Este martes, el ministro Martín Guzmán y el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, se reunieron con la delegación del FMI en el Palacio Hacienda, donde participaron la directora adjunta del departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack; el jefe de la misión del FMI para Argentina, Luis Cubeddu; y el representante residente del FMI en Argentina, Trevor Alleyne.
Asimismo, será necesario para contemplar y debatir de forma integral todas las aristas del nuevo acuerdo que este equipo se reúna también con el presidente del Banco Central, con el ministro de Trabajo, con el de Desarrollo Productivo y con otros miembros del gabinete económico en el transcurso de esta semana y la próxima.
“Se espera que la misión del FMI continúe su trabajo y mantenga otros encuentros con autoridades económicas del país en los próximos días”, indicó un comunicado oficial emitido desde el Ministerio de Economía, el cual también indicó que “ambas partes consideraron la reunión como productiva”.
El ministro Guzmán puso como objetivo de deuda 49.000 millones de dólares, pero las necesidades de financiamiento para el año que viene siguen siendo elevadas y van a requerir de emisión o de financiamiento por un volumen superior al que el mercado local puede destinar al sector público. Un nuevo desembolso, aunque no llegue a los 5.000 millones de dólares, podría ser uno de los pilares para la estabilización macroeconómica: más reservas para el Banco Central, menos emisión, menor tasa de interés en pesos para ayudar a la reactivación del sector privado.
Argentina necesita que el organismo acceda a prestarle al menos 49.000 millones de dólares bajo el nuevo acuerdo. Los 44.000 millones que desembolsó a partir de 2018 del acuerdo por un total de 57.000 millones, más 5.000 millones de dólares adicionales para cubrir los intereses del Stand-By. Y no va a dudar en plantear la posibilidad de un margen extra en el préstamo para atajar las consecuencias sociales en el corto plazo.
Tres temas son centrales para llegar a un acuerdo de largo plazo como es el de Facilidades Extendidas: la política cambiaria y su vinculación con el control de capitales, la política monetaria para bajar la inflación, y el equilibrio fiscal con la consecuente discusión sobre el control del gasto público. Y un acuerdo de Extended Fund Facilities (EFF) implica exigencias de reformas estructurales.
Por eso, con el resto del staff técnico se conversó de forma virtual acerca de los primeros lineamientos macroeconómicos y con el encuentro posterior en Hacienda quedaron formalmente inauguradas las negociaciones.
El Gobierno podría ceder en el déficit fiscal objetivo y reducirlo de 4,5% al 3% del PBI para limitar las necesidades de financiamiento de parte del Tesoro. La fórmula de actualización de las jubilaciones anunciada ayer también puede leerse en esos términos, ya que la que estableció el macrismo resultó ser más onerosa para el fisco que la anterior. Ya en diciembre el congelamiento de los ajustes previsionales había sido una muestra de austeridad para conseguir el respaldo del organismo en la negociación de la deuda con los acreedores privados.
