–Porque además de haber sido esclavizada gran parte de su vida por el Circo Rodas, vive atrapada en el Zoo de Buenos Aires, en un predio desolado, carente de vegetación y de estímulos, atrofiada física y psíquicamente y enferma de frustración (zoocosis). –Porque sus carceleros, los funcionarios y profesionales del pseudo Ecoparque, pagados del bolsillo de los contribuyentes, no advirtieron nunca su estado deplorable hasta que vino un experto de renombre internacional -Scott Blais, Director del Santuario Global de Elefantes- y al visitar el zoo les avisó que las elefantas Mara, Kuky y Pupi no podrían soportar mucho más semejante decadencia.–Porque sólo entonces hicieron su trabajo, casi un año después de prometida la recuperación de los animales, suministrándole una dieta mejorada, cambiando el sustrato (suelo) para minimizar el impacto en las articulaciones de las elefantas, etc.–Porque aún cuando se dignaron a mejorar sus condiciones, pecaron de negligencia, dejando fierros tirados que terminaron clavados, uno en su espalda, y otro en la pata de Kuky.–Porque cuando se mece no baila, sólo expresa su enfermedad nerviosa, su zoocosis. –Mara está enojada porque quiere SU LIBERTAD. ——–EL ZOO de Buenos Aires NO CERRÓ #ECOFRAUDE►Tuiteá a los responsables con un solo click!: goo.gl/H6oGho►¡Sumá tu firma por los presos del zoo!: change.org/sinzoo——–

Posted by SinZoo on Tuesday, June 27, 2017

 

Un proyecto malparido

En medio de las vacaciones de invierno, el 16 de julio ya abrían sus puertas el nuevo “Ecoparque”, y con éste se inauguró también una nueva ola de críticas y movilizaciones de grupos activistas, principalmente de SinZoo, que desde hacía años reclamaba por la transformación del zoo, a fin de terminar con la exhibición de animales para entretenimiento.

En diciembre de 2016, la Legislatura porteña votó un proyecto para que el Ecoparque perpetúe la exhibición de animales y, en definitiva, continúe siendo un zoológico como cualquier otro con vía libre para reproducir y enviar animales a otros establecimientos del país.

De esta manera, ya en los primeros días de mayo, el descontento y la preocupación había llegada a punto tal que decidieron alejarse del “Masterplan” estatal tres de las ONGs encargadas de la tarea de asesorar el camino al Ecoparque: el Instituto Jane Godall, la APRA (Agencia de Protección Ambiental de Buenos Aires) y la Fundación de Historia Natural Félix de Azara (AZARA), además de otros técnicos especializados en trabajos con fauna silvestre.

Así, el legislador Adrián Camps, junto a SinZoo presentaron el proyecto “Jardín Ecológico”, redactado en el 2015 para terminar con el uso de animales para lucrar y que la promesa oficial de “que no haya más especies que habiten en el predio en forma permanente”, se cumpla.

Los animales se “automutilan”

Tal como describen los activistas que visitaron el Ecoparque, allí los animales muestran signos de ansiedad y depresión: “Había tres chimpancés que reflejaban la vida animal allí adentro: uno de automutilaba arrancándose los pelos, otro se comía su propio excremento y el último vomitaba y se comía su vomito todo el tiempo”, observó Andrei.

Y agregó: “La organización del Zoo asegura hacer enriquecimiento ambiental, que juegan con los animales y que éstos están mejor. Sin embargo, no es lo que vimos. Los recintos están igual, los animales siguen exhibidos y no hay intención visible de reemplazar este espectáculo decadente con algo educativo, ni con juegos, ni con videos, ni con realidad virtual, ni con charlas. El atractivo siguen siendo estos animales enfermos”.

Sin futuro prometedor

La solución aún no se ve en el horizonte ya que, según los activistas, el Gobierno realizó este Ecoparque por fines “marketineros” y no con reales ánimos de transformación.

Por el momento, “sólo se habla de un zoo más pequeño de autóctonos y de seguir exhibiendo, encarcelando y reproduciendo”. “Lo que sucede no coincide en nada con los anuncios oficiales de hace un año, que prometieron terminar con el paradigma cultural de cautiverio y exhibición de animales como forma de entretenimiento humano”, se resignó Fontan. Y explicó a continuación que el proyecto del Ecoparque estuvo acompañada por ONGs “retrógradas y de intereses puramente corporativos que no quieren realmente terminar con esta fuente de lucro”.  Y, acto seguido, recordó que “los zoos en general son la parte careta y visible del tráfico ilegal de especies”.

Finalmente, Andrei arremetió que “hay desconocimiento” por parte del Gobierno porteño sobre cómo sobrellevar un Ecoparque correctamente, pero “también hay falta de valores, al igual que en las ONGs conservacionistas que insistieron al Gobierno que haga del Ecoparque otro zoológico”.

“Hay grupos conservacionistas dispuestos a cualquier cosa por financiamiento, poder, con el supuesto fin de salvar a la naturaleza, pero se equivocan: no es el dinero lo que va a salvar a la naturaleza, sino un cambio de conciencia que ellos no están promoviendo”, cerró. Y aclaró: “No estamos, ni estuvimos alguna vez, para perjudicar a ningún político. Estamos por los animales. Esto quedó claro cuando se anunció el proyecto del Ecoparque, ya que nosotros lo recibimos bien. No nos importó que fuera el Pro el que saque el proyecto, tampoco nos importaría si fuera el kirchnerismo o el socialismo. Lo malo fue que después de los anuncios, en cuestión de dos meses el proyecto cambió radicalmente por influencia de ONGs conservacionistas y esto devino en una caída libre”.

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