María Rosa Muiños pelea políticamente en dos frentes. Mientras discute con el Pro y el resto de los partidos porteños por leyes en la Legislatura, no deja de lado la interna peronista, abierta desde las últimas elecciones. “Hoy estamos en crisis”, admite la diputada del FpV. En esta entrevista con Noticias Urbanas, la legisladora cuestiona las políticas del macrismo y también los pasos dados por su espacio en los últimos meses. No se enfoca solamente en el presidente Macri, sino que también habla de Horacio Rodríguez Larreta, a seis meses de su asunción como jefe de Gobierno. “Si bien es el primer gobierno de Larreta, viene manejando esta ciudad desde hace ocho años, y la impresión que deja es la de una necesidad de recuperar los cuadros que se fueron a la provincia de Buenos Aires y a la Nación”, afirma.
–¿Quiere decir que lo dejaron solo a Larreta? ¿Por qué cree usted que pasó eso?
–Creo que fue, más que nada, una decisión política. Seguramente para el Pro pesa mucho la agenda nacional y la vidriera que es la provincia de Buenos Aires, donde tienen por primera vez a una gobernadora en un distrito hostil.
–¿La propia estrategia de Pro perjudica a Larreta?
–Su problema se evidencia en los tiempos de ejecución de la política. Si pensamos y evaluamos que Horacio era el hacedor de los dos gobiernos de Macri en la Ciudad, uno podría haber supuesto que al estar al frente del Ejecutivo su performance iba a ser mucho más brillante. Es un tipo que labura doce, catorce horas, recorre los barrios, se relaciona con su gabinete y está al tanto de todas las cosas, pero se ve una cosa muy lenta.
–¿Qué prioridades debería atender?
–Todas las políticas que desarrolló Larreta para Macri en la Ciudad eran de impacto y vistosas, por ejemplo el metrobús. Después de ocho años como jefe de Gabinete y en una última elección donde casi empardó con Lousteau, Larreta tiene que diseñar otro perfil de gestión. Tiene que profundizar políticas sociales, urbanizar las villas y dar cumplimiento a leyes que fueron votadas en la Legislatura en los últimos dos años. También hay obras públicas que fueron dejadas de lado.
–¿Cambió también el funcionamiento de la Legislatura?
–Nos estamos adaptando. En diciembre se cambió la mitad de los diputados, y el Pro tuvo una renovación extra porque muchos legisladores se fueron para ocupar cargos en el Ejecutivo. En líneas generales, tengo buena relación con todos los diputados de todos los bloques.
–Pro y ECO son aliados en Cambiemos a nivel nacional. ¿Eso le resta poder de fuego al FpV? Porque antes se hablaba de un pacto Pro-K en la Ciudad.
–Me parece que todo partido que tiene la responsabilidad de gobierno tiene la obligación de consensuar las leyes con los demás bloques. Eso del pacto Pro-K también podría llamarse Pro-radical, Pro-Ocaña, Pro-con lo que se te ocurra… Hemos acompañado leyes que nos parecieron correctas. Yo tengo proyectos de ley en coautoría con la Coalición Cívica. Me parece que para eso estamos, ¿no?
–¿Podrá Macri replicar en el Congreso, donde tampoco tiene mayoría, lo que hizo en la Legislatura?
–No le va a dar resultado porque la Ciudad y la República son muy diferentes. El Pro tiene una política que difunde como de consenso, pero no es tal. Por ejemplo, ahora está mandando un proyecto de blanqueo donde también se incluye la coparticipación, la jubilación… son cinco o seis políticas que deberían ir separadas pero ellos te condicionan porque vos te sentás a negociar y podrás sacar algo, pero no todo. Nuestro rol en este momento sería tratar de separar los temas. Por otro lado, creo en las democracias participativas y con un fuerte control legislativo. Es un armado muy eficiente cuando el Ejecutivo no tiene mayoría propia. Cuando esto no pasa, se crea la escribanía.
–Pero Cristina Kirchner tuvo mayoría y…
–Solamente estoy dando mi punto de vista. Yo creo que el hecho de que un gobierno tenga que consensuar genera una construcción muy eficiente.
–Mencionó la ley de blanqueo. ¿Por qué no está de acuerdo?
–No estoy de acuerdo con el blanqueo como tampoco lo estuve cuando lo planteó nuestro gobierno. No es correcto premiar una ilegalidad. Además, se está hablando de una ley mordaza para que los periodistas no publiquen el nombre de los evasores.
La nota fue publicada por la revista de Noticias Urbanas antes de que la Legislatura sancionara la creación de la Agencia de Bienes, en la que el Frente para la Victoria votó dividido. Muiños fue una de los cuatro legisladores del interbloque (contando a Claudio Palmeyro, del bloque Sindical Peronista) que apoyaron la creación del organismo, mientras que otros siete votaron en contra y dos se abstuvieron. Esto decía horas antes de la sanción de la ley:
–En la Legislatura está en debate la agencia de bienes. ¿Cuándo va a salir?
–Está en carpeta. Yo trabajé en su elaboración y le hicimos mejoras: tendrá que pasar por la Legislatura cada proyecto sobre zonificación o cambio de destino de los predios que van a formar parte de la agencia. Se le agregaron artículos explícitos sobre esto.
–La ley generó algunas polémicas, incluso dentro del FpV. ¿Hubo más cambios?
–Es verdad que incluso diputados de mi partido pidieron mejoras. La ley es buena porque nos permite el ordenamiento de los bienes, algo que no existe hoy. Habrá un directorio con representantes de los bloques, con lo que se supone que habrá un compañero que va a compartir un criterio con el partido sobre qué hacer con esos bienes. Nosotros seguimos la discusión y seguimos pidiendo otras cosas al proyecto de ley. Incluso puede cambiar en el debate dentro del recinto. Estamos pidiendo algunas mejoras que todavía no están consensuadas con el Pro.
–¿Qué mejoras?
–No te lo puedo adelantar porque es parte de la discusión, pero tiene que ver con el destino de algunos predios y de lo producido por esos bienes.
–¿La interna por esta ley refleja la situación en el FpV?
–Nuestra crisis no tiene que ver con esta ley. Tiene que ver con que perdimos dos elecciones, si contás la nacional y la provincial, algo que para nosotros era impensable. Eso nos sumió en una crisis que a nosotros nos implica repensar un montón de cosas y asumir otras. En esta ley se empezaron a ver diferencias, pero el primer punto fue la discusión por el traspaso de la policía.
–¿No todos en el FpV querían abstenerse?
–En función de la división consensuamos la abstención, aunque esa no era la posición de la mayoría. Te diría que de ninguno, de hecho. Pero llegamos a esa posición porque teníamos una división. Con el tiempo la división se va complejizando y no podés abstenerte en todas las votaciones. Si no, ¿para quién legislás? Nuestro norte tiene que ser mejorar la vida del vecino de la Ciudad de Buenos Aires. Entonces abstenerse, como en el traspaso de la policía, no es la política correcta.
–¿Podría quebrarse el bloque?
–Somos el mismo espacio y nos identificamos con los doce años que fuimos gobierno. Todos los miembros del bloque buscamos recomponer la relación y ese funcionamiento. Nos reconocemos en las diferencias. Nunca fue un drama o motivo de pelea pensar diferente. Hoy estamos en crisis, pero no por la Legislatura, sino porque el peronismo perdió y esa crisis se está expresando en un montón de lugares y divisiones, pero todos entendemos que la apuesta es hacia adelante.
