Explotó la guerra entre Milei y Maduro: “Neonazi y obediente”

Explotó la guerra entre Milei y Maduro: “Neonazi y obediente”

El Presidente venezolano prohibió el uso del espacio aéreo de aviones argentinos.


Luego de que Argentina iniciara acciones diplomáticas contra Venezuela después de que el régimen de Nicolás Maduro prohibiera que las aeronaves argentinas puedan sobrevolar el espacio aéreo venezolano, el canciller venezolano, Yvan Gil atacó al Gobierno argentino, al que calificó de “neonazi, sumiso y obediente”.

En una publicación en su cuenta de X (antes Twitter), Gil aseguró: “El gobierno neonazi de Argentina, no solo es sumiso y obediente con su amo imperial, sino que tiene un vocero ‘cara de tabla’: El Sr. Manuel Adorni pretende desconocer las consecuencias de sus actos de piratería y robo contra Venezuela, las cuales fueron advertidas en reiteradas ocasiones antes del acto delictivo cometido contra EMTRASUR”.

En ese sentido, agregó: “Venezuela ejerce plena soberanía en su espacio aéreo, y reitera que ninguna aeronave, que provenga o se dirija a la Argentina, podrá sobrevolar nuestro territorio, hasta que nuestra empresa sea debidamente compensada por los daños causados, después de las acciones ilegales realizadas, solo con el fin de complacer a sus tutores del norte”.

La decisión del régimen chavista de prohibir el sobrevuelo de aeronaves argentinas por espacio aéreo venezolano provocó la respuesta de Argentina de la mano del portavoz presidencial argentino, Manuel Adorni, quien, en su habitual rueda de prensa en la Casa Rosada (sede del Gobierno), dijo que “Argentina no se va a dejar extorsionar por los amigos del terrorismo”.

“Argentina inició acciones diplomáticas contra el Gobierno de Venezuela, encabezado por el dictador Maduro, tras su decisión de impedir el uso del espacio aéreo del país por cualquier aeronave argentina, con el perjuicio que eso conlleva para nuestro país”, afirmó el portavoz.

La medida de Caracas, indicó Adorni, está relacionada con el caso del avión venezolano Boeing 747 que fue retenido en Argentina desde junio de 2022 y enviado en febrero pasado a Estados Unidos.

Argentina también adelantó que tomaría medidas en el ámbito de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) por “violar el Convenio sobre Aviación Civil Internacional”, conocido como Convenio de Chicago (1944).

Según dichas fuentes, Venezuela respondió ayer “ratificando la suspensión” y vinculando esta prohibición con el caso de la citada aeronave.

En la madrugada del pasado 12 de febrero, el Boeing 747-300M Dreamliner de carga, que fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenecía a Emtrasur, filial de la aerolínea venezolana Conviasa, empresas sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, partió rumbo a Estados Unidos, en respuesta a un pedido de decomiso.

La tripulación que había llegado a Argentina el 6 de junio de 2022, integrada por cinco iraníes y 14 venezolanos, fue retenida inicialmente por la Justicia y puesta en libertad después por falta de evidencia por el delito de financiación de actividades terroristas.

El avión había llegado a Argentina procedente de México y tras hacer una escala en Venezuela. Dos días después partió de Argentina para cargar combustible en Uruguay, pero regresó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza (provincia de Buenos Aires), porque el país vecino no autorizó su aterrizaje.

Entonces, la Justicia argentina ordenó inmovilizar la nave y dispuso que los 19 tripulantes no podían salir del país. Con el correr de la investigación, los tripulantes fueron liberados.

La justificación de la reclamación por parte de Estados Unidos es que fue una entidad iraní sancionada por el Departamento de Comercio la que transfirió el avión -de fabricación estadounidense- a un tercero, algo prohibido precisamente a efectos de la sanción.

Antes de la partida del avión hacia Estados Unidos, se sumó un confuso episodio, el 6 de febrero, cuando un diplomático venezolano en Buenos Aires violó la seguridad y sacó fotos de la aeronave, por lo que fue declarado persona no grata y dejó el país en las 48 horas siguientes.

Dos semanas después de la salida del avión, el pasado 29 de febrero, Maduro denunció a Estados Unidos por el “acto vil, criminal, indignante” de “descuartizar” la aeronave en Miami (Florida).

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