Claudio Palmeyro: “Macri puede pagar un costo político”

Claudio Palmeyro: “Macri puede pagar un costo político”

Por Laura Di Marco

El diputado porteño, directivo del Sindicato de Peones de Taxis, asegura que Macri puede vetar la Ley Antidespidos, aunque no cree que al Presidente esa repercusión “le preocupe mucho”.


Claudio Palmeyro cree que la batalla contra Uber, la aplicación móvil para contratar viajes con conductores de autos particulares, todavía “no está ganada” en la Ciudad de Buenos Aires. Tan solo fue una antesala de lo que, prevé, será una larga disputa. El legislador porteño del Bloque Sindical Peronista e integrante del Sindicato de Peones de Taxis, que lidera Omar Viviani, fue el autor del proyecto de repudio a la actividad de la empresa estadounidense en la Capital Federal, que fue aprobado por amplia mayoría en la Legislatura. “Más allá de que el Gobierno y la Justicia han dictaminado que de esta forma no puede funcionar, Uber insiste y se sigue manejando al margen de la ley”, advierte Palmeyro, en diálogo con Noticias Urbanas.

El legislador, además, se mete en la polémica por la ley antidespidos impulsada por la oposición y los gremios en el Congreso. Si bien reconoce que la norma no es una solución al problema del desempleo, considera que “es una medida paliativa” ante las suspensiones y bajas que se multiplican en los sectores público y privado. “Mauricio Macri puede pagar un costo político si la veta, pero no creo que le preocupe”, asegura.

–¿Ya ganaron la batalla contra Uber?
–No, para nada. Sabemos cómo funciona esta empresa en otras ciudades del mundo. Más allá de que tanto el Gobierno de la Ciudad como la Justicia han dictaminado que de esta forma no puede operar, Uber igualmente insiste y se sigue manejando al margen de la ley. Sabemos que en muchas ciudades fue una batalla larga y con distintas suertes.

–¿Cuánto sirvió el apoyo del Presidente a los taxistas?
–Tenemos el apoyo del Gobierno de la Ciudad y algunas manifestaciones del Presidente, que las entendemos como positivas y lógicas porque en realidad dijo que no permitirán que ninguna empresa funcione fuera de la ley. Uber es una compañía que funciona totalmente fuera de la ley: no está registrada en la Argentina, ni siquiera tiene número de CUIT y opera sin tributar ni un solo peso.

–Hay una fuerte polémica en el Congreso por la ley antidespidos. ¿Piensa que es una solución del problema de la desocupación? El Gobierno dice que esa norma ya fracasó y que no ayudará a crear empleo.
–Coincido en que no es la solución y en que no es una herramienta para generar empleo. Es una medida paliativa que permite producir un freno y trata de conservar las fuentes de trabajo. La realidad marca que hay muchos trabajadores que, en primera instancia, se encuentran suspendidos y es muy factible que pasen a ser despedidos. En esa coyuntura, esta ley permite tener un impasse y llevar tranquilidad a los trabajadores, por lo menos durante estos seis meses a la espera de ver si el segundo semestre cumple con las expectativas que tiene el Gobierno.

–Macri avisó que va a vetar la ley en caso de que se apruebe. ¿Pagará un costo político?
–Es indudable que puede pagar un costo político. Pero también creo que no es algo que le preocupe mucho al Presidente. En la Ciudad vetó más de cien leyes en sus ocho años como jefe de Gobierno. No creo que sea una gran preocupación para él vetar una ley.

–¿Es probable que los gremios reaccionen y llamen a un paro si Macri la veta?
–Ya se han manifestado distintos secretarios generales de centrales obreras al respecto. Han adelantado una postura de confrontación en caso de que la ley sea vetada.

–¿Es verdad que Macri “gobierna para los ricos”?
–Uno ve que en las primeras medidas que tomó, que fueron inmediatas, hubo una trasferencia de recursos a los sectores más concentrados de la economía. Nos hubiera gustado que con la misma celeridad se hubiera dado el tema de Ganancias o políticas que tengan que ver con la generación de empleo. Hoy, esos temas son promesas para el segundo semestre o para el año que viene.

–¿Le cayó mal la amenaza de Elisa Carrió de que va a investigar a los sindicalistas? Pidió que presentaran las declaraciones juradas, y Hugo Moyano la cruzó.
–Todos los dirigentes gremiales, como los políticos, somos personas expuestas. Tenemos que presentar tanto ganancias como bienes personales. Y ante la compra de un inmueble o un vehículo, uno lo tiene que declarar. Como legislador, yo presento la declaración jurada y como dirigente sindical vengo presentando declaraciones ante la AFIP.

–¿Cómo ve el avance de la Justicia federal ante el cambio de Gobierno? ¿Preocupa esta especie de mani pulite que se desató en la Argentina?
–Es normal que la Justicia empiece a tener otros tiempos cuando cambia el gobierno. Ya ha pasado. Nadie puede apoyar o hacerse el distraído ante un caso de corrupción. Lo importante es que se investigue y, si existen culpas, que pague el que tenga que pagar. Lo que no comparto es cuando, en lugar de ser la Justicia la que dictamina, los fallos judiciales salen a través de los medios. Ahí uno empieza a dudar. Pero ojalá siempre la Justicia funcionara así de rápido.

–¿Coincide con el ministro de Justicia, Germán Garavano, quien dijo que no sería bueno para el país que Cristina Kirchner fuera presa?
–Coincido que no es bueno que ningún presidente o expresidente tenga problemas con la Justicia y mucho menos que pague con cárcel, pero por un tema institucional. Nos haría un daño como país. Pero adelantarse a dar un fallo sobre culpabilidad o no respecto no solo de un expresidente sino de cualquier ciudadano a través de la información que se maneja en los medios, me parece un despropósito. Si realmente creemos en las instituciones y en la división de poderes, dejemos que la Justicia actúe. Obviamente, si existe un fallo con pruebas irrefutables, se va a aceptar, sea quien sea la persona cuestionada.

–Moyano dijo que, al lado de la corrupción que se ve en el caso Báez, Carlos Menem “era San Francisco de Asís”. ¿Hubo más corrupción durante los doce años de kirchnerismo que en los noventa?
–Es muy difícil hacer ese tipo de evaluación. La mayor corrupción del menemismo fue desmantelar las industrias, dejar a millones de personas en la calle y al país al borde del colapso. Las corrupciones que tienen que ver con denigrar a los trabajadores son tan nefastas como los casos por sobreprecios o coimas. No podemos hablar de que una es peor que la otra. Toda corrupción es igual de mala.

En primer plano

• Un restaurante. Mamá Silvia.
• Una comida. Asado.
• Un lugar porteño. Liniers.
• Una figura histórica. Eva Perón.
• Una frase. “La única batalla que se pierde es la que se abandona.”
• Una película. El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella.
• Un libro. Nunca más.

Qué se dice del tema...