La negociación por la FAM, en punto de congelación

La negociación por la FAM, en punto de congelación

Cuando parecía que el acuerdo era inminente, la gobernadora bonaerense vetó a la candidata peronista a conducir el organismo. Ahora pretenden, en lugar de la alternancia, un triunvirato de conducción.


La renovación de autoridades de la Federación Argentina de Municipios (FAM) sigue dando mucha tela para cortar hasta el día anterior a la reunión en la que se va a producir, que se realizará en Costa Salguero el jueves seis de octubre.

Había un acuerdo que parecía que iba bien encaminado, hasta que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal ejerció un supuesto derecho a veto y manifestó su oposición a la elección de la nueva titular que se disponía a asumir un mandato que iba a ser compartido entre el Frente para la Victoria, el Frente Renovador y Cambiemos.

Los hechos convirtieron lo que iba a ser un acuerdo político en un paso de comedia. Las negociaciones vienen produciéndose desde hace mucho tiempo, casi desde que asumió el nuevo gobierno, cuyos principales dirigentes declararon desde un primer momento su intención de quedarse con la FAM, que desde 1998 -el año de su creación- está en manos del intendente peronista de Florencio Varela, Julio Pereyra.

Las tratativas fueron complejas y escalaron de menor a mayor, ya que al principio el ministro del Interior Rogelio Frigerio evaluaba que la suma de poder de Cambiemos le alcanzaba para quedarse con todo, lo que significaba dejarle al peronismo las migajas.

Pero, el ministro se quedó un poco corto, o subestimó la capacidad de resistencia del peronismo, una fuerza compuesta por intendentes formados en el fragor de la pelea. Así, las negociaciones evolucionaron desde el todo hasta la equidad entre ambas fuerzas y el acuerdo fue que la intendenta de La Matanza Verónica Magario reemplazara a Pereyra -hoy denunciado y a punto de ser procesado por una supuesta malversación de fondos- y fuera a su vez sucedida en el cargo por el intendente de Córdoba, Ramón Mestre, un radical de Cambiemos. Este iba a ser sucedido posteriormente por el intendente de Salta, Gustavo Sáenz, que pertenece al Frente Renovador.

Hasta allí, parecía que la negociación ya estaba cerrada, hasta que Vidal vetó así, de un plumazo, a la intendenta matancera, a la que considera su enemiga número uno. El anterior paso de comedia de esta conflictiva relación que mantiene con la jefa comunal, ocurrió el 29 de agosto pasado, cuando en la inauguración de una línea de producción de la gaseosa Manaos, el presidente Mauricio Macri y la gobernadora se subieron al escenario del evento, mientras que le impedían hacer lo mismo a Magario, a pesar de que la fábrica está instalada en el territorio que gobierna esta última.

Esta histérica reacción tensó las negociaciones hasta tal punto que allí se hizo público que Vidal había inscripto a Magario como su principal enemiga. Esta inusual demostración pública de sentimientos tuvo su origen, no por acciones de la propia Magario, sino por una declaración que realizó su antecesor en el cargo y presidente del Partido Justicialista bonaerense, Fernando Espinoza, que advirtió el 29 de marzo en una reunión de intendentes peronistas realizada en Bolívar que “si explota el Conurbano, salta Macri y a la gobernadora le va a costar”. Esa frase -que se detuvo justo antes de un límite peligroso- provocó que Vidal pasara a calificar a ambos matanceros como “destituyentes” y tratara de quitarlos de todos los ámbitos en los que se negocia la política.

En los últimos días, ante la intransigencia de la gobernadora, los negociadores del Ministerio del Interior cambiaron de estrategia. Inspirados en el ejemplo de la CGT, que designó para su conducción a un triunvirato para que apague los fuegos que entorpecen el camino hacia la unidad definitiva, plantearon el mismo escenario para cumplir con una similar tarea en la FAM. En realidad, el triunvirato que propone el Gobierno adelanta los tiempos, porque sus componentes no peronistas no serían otros que Mestre y Sáenz, los posibles sucesores de Magario. La condición era que Magario no fuera la representante designada por el Justicialismo.

Está claro, entonces, que en este panorama el problema de Cambiemos es Magario. No les gustó que cuestionara a Macri por su “gaffe” Malvinas, ni el tono opositor que utiliza en sus declaraciones. Peor aún, hace tres días, el propio Frigerio les planteó en Tecnópolis a algunos intendentes peronistas el reemplazo de Magario por otro candidato y hasta amenazó que, si esto no ocurría, en el ámbito de su cartera él mismo iba a crear un organismo paralelo a la FAM, a la que iba a vaciar de presupuesto para otorgárselo a esta entidad.

Inclusive -no todos son palos- en la negociación entró el ofrecimiento para que el PJ se hiciera cargo a fin de año de la vicepresidencia de la Cámara de Diputados provincial, que quedaría vacante en diciembre.

Hace pocos días, -para precisar, el lunes último- en un asado que se realizó en el barrio porteño de San Telmo, se encontraron los intendentes del Grupo Fénix con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, con el ministro de Gobierno bonaerense Federico Salvai, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis y el subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales provincial Alex Campbell y el tema de la FAM estuvo en la agenda.

Este jueves, en Costa Salguero se elegirá a la conducción de la FAM. El rpoblema es que las posiciones de ambos contendientes están aún distantes, puesto que el encuentro se organizó cuando la negociación daba como resultado la alternancia en la conducción de Magario, Mestre y Sáenz.

Ahora, la muñeca negociadora –que hasta ahora apareció con cuentagotas- de todos los sectores demarcará los límites de ese campo resbaladizo en que ss convirtió la FAM. Es de esperar que la solución no sea la concreción de la amenaza de Frigerio y que haya dos entidades paralelas representando a los municipios argentinos, una con presupuesto y recursos y otra, opositora, librada a su suerte, sin cumplir con la función de fortalecer el municipalismo.

Al fin y al cabo, se debería respetar a rajatabla aquello de que el municipio es la célula básica de la democracia, como dijo algún teórico de la redundancia.

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