La presunción de Felipe Solá de haber sido objeto de un descarado robo de decenas de miles de votos en la Provincia, anticipada por Noticias Urbanas el viernes pasado, ya pasó al plano judicial y va escalando en dimensión y temperatura, especialmente desde que él mismo dijera que en el delito estarían involucrados fiscales propios, motivo por el cual fue citado hoy por el fiscal Jorge Di Lello, quien decidió actuar de oficio.
En tanto, anoche se refirió al tema el candidato a diputado del frente UNA y vicepresidente del Concejo Deliberante de La Matanza, Fernando Asencio, quien estuvo a cargo de parte de la fiscalización, y dijo que se “resiste a creer” que hayan sido los propios fiscales del massismo los responsables del robo de boletas denunciado por Felipe Solá, porque si fueron ellos “entonces estamos trabajando en un espacio donde nos autodestruimos”.
Asencio, amigo personal de Felipe, no admitió pero dejó la puerta abierta a que fueran los propios fiscales massistas los autores de la inexplicable merma de votos que registró el candidato a gobernador en distritos como La Matanza, Ezeiza, Tres de Febrero, La Plata y Mar del Plata, en una provincia en la que el corte de boleta suele ser no más del 3%.
Pero la rareza principal, según los telegramas (muchos de ellos firmados por los fiscales del FR) es que en muchas mesas electorales Solá obtiene cero votos, y en mesas de barrios cercanos obtiene lo mismo que la primaria presidencial de UNA.
Asencio, quien figura 9no. en la lista para diputados de UNA, tuvo a su cargo la fiscalización en una parte de ese municipio (incluido el complejo barrio de Gregorio Laferrere), mientras que el resto fue por cuenta del candidato a intendente y gremialista, Julio Ledesma.
“Lo que digo es que no sé si recibieron plata o no los fiscales, pero lo que hubo es, en el momento de contar los votos, una gran ignorancia por parte de ellos. Algunos fiscales no prestaron atención o no se quedaron hasta el final. Quiero creer que no fue apropósito, me resisto a creerlo”, señaló, y apuntó contra Ledesma: “En mi caso se fiscalizó perfecto, no hubo desequilibrios, nuestros fiscales estaban entrenados. Lo que pasó en La Matanza fue en González Catán, a cargo de Ledesma, que me dijo que fue traicionado y ahora se fue de vacaciones”.
Menos empática fue la candidata al Parlasur por UNA, Mónica López, quien en declaraciones públicas se mostró distante para con Solá: “Desconozco el tinte de la denuncia de Felipe, son tiros al aire. Me pongo en abogada del diablo, la semana pasada después de analizar todo quedamos en que no había habido fraude, no se por qué lo dice”.
Luego de que trascendieran los rumores, el ex gobernador hizo pública su presunción por la sugestiva diferencia de 192 mil votos con respecto a la suma de lo obtenido por Massa y De la Sota, merma justificada en telegramas de dudosa veracidad. Ayer, el fiscal con competencia electoral, Jorge Di Lello, decidió convocarlo para hoy al mediodía para que Solá aporte datos concretos sobre su denuncia.
Si bien al principio desde el entorno de Felipe se buscó apuntar al Pro como responsable, las evidencias pesaron más y debieron mirar hacia el interior del massismo para buscar los responsables. Algunos, en silencio y pidiendo reserva, admitieron a Noticias Urbanas que las miradas están puestas incluso sobre el candidato a presidente del espacio.
“Massa no quería que Solá obtenga más votos que él en la Provincia y por eso mandó a algunos jefes de fiscales a robarle algunos votos”, dijo un dirigente bonaerense sin tapujos, pero consciente de que si alguno osara decirlo libremente delante de una cámara, sería el final del vínculo con Massa. Parece que, hasta después del 25 de octubre, primará la desconfianza y el silencio.