Nocaut al aparato en la interna de la UCR bonaerense

Nocaut al aparato en la interna de la UCR bonaerense


Los radicales bonaerenses practicaron una vez más su mejor deporte: la interna. Vilipendiadas por algunos que consideran un exceso la constante endogamia de pelear espacios burocrático-partidarios, las elecciones democráticas para dirimir las diferencias entre dos espacios en contradicción al interior de una misma fuerza no dejan de ser una sana costumbre.

El MoReNa, línea interna del Comité Provincia que nuclea al alfonsinismo, se enfrentó finalmente con el sector del histórico radical devenido en filo-kirchnerista Leopoldo Moreau, que ostenta todavía un notable control de parte del aparato. Esta vez, articuló una lista opositora encabezada por Daniel Salvador.

A pesar de los intentos, allá por julio pasado, de conformar una lista de unidad para no tener que caer en los comicios internos (que para los radicales es también caer en la tentación de que la sangre llegue al río, como pasó en 2010), finalmente este 7 de septiembre la UCR provincial redefinió su mapa partidario con la legitimidad del voto de sus afiliados.

Resultado contundente. En la elección estaban habilitados para sufragar más de 700 mil afiliados bonaerenses, pero terminaron votando casi 61 mil, un número ínfimo con respecto al potencial pero nada desdeñable en estos tiempos de política apartidaria y en una elección que tuvo mucha menos difusión que, por ejemplo, la de la cordobesa Marcos Juárez, con un sexto de votantes pero un ojo mediático puesto en el experimento radical-macrista.

El alfonsinismo logró imponerse por 59 por ciento a 40 por ciento, con una diversidad notable entre las regiones de la Provincia. En las Segunda, Cuarta, Quinta, Sexta y Séptima secciones, el MoReNa duplicó o triplicó los votos de la lista rival, mientras que en la decisiva Tercera Sección (que aportó el 30 por ciento de los votos totales), Alfonsín hizo la diferencia superando por 40 por ciento a Salvador.

Sin embargo, no fueron todas lágrimas para los de Moreau. En La Plata (Octava Sección) tuvo un ajustado triunfo, pero fue en la Primera donde demostró el poder que aún mantiene sobre el aparato, al obtener un tercio más que el alfonsinismo. Una paradoja, ya que el electorado más opositor de la Provincia le dio la mayor ventaja al kirchnerista (por adopción y opción) de Moreau.

“Es en la Primera donde Moreau siempre tuvo mayor influencia y, hablando crudamente, donde controla la mayor cantidad de contratos. Por eso puede traccionar más dirigentes y hacerlos movilizar. Eso incluso a pesar de que referentes del possismo ayudaron al MoReNa”, explicaba en carne viva un correligionario de toda la vida a Noticias Urbanas.

Durante una entrevista con este medio hace unos días, Alfonsín había puesto blanco sobre negro la diferencia entre ambos espectros del radicalismo provincial, advirtiendo que si ganaba el tándem Salvador-Moreau iba a haber en el Comité “una dirigencia con mirada condescendiente, complaciente con el kirchnerismo, una mirada que se silencia ante cosas que nunca puede dejar de denunciar un radical, como lo que hace el Gobierno con las provincias o temas relacionados a la corrupción”.

Con respecto al gran tema que enreda hoy a los radicales, que es el acercamiento o no al Pro, el triunfo alfonsinista es una ratificación del sector que quiere sepultar esa posibilidad y mantenerse en el Frente Amplio Unen. Y ahora, aplacada la interna distrital, como presidente del Comité Provincia, Alfonsín buscará impulsar a su mano derecha y amigo, el diputado Miguel Bazze, como el precandidato de la centroizquierda a la gobernación.

El clan Bruera, al massismo. Como yapa, la semana pasada comenzó a sonar con fuerza un rumor en la ciudad de La Plata referido a que los hermanos Bruera, Pablo (intendente), Gabriel (concejal) y Mariano (jefe territorial), estarían por irse del kirchnerismo al Frente Renovador.

Es que el intendente de la capital provincial mantiene una relación distante con el kirchnerismo más duro desde la trágica inundación. Y él y sus hermanos serían parte de un “paquete de dirigentes que el propio Martín Insaurralde dice que se lleva consigo cuando se pase, tal vez después de su casamiento en noviembre próximo”, informó una fuente platense.

Uno de los integrantes de ese combo comunal sería el intendente Fernando Gray (Esteban Echeverría). Otro, Juan de Jesús, del Partido de la Costa y viejo amigo cercano al vicepresidente Amado Boudou.

“Pablo Bruera es amigo de Massa y Gabriel es íntimo de Insaurralde”, explican en el massismo cuando se les pregunta por los lazos que unen a ambos bandos. Es que los Bruera son un trío muy particular. “Uno es la mente; el otro, el corazón, y el otro es el bolsillo”, es como los grafican comúnmente en el submundo político de la ciudad de las diagonales.

El hermano intendente ocupa el perfil alto y mediático, el edil es quien sostiene y contiene a la militancia y Mariano suele ser calificado como la “fuerza de choque”, una especie de copia pincharrata de Guillermo Moreno en la política y administración platense.

Por ahora, como todo lo que se desarrolla en esa zona gris que divide al kirchnerismo del massismo, se trata solo de una posibilidad difícil de confirmar hasta que la histeria llegue a su fin.

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