Los dichos de Massot y el gesto hacia Aramburu calentaron el ambiente político

Los dichos de Massot y el gesto hacia Aramburu calentaron el ambiente político

El jefe del bloque de diputados Pro, Nicolás Massot, propuso "reconciliarse" con la política de los '70 "como hizo Sudáfrica".

El jefe del bloque de diputados PRO, Nicolás Massot.

La propuesta del jefe del bloque de diputados Pro, Nicolás Massot, de “cerrar los capítulos” de la década del ’70 como se hizo en Sudáfrica y “llamar a la reconciliación y perdón” entre dictadores y víctimas, despertó cuestionamientos por parte de organismos de DDHH y dirigentes opositores.

Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por razones políticas manifestaron que “tanto reconciliación como perdón son sinónimos de impunidad” y aseguraron que la búsqueda por la Memoria, la Verdad y la Justicia “sigue en pie”.

Hace pocas semanas, durante el acalorado debate en Diputados por la reforma previsional, el cual se dio en dos sesiones diferentes – la primera debió caerse por falta de quórum y por una feroz represión puertas afuera del Parlamento – Massot y Juan Cabandié, hijo de desaparecidos, protagonizaron un duro cruce, en el que el diputado por el FPV manifestó que hace “responsable a la familia Massot de la desaparición de mis papás. Eso no significa que yo traslade al diputado Massot la responsabilidad de su familia”.

En esa sesión, Massot había manifestado sentirse “muy orgulloso y agradecido de la familia a la que pertenezco y del apellido que cargo”. El titular del bloque PRO es sobrino de Vicente Massot, histórico dueño del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca. Fue el primer periodista en ser imputado por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar, y fue llevado a juicio en 2015 pero no recibió condena. Se le imputaba su responsabilidad, y la de las autoridades del diario, por encubrir treinta y cinco crímenes cometidos durante esos años y presentarlos como “enfrentamientos” entre militares y organizaciones armadas. También se lo indicó como coautor por reparto de roles en el homicidio de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, dirigentes gremiales de La Nueva Provincia.

Con ese antecedente, Massot pidió perdonar a los militares y civiles que formaron parte de los 70, la oscura etapa de la dictadura. “Hay un ejemplo muy importante. Como el que se vivió en un contexto diferente con el apartheid. Pero creo que con los años 70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación”, señaló.

Graciela Lois, integrante de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, explicó a Página/12 que “somos pocos los que supimos dónde estuvo nuestro familiar y son muchos menos aquellos que pudieron recuperar los restos. No se puede hablar de reconciliación porque esa respuesta no nos llega”.

En tanto, desde HIJOS señalaron vía Twitter que “si piden “reconciliación” es porque asumen que son culpables. Como funcionario público, el “joven” Massot debería exigir que su tío y otros rompan los pactos de silencio y digan dónde están los cuerpos de los desaparecidos y quiénes tienen a los nietos/as apropiados”. Además, agregaron que “intentan desconocer que el pueblo lucha por Memoria, Verdad y Justicia, y que, a diferencia del “joven” Massot, somos un pueblo que no tolera ver genocidas caminando por las calles ni a los partícipes civiles impunes”.

Por otra parte, la legisladora por Unidad Ciudadana, Victoria Montenegro, también expresó su descontento respecto de los dichos de Massot: “La búsqueda por la verdad no es parte del pasado, sino del presente y el futuro. Tenemos los argentinos centenares de hombres y mujeres que viven con una identidad falsa impuesta por el terrorismo de estado. Tenemos a sus hijos y en breve a sus nietos que viven en la mentira. Construimos una memoria colectiva para que nuestro pueblo y principalmente las próximas generaciones, nunca más tengan que atravesar este dolor nuestro“, afirmó.

Y agregó: “Por eso a los negacionistas les decimos que nos reconciliamos con la verdad en cada encuentro con los nietos, nos reconciliamos con la memoria en esa plaza del 2×1 y nos reconciliamos con la justicia en cada sentencia que condena a los miserables que nos hicieron tanto daño“.

Finalmente, Alan Iud, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, explicó que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, como el Derecho Internacional y nuestra Corte Suprema de la Nación declararon que el indulto y la amnistía para crímenes de lesa humanidad “son inconstitucionales y violatorios del orden público internacional”. Por lo tanto, “la posibilidad de reconciliación como la plantean requerirá como mínimo el pedido de perdón de los perpetradores y su arrepentimiento pero nada de eso sucedió, y es imposible que haya un ‘perdón público” por las leyes internacionales.

Mientras tanto, en las redes denunciaron que Etchecolatz, el represor y torturador que fue beneficiado recientemente con el arresto domiciliario en Mar del Plata, pasea libre por la Ciudad. 

Polémica por el homenaje a dictadores en el Museo de la Casa Rosada

La muestra permanente del ex Museo del Bicentenario, que desde del 2016 se llama el Museo Casa Rosada, incorporó a fines de 2017 una vitrina especial de objetos del “presidente” Pedro Eugenio Aramburu, sin aclarar que llegó al poder tras un sangriento golpe militar en 1955.El Museo está bajo la órbita de Presidencia de la Nación.

Según publica este domingo el diario Tiempo Argentino, los cambios en el museo fueron notificados en diciembre del año pasado a través de una comunicación donde las autoridades informaron que se incorporaría al “Presidente” Aramburu.

Además, en el espacio titulado “La república condicionada” en nómina de los jefes de Estado desde 1955 a 1983 da lo mismo Eduardo Lonardi y Jorge Rafael Videla que Arturo Illia, Héctor Cámpora o Juan Domingo Perón.

En la parte de la muestra dedicada a la dictadura cívico-militar llama la atención que es un sector pequeño que expone una foto de la asunción de Lepoldo Galtieri con Videla y Roberto Viola donde están riendo. En el epígrafe de también se olvidaron de mencionar la palabra “dictador”. En ningún lugar de ese sector aparece el número 30 mil, por los desaparecidos a causa de los genocidas de la última dictadura.

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