La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires sancionada en 1996 establecía un plazo más que razonable para que la Legislatura porteña aprobara la ley por la cual se descentraliza el distrito. Sin embargo, fue recién tres años después del vencimiento de ese plazo que los legisladores lograron que un proyecto llegara al recinto y se aprobara en general por cincuenta votos, diez más de los que se necesitaban.
A pesar de la indiscutible importancia de este hecho, hasta que la norma no sea tratada en particular, la ley no podrá ser aplicada. Por eso, la postergación del debate artículo por artículo no fue bien recibido por algunas organizaciones sociales ni por varios legisladores y referentes de distintos partidos políticos.
El jefe de Gabinete de Alternativas de Unión por Todos, Fernando Caeiro, manifestó que la sanción en general de la demorada Ley de Comunas y la creación de una comisión para estudiar las disidencias, que tendrá un plazo de 120 días a partir del 1 de marzo, es "una burla mas a los vecinos de Buenos Aires por parte de la Legislatura de la Ciudad".
El ex legislador porteño aseguró que "si no quieren la Ley de Comunas que lo digan y no sigan engañando a la gente como lo vienen haciendo los legisladores de la Ciudad y el jefe de Gobierno, que habían anunciado su sanción para antes de fin de año. Lo que han votado no es nada, ya que las disidencias en el articulado son las mismas que habían cuando se comprometieron con la sanción, es más se han profundizado. Solamente hicieron el show para decir que cumplieron y avanzaron en el tratamiento del tema".
Por su parte, el socialista Daniel Martini, subsecretario de Relaciones Políticas e Institucionales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lamentó la falta de consenso en la Legislatura para sancionar definitivamente la Ley. "Si bien es importante que se haya puesto en debate el tema con la sanción en general, haber postergado hasta julio su sanción definitiva, puede poner en riesgo la incorporación de las propuestas de los cientos de vecinos que participaron durante un año", aseguró.
"Estas son las situaciones que después redundan en la falta de credibilidad hacia la dirigencia política porque no se le puede decir a la gente que participe para ser protagonista, si no se garantiza primero que se van a tener en cuenta sus propuestas", agregó Martini, quien -no obstante- confió "en que puedan lograrse los consensos necesarios para la definitiva descentralización institucional de la Ciudad".
En tanto, el diputado porteño Daniel Betti (Bloque del Sur) señaló que "durante todo este año, 7.500 vecinos de 47 barrios porteños y los legisladores de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana de la Legislatura Porteña nos hemos reunido dos veces por semana a los fines de debatir las ideas fuerza que fueron el cimiento de la adeudada Ley de Comunas. Con el trabajo de todo un año, logramos un proceso inédito de construcción colectiva de una ley, que fue ignorado en la sesión parlamentaria del día del martes pasado".
Según Betti, "la corporación política votó en general la ley, pero guardó celosamente un as en la manga. A último momento decidió conformar una comisión a puertas cerradas con los presidentes de todos los bloques tomándose nada menos que 120 días parlamentarios para ‘analizar’ las disidencias, que supuestamente no son más que dos. Mediante un gesto autoritario cuya motivación implícita es reformar buena parte del articulado de una ley producto de la participación ciudadana, se expulsa a los vecinos porteños junto con la Comisión de Descentralización del proceso para la elaboración final de la ley".
Por último, el ex zamorista manifestó que "es sorprendente como los mismos que se vanagloriaban de ser arte y parte de este mismo proceso de participación, no dudaron en darle la espalda a los vecinos que hicieron posible su lucimiento, faltándole el respeto a toda la gente que con su dedicación construyó esta ley inédita".
