Hay milagros electorales

Hay milagros electorales

Días atrás, el paisaje con que se topaba el observador al recorrer la escuela Franklin D. Roosevelt era devastador, pero la inminencia de los comicios cambió el panorama.


La escuela número 19 del distrito escolar 17 es enorme y desangelada. Queda en Villa Devoto, más precisamente en Salvador María del Carril 4957, muy cerca del cruce con la avenida Lastra, a pocas cuadras de la General Paz. En el mismo predio y pegado, hacia Lastra, se encuentra el jardín de infantes número 3, ?el jardín del boulevard?. A los dos asisten más o menos quinientos pibes ?trescientos más doscientos?, de los que más de la mitad vienen de la provincia. Hasta el martes de la semana pasada, y por espacio de ocho días, no hubo luz, ni agua, ni gas. Una catástrofe.

Ese amplísimo terreno, de más de media manzana y techos altísimos, tipo estación ferroviaria, donde el frío se enseñorea, fue hace mucho una terminal de trolebuses, y después, de la línea 125, aquellos bondis rojinegros con ribetes amarillos que iban al Correo Central, hasta su súbita desaparición en medio del Mundial 78.

Una madre se acerca y susurra que en los sótanos ?inundados con hasta un metro y medio de agua por la subida de las napas? se encontraron grilletes en los años 80. Acaso porque detrás del terreno se encuentra un depósito de autos de la Policía Federal, agrega, muchos vecinos están convencidos de que allí funcionó en los 70 un centro clandestino de detención. Lo cierto es que, como muestra cabal de que los tiempos que corren son otros, un sonriente cabo primero de la repartición exhorta a contarle al mundo la iniquidad de las condiciones en las que ahí se enseña y se aprende.

Cuando llegamos, la semana pasada, acababa de restablecerse el fluido eléctrico. Ya había agua, pero seguía sin haber gas a causa de unas pérdidas. Antes de entrar, todavía en la vereda, Lelis Vercellesis, la mamá que nos convocó, nos informó que fue, al parecer, la subida de las aguas lo que produjo el colapso, que vino gente de infraestructura del Gobierno de la Ciudad y cambió las llaves térmicas para que saltaran con mayor frecuencia, pero era evidente que el cableado no resistía más. Efectivamente, al entrar, veríamos desordenados manojos y madejas de cables por todos lados.

Afuera había dos patrulleros y muchos carteles. Adentro hacía tanto frío como afuera. En medio del patio cubierto, la directora del colegio, Liliana Calvo, les explicaba a un grupo de unas cincuenta madres sus gestiones para que el Gobierno porteño haga las reparaciones necesarias para que las clases se puedan dictar con normalidad. La directora criticaba a algunos padres cuyos modales dejaban mucho que desear y elogiaba al legislador de extracción docente Francisco ?Tito? Nenna, quien, decía, siempre la acompañó.

A continuación, tomó la palabra Rosita Antos, una de las madres. Expresó muchas cosas que era evidente que la directora no podía decir, como la desazón que imperaba porque la mayoría de las veces los reclamos ni siquiera eran oídos (ya no escuchados) por funcionarios que los ?paseaban? de uno a otro interno.

Rosita también se refirió a la visita de un funcionario de la Ciudad, ?el ingeniero Baldoni? que, dijo, apenas se dignaba a mirarlas (?nos miraba como si fuéramos bichos?) cuando le contaban que en el medio de la escuela hay una estación transformadora de energía eléctrica, que en el patio los antiguos tanques de combustibles no estaban rellenos de arena, como deberían, y que tenían gas, acaso explosivos; que había fugas en la red de gas y en consecuencia no tenían calefacción, etcétera.

También informó de la visita del jefe del área Derecho a la Educación de la Defensoría del Pueblo porteña, Gustavo Lesgueberis, que para entonces estaba emitiendo un comunicado donde señaló que se cumplía más de una semana sin clases a causa de ?recurrentes interrupciones en el suministro de agua por problemas en las instalaciones eléctricas?, que ello revelaba ?cómo la subejecución del presupuesto asignado a refacción y mantenimiento de edificios escolares posterga la realización de obras que requieren urgentes intervenciones? y que ya en abril había intimado al Gobierno de la Ciudad para que hiciera las obras imprescindibles.

Haciéndose pasar por padre de un alumno, el cronista recorrió todo el colegio mientras Rosita le explicaba, por ejemplo, en un aula del primer piso: ?¿Ves este vidrio que falta? Cayó al lado de una chiquita de segundo grado, la podría haber matado?. En el patio descubierto, uno de los antiguos tanques de combustible carecía de tapa metálica. Un peligro extremo para cualquier niño.

Pero cuando hacia la noche llamó a Rosita para preguntarle cómo había concluido el día, se encontró, sorprendentemente, con una mujer alegre y esperanzada. ¿Qué había pasado? Que hacia el mediodía había estado allí el diputado Eduardo Epszteyn, presidente del bloque Diálogo por Buenos Aires, y desde allí había convocado al director general de infraestructura de la Ciudad, Claudio Viola.

?Vino más rápido que los bomberos?, dijo Rosita. ?Tuvo un trato excelente con nosotras, nada que ver con Baldoni. Dio la casualidad de que al ir a la cocina pateé una tapa y quedó a la vista el desagüe con aguas cloacales a un centímetro del nivel del piso. ?¿Sabe que es eso??, le dije. Viola me dijo con un gesto que sí y se quedó muy consternado. Enseguida dijo que iban a hacer de manera urgente los arreglos imprescindibles para que el lunes se reanudaran las clases. Y no habían pasado dos horas cuando varias cuadrillas se pusieron a trabajar. Estamos chochísimas.?

Consultado, Epszteyn se mostró muy contento de haber podido ayudar y expuso, haciendo un poco de campaña, que ?en materia de cuidado de las escuelas, el gobierno de Aníbal Ibarra fue el día, y el de Macri es la noche?.

Por su parte, el kirchnerista Tito Nenna dijo que viene hablando del tema con el viceministro (Mario) Terzano desde hace tres meses. ?Incluso hablé con el ministro (Esteban) Bullrich?, afirmó (Terzano es, dentro del Ministerio de Educación porteño, el encargado de la Gestión Económica, Financiera y Administración de Recursos).

Nenna señaló que la solución es construir en el mismo sitio o refaccionar a nuevo las construcciones existentes y agregarles las necesarias para ?conformar un polo educativo?.

Este último miércoles, al filo del cierre de la edición, Noticias Urbanas volvió a comunicarse con Rosita, que dio el último parte: ?Hicieron un arreglo para que los chicos no corran riesgos de vida: cambiaron los tableros eléctricos, destaparon las cloacas, arreglaron las pérdidas de gas de las estufas y el sábado Defensa Civil y la Dirección de Control de Calidad Ambiental del GCBA inertizaron los tanques de combustibles para evitar que los gases que hubieran quedado en el fondo generen explosiones. Además, esa Dirección va a hacer un estudio para corroborar que no haya quedado gasoil contaminando el terreno. También arreglaron los cerámicos del baño y las placas de yeso del cielorraso del comedor?.

Como corolario, dejó la siguiente noticia: ?Ayer se presentó en la Legislatura un proyecto para la reconstrucción de la escuela en el mismo lugar, van a hacer un edificio todo nuevo. Esta mañana el ministro Bullrich habló conmigo por radio Metro y dijo públicamente que el año que viene se inauguraba. Los chicos no van a ser relocalizados durante la obra. El arquitecto Viola garantizó que no iban a correr riesgo de vida. Y en el proyecto, se prevé incorporar, además, un jardín maternal y un polideportivo?.

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