“Perico” Pérez: “El rol de la Legislatura mejoró mucho”

“Perico” Pérez: “El rol de la Legislatura mejoró mucho”

Por Horacio Ríos

Es el Secretario Parlamentario de la Legislatura porteña. Y su tarea es fundamental, porque la técnica legislativa define un cuerpo parlamentario y en diálogo con NU revela los pormenores de Perú 160.


Carlos “Perico” Pérez es el Secretario Parlamentario de la Legislatura porteña. Para la gran mayoría, aún para los que frecuentan los pasillos de la política, es casi un desconocido. Si bien es el hombre que examina cada uno de los proyectos que ingresan en el legislativo de la ciudad, que luego se convertirán en leyes, en declaraciones o en resoluciones, su insobornable bajo perfil lo mantiene alejado de los curiosos, los periodistas, los chismosos y del público en general.

Consciente de esto, Pérez, que les da ingreso a todos esos temas que luego aparecerán en los diarios, generarán polémicas y hasta pueden llegar a provocar crisis gubernamentales, se mostró sorprendido al ser convocado para el reportaje: ¿porqué una nota a mí?, preguntó y se preguntó, como si no existiera ninguna lógica en el llamado.

Luego, después de una afanosa entrada en calor, más distendido, se definirá a sí mismo como un militante “atípico”, dada su procedencia del mundo sindical. “Fui gremialista en el Banco de la Provincia de Buenos Aires”, informó con sencillez, para relatar sus tareas como interventor en algunas seccionales de la Asociación Bancaria y hasta de su imprudente decisión de enfrentar a Juan José Zanola en una elección, cuando éste estaba en la cúspide del mismo poder que luego lo fagocitaría. El resultado fue el esperado: la derrota, aunque, aseguró, transcurrió “con dignidad”.

De todos modos, en el ADN de Perico Pérez ya estaba impresa la actividad parlamentaria. Cuando aún era un adolescente, su padre fue concejal en Trenque Lauquen, aunque él asegura que en ese tiempo “no me interesaba demasiado por esas cuestiones”. Tampoco ahorraró elogios posteriormente para referirse al “eterno” intendente radical de los ’80 en su patria chica, Jorge Barracchia, que ejerció el cargo entre 1987 y 2002, para ser reelecto nuevamente en 2007, hasta que falleció el 20 de enero de 2011, aún en el ejercicio de sus funciones.

Así, en 2003 fue designado Subsecretario Parlamentario por decisión de los diputados de todos los bloques con representación legislativa y en 2007 subió el último peldaño para llegar al cargo que hoy ocupa.

Si alguien preguntara por él en la Legislatura por su nombre completo, Carlos Pérez pocos lo recordarán, pero si alguien lo llama por su apodo, Perico, inmediatamente habrá quien se ofrezca a brindar datos al preguntón, elogiosos casi siempre, sobre su tarea.

El parlamentarista, conocedor de la historia de la Legislatura, brinda algunas pistas para conocer algo más sobre el Parlamento porteño. “La última mayoría oficialista contundente la tuvo la Alianza en 1999, cuando consiguió 37 legisladores. Lo curioso es que ese año el justicialismo ubicó a un solo diputado –Pacho O´Donnell, que no era peronista-, en tanto que en esa Legislatura también fue electo Jorge Argüello y Nueva Dirigencia, el partido de Gustavo Béliz, sentó a 11 legisladores en sus bancas”.

También relata Pérez que “la nueva Legislatura, que en 1997 comenzó sesionando en el Teatro San Martín a causa de que este edificio estaba todavía en obras, fue la que tuvo que votar –en condiciones edilicias desventajosas- todas el cuerpo de las nuevas leyes que se correspondían con el nuevo status jurídico de la Ciudad, que recién estrenaba su Constitución y tenía que adaptarse a una nueva realidad”.

El funcionario asegura que “hoy los partidos políticos están en crisis y eso marca una diferencia con la vieja Legislatura, en la que había grandes cuadros políticos. Lo mismo soy muy optimista, porque el rol de la Legislatura mejoró mucho. Hay que recordar que hace unos años llegaron a existir 23 bloques que no habían sido votados de esa manera, simplemente eran bancadas que se subdividían y eso dificultaba muchísimo la tarea legislativa”.

Perico Pérez observó, no sin extrañeza, que “el año 2009 marcó un fin de ciclo. Desde entonces en la Legislatura existió más diálogo, pero también se judicializó la política, lo que significa que hay algo que no anda bien. Antes eso no existía, las cosas se definían dentro de la casa”.

De todos modos, el especialista destaca algunos hitos recientes. “En la sesión del último 18 de diciembre se votó la Ley de Centros Culturales y allí, en esa negociación se encontraron los consensos que parecían muy difíciles de alcanzar. El proyecto original fue elaborado por diputados opositores, pero para alcanzar un texto definitivo se reunieron con el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo y con los funcionarios del Poder Ejecutivo para llegar a un acuerdo que satisficiera a todos”.

Legislar, una tarea de consensos

El motivo de los desvelos de Pérez, la tarea legislativa, hará su aparición en el diálogo. “No existe la ley perfecta. El rol de la Legislatura es alcanzar el consenso, por eso es erróneo hablar de oposición. Por ejemplo, el Pro tiene 28 legisladores, ¿habría que considerar que los otros 32 diputados son la oposición, cuando todos juntos deben discutir, analizar y sancionar miles de proyectos cada año?”.

“El verdadero trabajo legislativo se desarrolla en las comisiones. Allí se invita a exponer a personalidades muy diversas y en eso la ciudad es de avanzada. Hoy existen leyes de segunda lectura, que exigen que se realicen audiencias públicas, en las que cualquiera puede opinar sobre una norma. De todas maneras, hay que rediscutir el tema de las audiencias, porque existen limitaciones de tiempo. En cinco minutos no se puede desarrollar un tema adecuadamente. Además, cualquiera puede inscribir a cualquiera para exponer, aunque no sea pertinente. Lo mismo, se puede decir que la Legislatura es un ejemplo de democracia, porque aquí se expresan todos sin cortapisas”.

-¿Para qué sirve la Legislatura, más allá de las palabras?

-Para empezar, no para controlar al Poder Ejecutivo. Es uno de los órganos que permiten que un poder se complemente con otro. Esta Legislatura es la expresión del porteño, en la que el día de la sesión no es el día en que ocurre lo más importante. Ese día el trabajo ya está hecho, porque aquí se trabaja en equipo. Fíjese que un diputado forma parte de una comisión, donde se discuten los temas legislativos, pero también forma parte de un bloque, en el que debe discutir la política y, además, debe caminar su barrio para escuchar a su gente y ser su portavoz.

-Entonces, ¿cuál es el rol real del diputado?

-Para empezar, tiene que discutir unos tres mil temas diferentes, que son los expedientes que ingresan a la Legislatura en ese período. Además, existen otros temas. No es lo mismo ser un diputado del bloque que ejerce al mismo tiempo el Poder Ejecutivo, porque éste está acotado. Generalmente, los proyectos que se aprueban son del Poder Ejecutivo. Hay pocos proyectos aprobados de los bloque no oficialistas…

-¿Algún déficit?…

-Los diputados deberían trabajar sobre cosas más concretas, porque existen demasiados proyectos de declaración.

-¿Cómo funciona la Secretaría Parlamentaria?

-Tengo un gran equipo, muy profesional, que vienen de todos los colores políticos. Una de las comprobaciones en las que baso este juicio es que no existen casi cambios de giro.

-¿Qué es un giro?

-Cuando ingresa un proyecto se lo gira a una comisión determinada. El cambio de giro es cuando la comisión no lo acepta, porque no le corresponde y lo gira a otra comisión. Eso es un cambio de giro.

-Hablando de temas que pocos conocen, ¿cómo es el tema de las letras de los expedientes que contienen los proyectos presentados?

-Cada expediente tiene una letra por la que se detecta el origen del proyecto que le dio origen. La J remite al jefe de Gobierno. Una D es un proyecto de un diputado. La Defensoría tiene la letra F, las comunas, la letra C, los organismos oficiales la letra O y los particulares, la letra P. Estos últimos no consiguen estado parlamentario –es decir, la posibilidad de que sea aprobado por la Legislatura- hasta que un legislador asume el expediente y lo propone en una comisión. Existen muy pocas ONG’s que propongan proyecto, lo cual es muy llamativo porque no existen privilegios en la Legislatura. A lo sumo, el jefe de Gobierno tiene una ventaja, que es la de tener un bloque mayoritario, aunque no siempre fue así. Aníbal Ibarra, por ejemplo, cuando fue destituido, sólo tenía un bloque de dos legisladoras que le respondían.

-A su juicio, ¿cuáles fueron los proyectos más importantes que aprobó la Legislatura en los últimos tiempos?

-La Ley de Centros Culturales que ya le mencioné, fue uno. El traspaso del subterráneo fue otro, a los que habría que agregar el proyecto Cildáñez y el Masterplan de la Comuna 8.

-¿Algún déficit?

-Tendríamos que tener ya una Ley de Educación y un Código Electoral propio, que hasta hoy no los tenemos.

-¿Lo mejor de los últimos tiempos, desde lo social?

-Hubo un proyecto de prevención del cáncer en chicos y otro sobre violencia de género que eran muy necesarios.

-¿Los dos temas a destacar en la Legislatura?

-El buen funcionamiento interno y el consenso general entre los bloques.

EL PERSONAJE

Edad. 61 años

Un club de fútbol. “River, por supuesto”.

Un barrio porteño. “Hoy, Saavedra, aunque viví en varios”.

Un perfume. Paco Rabanne.

Una película. El Padrino, de Francis Ford Coppola.

Un libro. El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

Un bar. Los Cabildos (Perú e Hipólito Yrigoyen).

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