Una vez más la muerte es el precio que deben pagar los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires ante una inundación. Esta vez fueron cuatro, que se suman a las más de diez que se han producido en los últimos años a causa de un problema que desde hace años que se promete que se va a solucionar.
Porque ya pasaron cuatro años de gestión y se sigue discutiendo qué tipo de obra hay que realizar para contener el agua y se sigue buscando culpables ante cada diluvio que deja secuelas trágicas. En cambio, se sigue mostrando ante las cámaras de televisión el aliviador del arroyo Vega por la avenida Monroe que, en realidad, fue iniciada en la gestión anterior.
Comete un error grave el señor jefe de Gobierno especulando con que no llueva en vez de hacer obras preventivas. En esa equivocada ecuación reside su pensamiento: prefiere hacer anuncios mediáticos antes que ponerse a trabajar y prevenir o moderar los efectos de las inundaciones.
Señor Ibarra, piense en los familiares de los vecinos fallecidos; vea las imágenes de los comerciantes rematando la mercadería por la inundación de sus depósitos o tirando alimentos porque no funcionan sus heladeras; los automóviles flotando por Libertador o Cabildo o bajo las ramas de un árbol caído. Busque al menos en la desesperación de sus rostros la fuerza necesaria para, de una vez por todas, solucionar este problema.
Hemos repetido una y otra vez que éste es un problema que tiene solución si existe la voluntad de encararlo. Durante la campaña hemos presentado un plan que le pone punto final al problema de las inundaciones y los inconvenientes provocados por la sudestada. Señor jefe de Gobierno, tiene nuestro plan a su disposición.
* Ex candidato a vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por Compromiso para el Cambio