El día que Lavagna le dijo no a Massa

El día que Lavagna le dijo no a Massa


Sergio Massa le ofreció a Roberto Lavagna la candidatura a diputado del Frente Renovador por la provincia de Buenos Aires varias semanas antes del cierre legal para presentar las listas partidarias, pero el exministro lo rechazó 20 días antes de aquel sábado 22 de junio, cuando el intendente de Tigre oficializó su postulación.

La historia, confirmada a Noticias Urbanas por varias fuentes de los tres sectores involucrados (massismo, lavagnismo y macrismo), tiene su génesis en el verano último, cuando el Pro buscaba un golpe de efecto en la Capital y comenzó a negociar con Lavagna su candidatura a senador, con la compañía de Gabriela Michetti en el binomio, una vez que el economista descartara jugar en la Provincia –que fue el ofrecimiento inicial de Macri–.

Sin embargo, la foto del acto en Córdoba del 1 de Mayo hizo estallar de furia a la cúpula de Bolívar 1: Lavagna firmó con Francisco de Narváez (enemigo de Macri), Hugo Moyano (piantavotos para el Pro) y José Manuel de la Sota (rival para 2015) un documento que prometía cooperar a futuro en un espacio político común. Las negociaciones, que estaban avanzadas, volvieron casi a foja cero.

Las dos caras del Pro. Entonces, del “acuerdo está casi cerrado”, que repetía el armador macrista y ministro porteño de Gobierno, Emilio Monzó, se pasó al “relaciones congeladas”, que dejaba trascender el principal operador de Lavagna, el exembajador Rodolfo Gil.

“Había un grupo encabezado por Marcos Peña y Jaime Durán Barba que todo el tiempo jugaba en contra. Por ejemplo, Durán Barba le planteaba escenarios terribles a Macri si sumaba a Lavagna, diciéndole que al día siguiente de la elección se iba a haber conseguido un nuevo rival para 2015 y hasta le pedía imaginarse en el búnker la noche electoral con todo el properonismo vitoreando a Roberto”, cuentan allegados al economista.

Además, había una actitud que bordeaba lo esquizofrénico en la estrategia macrista: “Lavagna estaba decepcionado porque acordaba algo con Macri y después, por atrás, se terminaba haciendo otra cosa, y cuando volvía a insistir en el tema con Macri, este decía no saber nada de los cambios decididos. Había cruces de información y saboteo por parte del entorno del Jefe de Gobierno”.

En el Pro, además, siempre dejaron trascender que Lavagna sería una incorporación del macrismo y no una alianza de partidos, porque el exministro carecía de aparato. Además, cuestionaron que a último momento comenzara a pedir más puestos en la lista y se negara a definir en las primarias su candidatura.

Por detrás, Massa. Si Lavagna dinamitó sus chances con Macri porque contaba con el ofrecimiento de Massa, solo él lo sabe. Pero el hecho es que el líder del Frente Renovador tentó al exministro a la par que crecía la posibilidad de romper con el Pro.

Según cuenta un intendente de la zona norte y que es amigo de Massa, el plan inicial del exjefe de Gabinete era estructurar una fuerza nueva nutrida de intendentes y sindicalistas disidentes del oficialismo y cuya cabeza visible en las elecciones fuera Lavagna, con quien esperaba sacar un resultado digno (entre 15 y 20 por ciento) para marcarle la cancha al oficialismo.

“Pero Massa se vio obligado a ser candidato cuando Lavagna se asustó y desistió de jugar en Provincia; ya no se podía dar marcha atrás con todo el armado y dejar a la gente en el aire”, señala el jefe comunal.

Sin embargo, uno de los hombres más influyentes en el equipo de campaña del FR asegura que Massa tanteaba al economista pero sin dejar de considerarse a sí mismo como candidato: “Lavagna dijo primero que sí y después que no. Igual no medía mucho en Provincia, no iba a superar mucho más de los 15 puntos”.

Lo cierto es que 20 días antes del cierre de listas, Lavagna rechazó la candidatura en el mayor distrito del país y el motivo que dio era que su domicilio estaba fijado en la Capital y que si jugaba en los comicios era por la Ciudad, porque esa era su convicción interna.

El día en que el exministro hizo público que tampoco sería candidato en Capital por un frente propio (el miércoles previo al cierre de listas, más precisamente), Lavagna y Massa acordaron vía telefónica el apoyo del economista al massismo durante la campaña, como quedó demostrado los días previos a las Paso e incluso con su presencia en el búnker la noche electoral.

Lavagna, un político de tiempos distintos al del resto, decidió dejar pasar, tal vez, su última oportunidad para posicionarse como presidenciable. Desde el Frente Renovador se dividen entre el suspiro aliviado por haberlo evitado o la venenosa acusación de que seguro se arrepintió.

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