Comenzó la recta final hacia las PASO y Cambiemos cerró la campaña de Mar del Plata, uno de los distritos más importantes del interior bonaerense para el oficialismo. El acto realizado en el Club Atlético Quilmes fue encabezado por la gobernadora María Eugenia Vidal, que se metió de lleno en la campaña para revertir los puntos de ventaja que lleva Cristina Fernández de Kirchner.
Allí, las diferencias entre la Gobernadora y el intendente Carlos Arroyo quedaron blanco sobre negro, tanto que éste último ni siquiera estuvo presente en el lugar. Como se suele decir, las ausencias suelen decir más que las presencias y en esta ocasión la estrategia del Gobierno fue correrlo de la campaña. De esta manera quedó marcada la grieta que existe entre el intendente y el mundo Pro.
Las diferencias quedaron expuestas días atrás, cuando el secretario de Salud, Gustavo Blanco, declaró que los sin techo son como “perritos que se sienten cómodos en la calle”, una frase que generó espanto e indignación en Vidal, que le pidió a Arroyo que realizara una declaración al respecto, sin resultados positivos.
Las caras visibles del acto fueron las de Esteban Bullrich, Gladys González, Graciela Ocaña, Héctor Flores, Guillermo Montenegro y el vicegobernador Daniel Salvador. También estuvieron presentes los candidatos distritales Vilma Baragiola (a concejal marplatense) y Franco Bagnato (a senador por la Quinta Sección Electoral).
El Gobierno nacional intentará ganar la batalla de la mano de Vidal, pero no la tendrá fácil, ya que la expresidenta Cristina Kirchner se constituyó como cuasi ganadora en casi todas las encuestas.
En este punto, en el oficialismo piensan en hacerse fuertes en el interior, que es su punto más fuerte, mientras que apuestan a subsistir en el Conurbano, el lugar en el que exhiben mayor debilidad.
Por otra parte, la Tercera Sección Electoral continúa fiel a Cristina, un punto que preocupa al presidente. En cuanto a la Primera Sección, Massa sólo contará con Tigre y San Fernando, mientras que el oficialismo se concentrará en Vicente López, de la mano de Jorge Macri. Esta heterogeneidad electoral es el gran problema que deberán enfrentar Bullrich y González.
Otro de los enigmas de Cambiemos será La Plata, donde las encuestas les sonríen, pero aún no hay garantías absolutas, ya que en política ningún puerto es seguro.
En Tandil, la tierra natal de Macri, Cambiemos cuenta con el intendente Miguel Ángel Lunghi, que gobierna desde 2003 y tiene mandato hasta 2019. Es uno de los tantos intendentes “eternos” de la provincia, adonde el presidente apuntará fuertemente.
En la Tercera Sección Electoral, La Matanza es el distrito que acapara la mayor cantidad de votos y se inclina por la exmandataria, de la mano de Verónica Magario. Disminuir esa ventaja es la apuesta más fuerte del Gobierno, que no se da por vencido y apostará a reducir daños aquí para hacer valer sus resultados positivos del interior.
Lo concreto es que la marca Cambiemos tracciona más votos que sus propios candidatos y la gobernadora también. En este punto, lo más sensato es hacer lo que están haciendo por estos días: poner a Vidal al frente de los actos de campaña y dejarla que haga lo que mejor sabe hacer, que es elevar a sus poco conocidos candidatos hasta una marca aceptable. Si el plan saliera muy bien, podrían hasta ganar la elección. De lo contrario, quedarían como hoy, muy cerca de la expresidenta, en lo que podría calificarse como una derrota digna.
La madre de todas las batallas, que se producirá en la Provincia de Buenos Aires, es el gran desafío que enfrentan, tanto el oficialismo como la oposición. En una palabra, la carrera hacia el 2019 comienza el domingo que viene.
