Acerca de la "mafia cartonera"

Acerca de la "mafia cartonera"

"Los Cartoneros son la mano de obra barata o esclava de un conjunto muy identificable de intereses, que sin embargo cumplen con un trabajo reconocido por el Estado: la ley 992 regula su actividad, la hace legal, y lo convierte en un recuperador urbano; un clasificador de material reciclable".


Afirmar que la problemática de los cartoneros es una cuestión de Espacio Público clarifica la política actual de la Administración del gobierno municipal. Que la competencia ante la Higiene Urbana cambie de mando no es una cuestión de nombres, de cartel ni de formas; es la identificación de un programa político; de una ideología. Confundir a actores sociales -que fueron pateados del tablero del sistema- con baches, plazas y estáticos monumentos demuestra que no se apunta a construir un nuevo modelo de organización social, sino a barrer la vereda de un consorcio.

En el ultimo número del semanario político Noticias Urbanas, la nota principal titulada "Mafia del Cartón” se centra en el análisis de cuánto se evade al fisco por la reproducción de esta actividad; pero evita profundizar en los beneficios económicos (si es con la única óptica que se lo quiere mirar) que le da al Estado esta actividad informal.

Me siento comprometido como ex Jefe de Gabinete del Ministerio de Medio Ambiente de la Ciudad, a expresar mi parecer respecto del contenido de la nota, ya que en su momento tuve que conducir el área por ser considerada de mayor importancia. Me dediqué a regir la Dirección General de Políticas de Reciclado Urbano (DGPRU) entre noviembre y febrero último, hasta mi renuncia. En tal sentido, estimo necesario aportar mi experiencia a un debate que, desde ya aclaro, va mucho mas allá de una circunstancial elección.

Los Cartoneros son la mano de obra barata o esclava de un conjunto muy identificable de intereses, que sin embargo cumplen con un trabajo reconocido por el Estado: la ley 992 regula su actividad, la hace legal, y lo convierte en un recuperador urbano; un clasificador de material reciclable.

Esta actividad logró que se entierre un 11 por ciento menos (casi 600 toneladas de papel, cartón, vidrio y muchos otros materiales de valor) del total de la basura, aportando a reducir el impacto sobre el calentamiento global, la contaminación de los suelos, y el gasto que significa para la ciudad la disposición de residuos en un relleno sanitario.
Es cierto que la tarea que realizan los recuperadores debería integrarse al sistema y formalizarse para que se pueda considerar la posibilidad de grabar con impuestos a dicha actividad. Pero, eso sólo sería una consecuencia; el objetivo fundamental debe ser la generación de trabajo genuino. Sin embargo, para que esto sea posible, antes deben resolverse otras cuestiones de fondo que hacen a la estructura económico social.

La anterior gestión de la DGPRU pretendía quebrar ese circuito económico para que los cartoneros obtengan mayores ganancias y les disputen a los mercaderes que siempre aparecen sin nombre propio. Además, se los consideraba parte del servicio de higiene, y se apuntaba a coordinar las tareas con los servicios públicos formales a través de concesionarios, de programas de educación y promoción de la separación en origen en el ámbito de los generadores. En eso estábamos cuando el autodenominado Licenciado, a cargo de la administración municipal, decidió otro camino.

En tan solo tres meses al menos 10 Cooperativas formalizaron su actividad con el acompañamiento y asesoramiento de esta Dirección. Al mismo tiempo, se capacitó a los recuperadores para que conozcan las medidas de higiene y seguridad y puedan realizar su trabajo en forma ordenada haciendo uso de los contenedores ubicados en las áreas críticas de la ciudad, todo ello en coordinación con el proceso de contenerización iniciado por la Subsecretaría de Higiene Urbana junto a las empresas prestatarias del servicio público.

Al mismo tiempo se creo el área de infraestructura en la DGPRU para desarrollar un sistema mixto (público y privado) para conseguir el espacio físico donde pueda realizarse la actividad de separación y clasificación de materiales.

Una actividad organizada por los propios trabajadores y con ingerencia del Estado, era el camino hacia la dignificación del trabajo.

La nueva política de "limpieza" implementada por la intervención, se puede observar caminando por el centro de la ciudad: violan varias normas respecto de cómo debe transportarse la basura. Los Cartoneros son más prolijos, todo lo embolsan; lo único que está produciendo más caos y desorden en la calle son los vehículos oficiales o contratados, por fuera de los requisitos legales y contractuales, que van levantando bolsas domiciliarias a cualquier hora y provocan que los generadores saquen la basura en el momento que les parece, por fuera del horario establecido.

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