Vidal sale a buscar el voto de los “desencantados” del interior de la Provincia

Vidal sale a buscar el voto de los “desencantados” del interior de la Provincia

Cuenta con la ayuda del subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell, quien organiza los encuentros con vecinos "desencantados".


Con la intención de ser reelecta como gobernadora bonaerense sobre la mesa, María Eugenia Vidal invirtió parte del tiempo de su fin de semana en ir a pescar el voto de los “desencantados”, ese sector que apostó por Cambiemos en 2017 y que por la crisis económica duda en renovarle su confianza. Por eso, desde hace un mes les encomendó a intendentes oficialistas que le preparen reuniones con vecinos “decepcionados” para intentar convencerlos de cara a las elecciones.

De esta forma, el intendente reúne entre 20 y 30 personas y hace una presentación sobre la situación del municipio y cuenta el trabajo en conjunto que se realiza con la Provincia y el Gobierno nacional. El subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell, oficia de moderador y da paso a los vecinos, para que durante media hora expongan sus quejas y preocupaciones y le hagan planteos a Vidal. Y luego la gobernadora responde. Todo a puertas cerradas. Sin cámaras para redes sociales. “Es sin filtro y lo que pide María Eugenia es que estén desencantados de verdad. No quiere ir a escuchar elogios o a dar una charla motivacional”, aseguran fuentes al tanto de los movimientos de la mandataria.

En rigor, esa es la intención. La primera experiencia, en Tres de Febrero, no resultó como Vidal esperaba, porque al parecer el intendente Diego Valenzuela no terminó de entender el concepto y la gobernadora advirtió que los vecinos que reunió no estaban enojados. Si a Macri lo cuestionan quienes entienden que es poco adepto al disenso interno, la gobernadora insiste en que es necesario escuchar más a las voces disonantes que el “sí se puede” de la campaña.

Néstor Grindetti (Lanús), Jaime Méndez (San Miguel), Jorge Macri (Vicente López) y, este último jueves, Ramiro Tagliaferro (Morón) cumplieron con la premisa. Y la gobernadora escuchó quejas. La mayoría son “nacionales”: el costo de los servicios, la inflación y la crisis económica. “El reclamo es el de la clase media. El pequeño comerciante al que se le complicó la cosa o el del vecino que no está alcanzado por los subsidios y los planes”, explicó uno de los presentes en los encuentros.

A partir de los intercambios con los vecinos, Vidal encargó medidas a nivel provincial -algunas forman parte del paquete que anunció esta semana- y elevó su sugerencia al Gobierno nacional, en la mesa de gobernadores de Cambiemos.

En todos los casos, Vidal defiende incondicionalmente a Macri. Y vincula los puntos altos de su gestión que le destacan en las charlas (las obras y la lucha contra las mafias y la inseguridad) con el respaldo que tiene del Presidente. “Sin Mauricio no hubiera sido posible. Sin él yo no sería lo que soy”, es un elogio que se repitió a la largo de las reuniones. “A algunos convence, a otros los deja pensando”, confiaron cerca de la gobernadora.

Decidida a jugar fuerte por el Presidente, Vidal no le esquiva a la responsabilidad de las variables que no maneja directamente, como la economía. Así, incluso, se la escuchó a hablar de la devaluación del año pasado (“El dólar estaba atrasado, era un problema estructural”), del déficit fiscal (“Nadie nos va a creer si no dejamos de gastar más de lo que ingresa”) y hasta parafrasear al Presidente con respecto a la inflación: “Hace 80 años que en Argentina tenemos inflación alta”.

Vidal también se permite hablar con tono de campaña, de cara a la contienda electoral: “No cambiamos la dirección. Estamos yendo a Mar del Plata. Ese sigue siendo el camino. Pero había un micro peor de lo que imaginábamos”.

“Ocúpense de que no vuelva el kirchnerismo”, le reclamó uno de los desencantados. “Los bonaerenses no comen vidrio, saben que el esfuerzo vale la pena”, se mostró entusiasmada Vidal en uno de los municipios.

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