Los pacientes mueren de pie

Los pacientes mueren de pie

Por Romina Sánchez

La Defensoría del Pueblo hizo un relevamiento en hospitales públicos porteños, uno por región sanitaria. También en Cesac y en los stands de Cobertura Porteña de Salud. Los problemas que detectó.


¿Qué pasa cuando la falta de sensibilidad toca su paroxismo, convirtiéndose en violencia institucionalizada? ¿Y qué cuando esa situación se da en el seno de un hospital público, en la guardia, en la recepción, en un consultorio, en los pasillos, por todos lados, como sábanas hechas fantasmas, como fantasmas que no son tanto? Uno de los capítulos de “Cualca” más vistos en YouTube –hablamos del segmento humorístico que Malena Pichot encabezó el último año en Duro de domar, con una lucidez pocas veces vista en la televisión argentina– trata sobre la violencia obstétrica, mostrando al médico, siempre parado en un escalón más arriba respecto a la parejita primeriza que lo consulta algo temerosa, dando supuesta cátedra sobre los riesgos del desafío del parto natural. Y, claro, la chica, tan inexperta, es una nena tonta que no entiende nada. Y le da duro a la pavada. Y si salimos puntualmente de la violencia obstétrica y vamos de nuevo a la ausencia de humanidad hecha costumbre entre cuatro paredes hospitalarias, en otro envío, la troupe de Pichot desmenuza una escena, un fenómeno: un tipo con una mano amputada, esperando su prótesis. Ay, la espera.

Médica: –¿Qué obra social tenés vos?

Paciente: –Tengo la de los trabajadores de la Ciudad de los Niños de La Plata…

Médica: –Um, esa medio que no, buah, no importa. ‘Cuchame, si te llegan a aceptar la receta pasás por ahí, por ortopedia, en Junín, y te ponen una manita, pero buah, no te la van a aceptar, así que vamos a hacer una cosa: vamos a ver cómo te lo puedo solucionar. ¿Qué te parece esto?

La médica le muestra un destapador.

No, al paciente no le parece.

“¿Y esto, medio como El Joven Manos de Tijeras? Bueno, no”, vuelve la profesional, presentándole al pobre hombre una pinza de cocina. E insiste, porque buena voluntad es lo que le sobra: “Esta es más estética. Le podés pedir a tu mujer que te la rellene con algodón o con alpiste y ahí ya, tuc, zafa bastante”, propone la caradura, guante negro de lana con la silueta de los huesos de una mano, en mano. Fin de la historia. Ya conocemos la moraleja.

Para contribuir en el camino que de a poco vaya erradicando estas rutinas dolorosas, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires presentó los resultados preliminares del relevamiento sobre la accesibilidad del primer nivel de atención en los servicios públicos dependientes del Ministerio de Salud porteño, realizado en 2012. El objetivo del relevamiento efectuado por personal del Área del Derecho a la Salud del organismo de contralor, durante el segundo semestre del año pasado, fue actualizar la información en relación a los obstáculos y facilidades –pocas– que se presentan en ese proceso, tanto desde la perspectiva de los usuarios como de la de los trabajadores de la salud. Al respecto, Carlos Niccolini –responsable del área– destacó: “Este diagnóstico es un primer paso en materia de accesibilidad administrativa y da inicio a la discusión de lo que está pasando en el ámbito de la salud pública en la Ciudad de Buenos Aires”.

El trabajo se desarrolló en cuatro hospitales públicos, uno por cada región sanitaria, a través de encuestas y entrevistas. Fueron seleccionados los establecimientos que evidenciaban en las estadísticas oficiales la mayor cantidad de consultas: el hospital Penna (Parque Patricios), el Santojanni (Mataderos), el Durand (Caballito) y el Pirovano (Coghlan). El estudio abarcó los servicios de consultorios externos de las especialidades básicas así como también sus respectivas áreas programáticas, de las cuales también fue relevada una muestra de los Centros de Salud y Acción Comunitaria (Cesac) y de los stands de Cobertura Porteña de Salud, ex Plan Médico de Cabecera.

El propósito del estudio fue conocer, en particular, las barreras en el acceso a turnos para consulta; a estudios, medicamentos y atenciones en especialidades, y a la instancia referencia-contrarreferencia, que no es otra cosa que el trabajo articulado de los niveles existentes de complejidad progresiva, promoviendo la colaboración concertada de distintos referentes, de aquí y de allá, poniendo el acento en la formación continua de profesionales. Los resultados obtenidos permitirán identificar los principales problemas en cada nivel, lo que proveerá un marco de referencia a la Defensoría para impulsar acciones que tiendan a garantizar un acceso pleno y acorde al derecho a la salud para la población usuaria del sistema público. Igual, aunque preliminar, el estudio ya muestra nuevas instantáneas que, sin embargo, son las de siempre, las viejas, aquellas que indican que, más allá del mito que dicta que la salud pública pese a todo –siempre la cultura del pese a todo– es mejor que la gestionada por manos privadas, tiene algunos problemitas. Problemitas estructurales. Como que la mayoría de las personas que se hacen ver en los Cesac tienen que esperar, por lo común, más de dos horas, o casi el doble cuando se trata de hospitales. Ni hablar de aquellos que no consiguen turnos directamente por carencia de profesionales de la salud que puedan atenderlos o por falta de equipamiento. No, lo de la gasa no es cuento.

Claudio Bloch, jefe de la oficina de Derecho a la Salud del organismo, recalcó que uno de los principales inconvenientes detectados se produce en el otorgamiento de turnos y las largas filas que se forman en la puerta de los hospitales y Cesac para obtenerlos. “Los vecinos suelen llegar mucho antes de que comiencen a funcionar. En algunos casos, esperan desde las 4 de la madrugada para ser atendidos”, subrayó. También resaltó que cada unidad sanitaria (hospitales, Cesac y los espacios de Cobertura Porteña) “actúa bien dentro de sí misma”, pero el problema se presenta cuando debe relacionarse con las otras. “Lo que falla es el funcionamiento en red”, diagnosticó.

Pensada también como un espacio para intercambiar opiniones y propuestas que permitan eliminar barreras y mejorar el acceso –en todos los sentidos del término– a los servicios sanitarios de la Ciudad, la presentación del relevamiento se realizó, el 18 de abril, con la asistencia de diversas autoridades del área de Salud porteña y también del personal de los hospitales, Cesac y Cobertura Porteña de Salud.

Con A de accesibilidad

El área de Derecho a la Salud de la Defensoría gestiona reclamos efectuados, precisamente, sobre la vulneración del derecho a la salud. Del total de los testimonios relevados, el 65 por ciento corresponde a la falta de medicación, insumos, prótesis, turnos: distintas formas de la violencia institucional de la salud.

A partir de un proceso de planificación estratégica realizado en el área (2011-2012) se decidió abordar el problema de la accesibilidad en el sistema público de salud. A saber: accesibilidad entendida en términos de los servicios que se acercan a la población; o la posibilidad-facilidad con que cuenta la población para ingresar-acceder al sistema de salud, usar sus recursos, considerando, de este modo, el proceso de atención en su totalidad: desde los que levantan el tubo para decirte que el médico te atenderá en dos meses, hasta que, pasados esos dos meses, por fin le conocés la cara.

Este concepto, entienden los referentes de la Defensoría del Pueblo porteña, debe ser concebido como un problema de la oferta, siendo necesario, entonces, eliminar las barreras que puedan interponerse en la atención satisfactoria. Por lo dicho, la accesibilidad debe leerse desde distintas aristas: económicas, sociales, culturales –que pueden incluir fenómenos bastante recurrentes, como la discriminación y el maltrato verbal–, geográficas y administrativas. ¡Administrativas!

 

Atención en los COPS (Cobertura Porteña de Salud)

• El 58,8 por ciento de los entrevistados refirió que tenía alguna dificultad en el uso del programa.

• De estos, el 62,9 hizo mención a la utilización de la línea 147; el 9,6 por ciento a la entrega de medicamentos, y un 6,4 por ciento se refirió a ambos.

 

Para muestra, basta un Cesac

Turnos

• El 67 por ciento de los pacientes tiene que hacer cola antes de la apertura del Cesac.

• Accede a turno de primera vez el 12,5 por ciento.

Atención

• En una hora o menos, el 31,7 por ciento.

• Entre 1 y 2 horas, el 31,7 por ciento.

• Luego de 2 horas o más horas, el 36,5 por ciento.

 

¿Y por los hospitales, cómo andamos?

Desde la llegada hasta la atención pasan:

• 2 horas, 42,8%.

• De 2 a 4 horas, 34,5%.

• 4 horas, 22,6%.

Para obtener un turno programado:

• Mayor a 30 días, 62,5%.

• Menor a 30 días, 37,5%.

Entre los que obtuvieron turnos para estudios:

• Al 70% se le otorgó dentro del mes.

• Al resto, entre 30 y 90 días.

Entre aquellos que no obtuvieron turnos para estudios, la respuesta institucional fue que se debía volver en otro momento por falta de turnos o equipamiento roto.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...