Decir centro verde es demasiado poético

Decir centro verde es demasiado poético

Vecinos de Barracas se quejan por la persistencia de un centro de reciclado de residuos y analizan llevar a cabo medidas de acción directa. También reclaman el parquizado y la desinfección del lugar. Y acusan a la Comisaría 26ª de okupa.


La falta de indicios de que el Gobierno de la Ciudad se disponga a cumplir sus promesas de reubicar un ?centro verde? de clasificación y selección de residuos urbanos, y de parquizar el predio que corre debajo y a los costados de la autopista Arturo Frondizi, tiene desconcertado al núcleo más activo de los vecinos de Barracas, que estudia implementar medidas de acción directa. El último tramo de la autopista que une la Capital Federal con Avellaneda, entre las calles Río Cuarto, Osvaldo Cruz, Montes de Oca y Herrera, justo antes de llegar al Riachuelo, no sólo sigue siendo el reino de la cochambre, sino que ésta viene creciendo y expandiéndose.

En efecto, cada vez hay más chatarra y automóviles judicializados, y el centro de reciclado de residuos, eufemísticamente llamado ?centro verde?, se desarrolla a ojos vista. ?A un ritmo parecido al que crecen los pastizales que nadie corta?, señalan los vecinos, que la semana pasada realizaron su primera reunión del año en el Club Social Santa Lucía, en la avenida Montes de Oca al 1500.

El eje del reclamo vecinal es que el Centro de Reciclado ha sido ubicado por el Gobierno porteño en una zona calificada UP (Urbanización Parque), lo que a su juicio es manifiestamente ilegal porque infringe el Código de Planeamiento Urbano.

A comienzos de diciembre pasado, los vecinos consiguieron el apoyo de la Comisión de Planeamiento de la Legislatura y que ésta impulsara un proyecto de declaración por el que se instó al Ejecutivo el traslado del Centro de Clasificación de residuos a otra parte, así como el retiro de la ingente cantidad de coches judicializados, apilados en dos depósitos, hogar ideal para roedores y ámbito idóneo para la cría intensiva de mosquitos.

Los vecinos también reunieron 3.700 firmas que refrendaron la presentación de un recurso de amparo que no tuvo éxito.
Tras asumir el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, justamente quien había presidido aquella sesión de la Legislatura, Diego Santilli envió a su asesor Luis Lehmann y al inspector general de Higiene Urbana, Carlos Díaz, a estudiar in situ una solución al reclamo. Fue el propio Santilli, acompañado por el director general de Reciclado, Pablo Fornieles, asesores y vecinos, quien visitó el lugar el 12 de enero. El ministro y su cortejo recorrieron las diversas instalaciones que ocupan casi toda la manzana: los dos obradores (el más viejo de ellos, de la firma Gualtieri Hermanos, data de la época de la construcción de la autopista, durante la dictadura, y es utilizado como depósito de marquesinas, carteles de publicidad, puestos de flores, de panchos y otros elementos secuestrados en la vía pública), los dos depósitos de autos y un corralón de baldosas grises utilizadas por el GCBA para reparar las aceras. Ambos ingresaron al centro de reciclado ?clasificación, selección y enfardado? de residuos urbanos.

Los vecinos recordaron que el antecesor de Santilli, Juan Pablo Piccardo, solía repetir que ése era ?digno lugar de trabajo? para los cartoneros reciclados en ?valga la redundancia? recicladores urbanos a los que la Ciudad les ha formalizado y les paga un sueldo. Sin embargo, ?nos encontramos con un galpón improvisado con piso de tierra, con su sector central de cemento roto y lleno de basura, en un estado deplorable?, dijo Pablo Gassman, uno de los organizadores del reclamo. ?Santilli también pudo constatar que el galpón viola el Código de Planeamiento Urbano, pues se extiende a los costados de la autopista y a su misma altura?, añadió una vecina. Del mismo modo, agregó un muchacho, y a diferencia de Piccardo, que lo negaba con vehemencia, Santilli habría reconocido que el funcionamiento del centro de reciclado en un predio calificado UP se ampara únicamente en un permiso de tenencia precario.

Norberto Bevilacqua, presidente del Club Santa Lucía, recordó que además de la reubicación del Centro de Reciclado, del retiro de los autos oxidados y demás chatarra, reclamaron el inicio de la obras de construcción de espacios verdes con juegos y lugares de esparcimiento entre las calles Aráoz de Lamadrid y Osvaldo Cruz. Y que, a fin de prevenir plagas, se cortara el pasto y se fumigaran autos y chatarra.
Los vecinos presentes coincidieron en apreciar que el ministro Santilli parecía sinceramente sorprendido por lo que había visto y que se mostró muy receptivo. Y que les dijo que se pondría en contacto con el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, para solucionar los problemas, derivándolos luego a su jefe de Gabinete, Gian Pablo Muraglia.

En el ínterin, fueron recibidos por el gerente de Obras de AUSA, Carlos Frugoni, quien estaba acompañado por el encargado de Relaciones Institucionales y vocero, Leonel Grandinetti, y el ingeniero Rogelio Barrera. Frugoni y compañía les dijeron que AUSA ejecutaría el plano que les había remitido el arquitecto Miguel Ortemberg, director de Proyectos Urbanos y Arquitectura del Ministerio de Desarrollo Urbano, que ya tiene la partida de dinero para acometer la totalidad de la obra y que el Centro de Reciclado no sólo no está en un lugar permitido sino que ?tampoco puede almacenarse material inflamable debajo de una autopista, pues de incendiarse podría dañar su estructura?. ?Dicho sea de paso ?acotó Gassman? no hay un solo matafuego a la vista.?

Al día siguiente, los vecinos se reunieron con Muraglia. Dicen que acordaron que se vaciaría el viejo obrador de Gualtieri Hermanos, se cortaría el pasto y que habría una respuesta al pedido, refrendado por la Legislatura, de reubicar el centro de reciclado de residuos en otro lugar.

Por su parte, Muraglia y sus asesores les ?presentaron un plano de las obras a realizar en la manzana de la discordia, en la que sólo se prevé parquizar la mitad del predio, es decir, dejando tácitamente claro que no piensan relocalizar el centro de reciclado?.

Además, Muraglia les aseguró, dijeron, que la licitación para la tercera etapa del ?tratamiento urbanístico? de la autopista se haría a la brevedad y que las obras comenzarían en mayo. Sin embargo, añadieron, lo único que pasó desde entonces es que hubo obreros trabajando unos días en la retirada de los carteles, puestos de flores y panchos y demás artefactos secuestrados en la vía pública, tarea que dejaron a medio hacer. Y que sólo se cortó el pasto en las esquinas, dejando los pastizales crecidos en el resto del predio.

Para colmo, en la parte cubierta por la autopista ha hecho su virtual anexo la lejana Comisaría 26ª (con sede en Montes de Oca al 800, junto a la plaza Colombia). Los efectivos usan el lugar como garaje para patrulleros y de quincho, e instalaron una cancha de papi fútbol y un par de parrillas. ?Han constituido una especie de destacamento policial que es claramente ilegal, pero que no podemos desalojar porque para eso deberíamos recurrir a la fuerza pública? y ellos son la fuerza pública?, les habrían reconocido en AUSA, contaron los vecinos.

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