Peña no pudo contar lo investigado por la Comisión

Peña no pudo contar lo investigado por la Comisión

El ex legislador Milcíades Peña, archienemigo político de Aníbal Ibarra en los últimos tiempos, fue la décima y última persona del día en declarar frente a la Sala Juzgadora de la Legislatura porteña. Su testimonio era previsible y más que conocido por los medios. Peña continuó su discurso duro contra Ibarra, pero lo cortaron cuando quiso hablar sobre cuestiones investigadas por la Comisión Especial que redactó el "Informe Cromañón"


El ex legislador porteño Milcíades Peña, archienemigo político de Aníbal Ibarra en los últimos tiempos, fue la décima y última persona del día en declarar frente a la Sala Juzgadora de la Legislatura porteña.

El testimonio inicial era previsible y más que conocido por los medios,: "todo era un caos", "no había nadie ordenando", "las vallas se pusieron tiempo después".

Por trágico, su relato de la búsqueda, se pareció mucho al de Campos: su raid por hospitales, por los CGP, y por los puntos de informes fue "interminable" y "caótico".

Pero, en la segunda parte de su testimonio, cuando comenzaron las preguntas de Enríquez sobre lo que Peña conocía del boliche y el ex legislador comenzó a relatar lo investigado por la Comisión Especial que redactó el "Informe Cromañón", fue interrumpido por Maier -al ritmo de las manos de la defensa moviéndose por la negativa- diciendo: "El señor Peña no fue convocado a declarar sobre lo investigado por la Comisión sino por las acciones que realizó en la búsqueda de su ahijado Lautaro".

Esto último desató el debate en el recinto, primero protestó y pataleó Enríquez y, luego fue el juzgador Helio Rebot, quien enunciando un articulado del Código Procesal Penal señaló que "habría que habilitar" el testimonio de Peña.

Pero, un ofuscado Maier también buscó en el articulado y encontró otro artículos que justificaban su decisión de "no aceptar lo que Peña pueda comentar sobre lo investigado después".

Finalmente, el testimonio de Peña terminó allí.

EL DETALLE

Hubo algo en el relato de Peña que llamó la atención. Cada vez que hablaba de un funcionario del Gobierno lo llamaba por su nombre de pila y luego de una pequeña pausa aclaraba su apellido y el cargo, quizá queriendo demostrar un "somos pocos y nos conocemos mucho".

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